Alumnos cordobeses aprenden a luchar contra el sida

En el suelo del patio, una treintena de alumnos de 1? de Secundaria piensan y pintan carteles llenos de preservativos, jeringuillas y corazones, comparten los l¨¢pices y las ideas y se gritan festivamente lemas como No le des la espalda al sida o Hablar no contagia. Poco m¨¢s all¨¢, en el vest¨ªbulo, tres estudiantes de un ciclo formativo superior reparten folletos y octavillas que ellos mismos han concebido, redactado y dise?ado, y se ofrecen a contestar cualquier pregunta sobre esta enfermedad.

A dos pasos, sobre una pared iluminada, un conjunto de gr¨¢ficos muestran el nivel de conocimientos y la actitud de los cerca de 1.000 alumnos de este instituto, el Luis de G¨®ngora de C¨®rdoba, respecto al sida. Y no faltan exposiciones, mesas redondas, talleres: hay toda una monta?a de actividades destinadas a informar y formar a los chicos sobre el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y sus efectos, coincidiendo con el D¨ªa Mundial contra el Sida.

?Ha funcionado todo este despliegue educativo? S¨ª. Lo prueban las palabras de los alumnos de 1? B de ESO, que a sus 12 a?os rebosan conocimientos. Rafa Egea, Juan Guti¨¦rrez y Rafa Jerez lo cuentan a tres voces, en medio del bullicio del patio: "Ayer vinieron estudiantes de 4? de ESO a explicarnos qu¨¦ es el sida, c¨®mo act¨²a, c¨®mo se contrae y c¨®mo se puede evitar", explican. "Se transmite por la sangre y los fluidos corporales", "tambi¨¦n por piercings y tatuajes", "y por compartir jeringuillas", "y por mantener relaciones sexuales sin protecci¨®n", "puedes estar infectado y no tener s¨ªntomas", "Hay que ser responsables, tomar precauciones", "no hay que discriminar, lo que hace falta es respeto".

El orientador del centro, Juan Manuel L¨®pez, lleva m¨¢s de un mes ocupado con los preparativos. "Tenemos tres clases de objetivos", resume. "Los informativos, es decir, que los alumnos dispongan de datos sobre la enfermedad y sepan evitar el contagio; los formativos, relacionados con la madurez y el desarrollo moral, de modo que sepan comprender a los dem¨¢s y ponerse en su lugar; y por ¨²ltimo la dimensi¨®n p¨²blica, la de la salud comunitaria y la convivencia".

Uno de los retos de este proyecto era organizar actividades ¨²tiles y adecuadas para todos: para los chicos que apenas han cumplido los 12 a?os y para los que pasan ya de los 18. "Hemos preparado varios equipos de alumnos, de 4? de ESO y del Programa de Garant¨ªa Social", se?ala L¨®pez, "y les hemos convertido en mediadores de salud". Eso significa que una veintena de chicos de alrededor de 16 a?os han asistido a talleres formativos impartidos por la ONG Convihda (que trabaja para prevenir esta enfermedad y atender a quienes la padecen), han participado en sesiones informativas dirigidas por el orientador, han estudiado, han puesto en com¨²n los resultados. Y luego, clase por clase, han ido transmitiendo lo que saben a sus compa?eros m¨¢s peque?os.

Es una idea que beneficia tambi¨¦n a los estudiantes mayores, no s¨®lo porque acopian datos, sino porque ganan experiencia a la hora de comunicarse, de preparar textos escritos, de hablar en p¨²blico.

Y en la misma l¨ªnea, los alumnos de un ciclo formativo de Comercio han aprendido c¨®mo se prepara una campa?a. "En vez de un producto mercantil", puntualiza L¨®pez, "venden un producto sociosanitario".

En el G¨®ngora se trabaja en esta l¨ªnea desde 1999, "y cada a?o nos sale mejor", sonr¨ªe el orientador. Llega el recreo: un mont¨®n de estudiantes cruzan el patio dando mordiscos al bocadillo y leyendo a la vez c¨®mo no se contagia el sida. Eso s¨ª que es normalidad.