M¨¢s all¨¢ de la duda
Jaime Ch¨¢varri es un excelente, y tambi¨¦n ex¨®tico director de cine (ah¨ª est¨¢n pel¨ªculas de culto como El desencanto para demostrarlo) que de vez en cuando hace alguna incursi¨®n en el teatro. En esta ocasi¨®n, toma como pretexto de una brillante puesta en escena, muy enfocada hacia la direcci¨®n de actores, un texto de David Auburn en el que al hilo de de una dif¨ªcil prueba de alta matem¨¢tica se ponen sobre el escenario asuntos de tanta actualidad como la fidelidad a la ambici¨®n contrapuesta a la urdimbre afectiva, un tema eterno, aqu¨ª muy puesto en raz¨®n por el autor, que se sirve de la conducta de dos hijas ante la memoria de su padre muerto, un c¨¦lebre matem¨¢tico sobre el que recay¨® el estigma de la locura.
La prueba
De David Auburn (Premio Pulitzer 2000), en versi¨®n de Juan Jos¨¦ Arreche. Int¨¦rpretes, Cayetana Guill¨¦n Cuervo, Manuel Tejada, Chusa Barbero, Pedro Alonso. Iluminaci¨®n, Juan Manuel Villalba. Escenograf¨ªa, Ana Garay. Direcci¨®n, Jaime Ch¨¢varri. Teatro Olympia. Valencia.
Basada a medias en hechos reales, la indagaci¨®n real del texto gira en torno a los l¨ªmites de la propia identidad una vez elegido, o aceptado, el destino de la conducta, de manera que la excelencia en una actividad arrojar¨¢ numerosos d¨¦ficits en otros territorios de la conducta. Cayetana Guill¨¦n Cuervo desarrolla con propiedad el personaje de una de las hijas del matem¨¢tico, que resolver¨¢ ser fiel a su memoria por la v¨ªa de tratar de entenderlo desde el mundo de los sentimientos, de los afectos, mientras que Chusa Barbero, la otra hija, preferir¨¢ un cierto distanciamiento a cuenta de sus logros profesionales. De esa escisi¨®n, que seguramente llev¨® al padre a la locura, nacen las observaciones m¨¢s atinadas de un texto narrativo, que no carece de un f¨²nebre sentido del humor, y que Jaime Chavarri ha montado con pulcritud, dejando sonar las palabras del conflicto y centrando el grueso de su trabajo en la construcci¨®n de los personajes.
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