Un impetuoso Osasuna se merienda al Atl¨¦tico
Mal partido de los de Luis Aragon¨¦s, que no encontraron respuesta al dise?o y la actitud decidida del rival
Fiel a su idiosincrasia, el Atl¨¦tico dio su peor imagen a las puertas de su mejor recompensa. Ven¨ªa de encontrar al fin su alineaci¨®n, de jugar m¨¢s o menos bien y de sumar puntos. Tantos, que de haber ganado ayer, estar¨ªa ahora en puestos de Liga de Campeones. Pero perdi¨®. Y se lo gan¨® a pulso. Osasuna se lo zamp¨® con un dise?o lleno de trampas t¨¢cticas y una actitud m¨¢s acorde con el que pretende ganar. Cerr¨® las v¨ªas de juego al Atl¨¦tico, se dej¨® la vida en cada pelota y esper¨® su momento para marcar. Llev¨® el partido al escenario que quer¨ªa, hasta el juego trabado, y supo actuar como requer¨ªa la ocasi¨®n. El Atl¨¦tico, no.
En el primer tiempo, el Atl¨¦tico no supo quitarse de encima a Osasuna, que le arroj¨® un planteamiento incomod¨ªsimo. Como primera medida, los navarros pusieron el aliento cerca de los actores principales del rival, a los que negaron un segundo de tregua. No s¨®lo para pensar, ni siquiera para recibir. El caso es que el Atl¨¦tico vivi¨® esa fase de espaldas a la pelota, que o volaba por el cielo o estaba siempre en botas del local. Y as¨ª, no hubo noticias de Stankovic, de Correa, de Jos¨¦ Mari, de Fernando Torres...
OSASUNA 1 - ATL?TICO 0
Osasuna: Sanzol; Izquierdo, Mateo, Cruchaga, Antonio L¨®pez; Rivero, Pablo Garc¨ªa (Pu?al, m. 56), Alfredo, Moha (Gancedo, m. 80); Aloisi e Iv¨¢n Rosado (Palacios m. 83). Atl¨¦tico: Esteban; Aguilera, Coloccini, Hibic, Garc¨ªa Calvo; Albertini, Movilla (Emerson, m. 77); Jos¨¦ Mari, Correa (Jorge, m. 42), Stankovic; y Fernando Torres (Dani, m. 56). Gol: 1-0. M.62. Rivero recibe la pelota dentro del ¨¢rea, amaga a Garc¨ªa Calvo y conecta un derechazo fort¨ªsimo al que Esteban no sabe responder. ?rbitro: Ram¨ªrez. Mostr¨® tarjeta amarilla a Aguilera, Alfredo e Hibic. 14.490 espectadores en El Sadar.
Tampoco muchas de Albertini -floj¨ªsimo partido el suyo- y Movilla, tan rodeados siempre de rivales que no acertaron a poner en movimiento al equipo. Y adem¨¢s, no consegu¨ªan contener al contrario, que superpobl¨® su zona para dejarles siempre en inferioridad y ganarles as¨ª el territorio donde se cuecen las victorias o las derrotas. Se les acumulaba el trabajo a la pareja de mediocampistas del Atl¨¦tico, pero nadie acudi¨® en su ayuda. Ni Correa cuando Pablo Garc¨ªa se retrasaba unos metros para lanzar los ataques, ni los centrales cuando Aloisi o Rosado ca¨ªan desde la punta a la zona de entrel¨ªneas. Cada equipo ten¨ªa el mismo n¨²mero de jugadores sobre el c¨¦sped, pero Osasuna siempre pareci¨® disponer de m¨¢s, de muchos m¨¢s.
S¨®lo al principio, c¨®mo no a la salida de un c¨®rner que acab¨® en un tiro al palo de Garc¨ªa Calvo, el Atl¨¦tico alcanz¨® la meta de Sanzol. Las dem¨¢s ocasiones fueron para Osasuna, que, eso s¨ª, se convert¨ªa en mantequilla en cuanto pisaba el ¨¢rea. Por eso los de casa no alcanzaron el descanso con ventaja. La movilidad de Rosado, tan suelto que parec¨ªa invisible, desnud¨® al Atl¨¦tico. Pero la excelencia de sus maniobras mor¨ªa en el ¨¢rea.
El Atl¨¦tico necesitaba una cura de emergencia. Luis Aragon¨¦s lo intent¨® con un cambio de caj¨®n -Jorge por Correa poco antes del descanso- y otro del todo inesperado nada m¨¢s comenzar la segunda mitad: Dani por Fernando Torres, que acababa de estrellar contra la pierna de Mateo un bal¨®n suelto en el punto de penalti.
La primera sustituci¨®n cambi¨® el aspecto del Atl¨¦tico -Jorge pas¨® a la banda derecha y Jos¨¦ Mari a la media punta-, que amag¨® con meterse en el partido. Osasuna dio se?ales de perder ox¨ªgeno, y el Atl¨¦tico descubri¨® al fin la manera de verle la cara a la pelota. Pese al sacrilegio que representaba -El Ni?o no hab¨ªa existido, pero su repertorio invita a tenerle paciencia-, tambi¨¦n mejor¨® el quipo visitante tras el segundo cambio, que dej¨® a Jos¨¦ Mari en punta y a Dani de enganche.
Se cre¨ªa ya en el buen camino el Atl¨¦tico, pero fue entonces cuando Osasuna le abofete¨®. Un bal¨®n llegado desde la banda -el Atl¨¦tico sufri¨® en cada cambio de juego que le tir¨® Osasuna- dej¨® a Rivero con el bal¨®n en una esquina del ¨¢rea con toda la pinta de una simple visita m¨¢s. Garc¨ªa Calvo estaba delante y no hab¨ªa ning¨²n compa?ero suelto para regalarle el pase. As¨ª que el osasunista amag¨® al central, solt¨® un derechazo muy fuerte y marc¨®. Dio la sensaci¨®n de que Esteban pudo hacer m¨¢s, pero le vino un ob¨²s.
El gol en contra dej¨® tocado al Atl¨¦tico, que vivi¨® diez minutos a tiro de sentencia. Logr¨® superar el trago, pero no hacerse con el partido. Osasuna no tuvo problemas para manejar el resultado. Perdi¨® el ¨ªmpetu para ahogar al Atl¨¦tico, pero aun sin la anticipaci¨®n del primer tiempo supo cerrarle las v¨ªas por donde entrar.
Y eso que Pablo Garc¨ªa, junto a Alfredo y Rosado, el responsable principal del dominio de Osasuna en el centro del campo, tuvo que irse del campo tras doblarse solo el tobillo de mala manera. Sin el uruguayo, el Atl¨¦tico tuvo m¨¢s la pelota, la ¨²nica manera de que saliera a la luz su mejor arma de las ¨²ltimas citas. O sea Stankovic, al que un invento de Aguirre -el lateral Izquierdo, con el que no hab¨ªa contado en toda la temporada- le hab¨ªa condenado a una pesadilla de tarde. El serbio pudo asomar al final alg¨²n centros de rosca -uno de ellos acab¨® con un extra?o cabezazo de Aguilera al larguero-, pero ni por ¨¦sas a Osasuna se le escap¨® el triunfo de la mano. Lo mereci¨®: supo llenarle de trampas t¨¢cticas al rival y com¨¦rselo por una actitud m¨¢s decidida y en¨¦rgica. Devolvi¨® al Atl¨¦tico a su peor versi¨®n. Ayer en El Sadar fue un equipo menor.
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