El etarra Guridi niega que matase a De la Calle, a pesar de las pruebas
El procesado reconoci¨® ante la Ertzaintza que le peg¨® "cuatro tiros"
El etarra Jos¨¦ Ignacio Guridi Lasa, Xabi, jefe del comando Ttotto y acusado del asesinato del periodista y miembro del Foro Ermua Jos¨¦ Luis L¨®pez de la Calle el 7 de mayo de 2000, sigui¨® ayer una estrategia ins¨®lita. Era su primer juicio y Guridi se atuvo al gui¨®n: reconoci¨® ser miembro de ETA y neg¨® haber participado en el crimen. Lo curioso es que puestos a negar, neg¨® que fuera su firma la que figuraba en sus declaraciones, tanto ante la Ertzaintza como ante el juzgado. Las pruebas le contradicen.
La fiscal pide 30 a?os de prisi¨®n para Guridi por delito de asesinato terrorista y una indemnizaci¨®n de 300.000 euros para los herederos de L¨®pez de la Calle.
Como todos los etarras en su primer juicio, Guridi, de 26 a?os, intent¨® salvarse. A preguntas de la fiscal admiti¨® ser miembro de ETA, pero neg¨® todo lo dem¨¢s.
Lo dem¨¢s eran sus extensas declaraciones ante la Ertzaintza el 24 de febrero de 2001, al poco de ser detenido, en las que reconoc¨ªa haber sido captado por el dirigente de ETA Xabier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, quien le encarg¨® que formase un comando. ?l, a su vez, reclut¨® a Asier Arzalluz, Santi, y a Aitor Aguirrebarrena, Peio, con los que acudi¨® a cursillos de formaci¨®n de elaboraci¨®n de explosivos y elementos electr¨®nicos en Francia. Ya con el comando, su primera acci¨®n fue el asesinato de L¨®pez de la Calle, ordenado por Txapote. Lo intentaron en tres ocasiones y, a la cuarta, el propio Guridi le dispar¨® cuatro tiros con el rev¨®lver del calibre 38 especial que le intervino la Ertzaintza tras su detenci¨®n.
Guridi asumi¨® tambi¨¦n en aquella declaraci¨®n haber colocado el explosivo en un Nissan Patrol en Sallent de G¨¢llego (Huesca) -atentado en el que murieron dos guardias-, el coche bomba del cuartel de ?greda (Soria) y el incendio de la discoteca Txitxarro, en la localidad guipuzcoana de Itziar.
El etarra dijo ayer que todo eso es mentira, pero no supo explicar porqu¨¦ hab¨ªa facilitado tantos detalles que se corresponden con las pruebas existentes contra ¨¦l. Como defensa, s¨®lo argument¨® que ¨¦l no hab¨ªa dicho nada de eso y que su firma no figuraba en la declaraci¨®n, extremo que obviamente no es cierto. Afirm¨® que tampoco hab¨ªa firmado las declaraciones realizadas en el juzgado, a pesar de que su firma consta en ellas.
La t¨¢ctica fue tan ins¨®lita que Guridi ni siquiera aleg¨® que hab¨ªa sido torturado, como suele ser habitual. Ni f¨ªsica ni psicol¨®gicamente.
Un testigo presencial le vio huir tras el crimen, aunque no le reconoce al cien por cien. Los dos ertzainas que le detuvieron manifestaron que se identific¨® como polic¨ªa, pero no le creyeron y le ocuparon armas y explosivos. El juicio concluye hoy.
Por otro lado, Francisco M¨²gica, Pakito, y Jos¨¦ Mar¨ªa Arregi, Fitti, fueron condenados ayer a 110 a?os de prisi¨®n por el env¨ªo de dos paquetes bombas, uno de los cuales mat¨® a una mujer.
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