Se vende equipo en buen estado
El Lazio lidera la Liga italiana pese a la crisis econ¨®mica que aprieta al club y a su propietario
Por encima del lujoso Milan de Rui Costa, del eficiente Juventus de Del Piero y del rocoso Inter de Vieri y Crespo. Por encima de todos los favoritos para ganar la Liga italiana, se ha colocado el sorprendente Lazio, capaz de ejemplificar lo que la voluntad de un equipo -jugadores y t¨¦cnicos- puede hacer aunque las cosas vayan mal en el club.
La crisis econ¨®mica del calcio, agudizada este verano, condenaba a muchos clubes a una supervivencia en la que es complicado que los resultados deportivos no se resientan. Uno de ellos era el Lazio, que en agosto se vio obligado a vender a dos de sus estrellas, Crespo y Nesta, para poder afrontar la temporada con unas m¨ªnimas garant¨ªas de solvencia. Lo que sus aficionados tem¨ªan desde hace tiempo ocurri¨® en las primeras semanas de noviembre. Sergio Cragnotti, su presidente, confirm¨® que su empresa Cirio, de productos alimenticios, estaba en quiebra t¨¦cnica. Sus acreedores declararon la insolvencia del consorcio por impago de un pr¨¦stamo de 150 millones de euros.
Cragnotti, a trav¨¦s de Cirio, posee el 51% de las acciones del Lazio, y en Italia estaba demasiado cercana la fulminante desaparici¨®n de un cl¨¢sico, el Fiorentina, como para no asustarse por el futuro del club celeste de Roma. El presidente puso el club en venta para salvar su empresa.
Tras la marcha de Nesta y Crespo nadie pod¨ªa apostar a que el Lazio estar¨ªa peleando por el liderato de la tabla. Pero ah¨ª est¨¢. Tras ganar 2-3 en Piacenza en el ¨²ltimo minuto es el l¨ªder, con un punto de ventaja sobre Milan, Inter y Juventus. Un hecho que no se daba desde mayo del 2000, cuando gan¨® su ¨²ltimo scudetto en la jornada que cerraba el campeonato.
Detr¨¢s de su actual ¨¦xito deportivo est¨¢ un grupo comprometido de jugadores en el que cabe casi de todo: futbolistas que dan los ¨²ltimos pasos de su carrera, como Simeone o Mijailovic, o estrellas mejor valoradas hace apenas un par de a?os, como Claudio L¨®pez o Stam. Es un grupo experimentado, que ha vivido de todo en un club de alto nivel y al que adem¨¢s se le adeudan importantes cantidades de dinero. S¨®lo ha perdido un partido y fue en casa, en la primera jornada ante el Chievo, y sigue adelante en la Copa de la UEFA. Detr¨¢s de esa fuerza colectiva est¨¢ el car¨¢cter competitivo de Roberto Mancini, su entrenador, que hasta hace un par de temporadas comparti¨® camiseta con muchos de los jugadores que ahora dirige.
Adem¨¢s fue ayudante de Eriksson en el banquillo del Lazio, antes de afrontar su primera aventura como primer entrenador, en el Fiorentina. Mancini fue un excelente delantero que actu¨® 19 temporadas en Primera Divisi¨®n -Sampdoria y Lazio-, gan¨® un buen pu?ado de t¨ªtulos y fue 36 veces internacional. Un tipo de car¨¢cter y un poder f¨¢ctico en el vestuario, donde todo lo que dice se toma como un mandato. "Los jugadores se divierten jugando al ataque. El m¨¦rito es de ellos", confiesa el t¨¦cnico. "Pero Mancini sabe motivarnos y ha conseguido que la crisis del club permanezca fuera del vestuario", le contesta el renacido centrocampista Stankovic.
El Lazio vuela en lo deportivo pero no acaba de resolver su futuro como entidad. Se habla de potenciales compradores, como el magnate de la comunicaci¨®n Murdoch, la familia de Ghadaffi o multinacionales atra¨ªdas por la reciente revalorizaci¨®n de los t¨ªtulos burs¨¢tiles del Lazio, que cotizan al alza por primera vez en muchos meses. Los jugadores han hecho un pacto de silencio sobre el tema de las cantidades que el club les debe, mientras Cragnotti intenta arreglar los problemas de pago con diversos acreedores, como Iv¨¢n de la Pe?a, el Valencia (por Mendieta), o el Manchester (por Stam).
En enero se abre de nuevo el mercado de jugadores y sus hinchas temen que alguna de sus figuras sean traspasadas, como el Piojo L¨®pez, Stankovic, Fiore o Corradi. El lunes le preguntaron a Mancini si ve capaz de ganar la Liga sin que los jugadores cobren. Su respuesta fue tan inteligente como su forma de gestionar el vestuario: "No. Ser¨ªa un desastre. El a?o siguiente ning¨²n club pagar¨ªa sus n¨®minas, siguiendo nuestro ejemplo".
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