Catarsis
La noticia de que se van a producir cambios sustanciales en la Asociaci¨®n Empresarial Valenciana (AVE) ha planteado un nuevo escenario en el panorama econ¨®mico-empresarial de la Comunidad Valenciana. Primero ha saltado a los titulares de prensa el anuncio de que Federico F¨¦lix va a dejar la presidencia de AVE en 2003. M¨¢s en profundidad se est¨¢ barajando la refundaci¨®n de la entidad, de forma que sea menos presidencialista y que act¨²e con su propia estructura organizativa. Lo que le hace falta a AVE es no depender exclusivamente de una persona y sobre todo proyectar una imagen de transparencia.
A muchos empresarios les interesa conocer c¨®mo funciona, qui¨¦nes son sus miembros, cu¨¢les sus objetivos, c¨®mo se puede pertenecer a ella, por qu¨¦ motivo cesan sus componentes, cu¨¢l ha sido su trayectoria desde su fundaci¨®n en 1982 y de qu¨¦ manera ha ido evolucionando. Estos interrogantes deber¨ªan despejarse, as¨ª como la misi¨®n de AVE en un entorno democr¨¢tico consolidado. Es decir, si la mayor parte de los miembros de AVE pertenecen a la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV) -directa o indirectamente- ?c¨®mo se explica esta dualidad para alcanzar un mismo objetivo?
Si todas estas preguntas todav¨ªa se las formulan los expertos en temas empresariales es perfectamente l¨®gico que se ciernan sobre AVE dudas y penumbras. Recuerdo a Federico F¨¦lix como presidente de AVE, acompa?ado por Manuel Broseta poco antes de que lo asesinara ETA, y Enrique Silla, a la saz¨®n presidente de la C¨¢mara de Comercio de Valencia, afirmando en una rueda de prensa que la autov¨ªa a Madrid y el tren de alta velocidad se ten¨ªan que hacer "por cojones" (sic). Aquellas afirmaciones respond¨ªan a una etapa voluntarista, expresiva donde las haya. Su impulso se colaps¨® con la desaparici¨®n de Broseta, al que todos se?alaban como el candidato tapado para aspirar a la presidencia de la Generalitat. Las circunstancias y unos matones truncaron aquella apuesta que habr¨ªa se?alado un cambio sustancial. AVE ha protagonizado horas de gloria y cumplimiento pleno de los objetivos que se traz¨®. Pero una cosa es conseguir lo que se pretende y otra bien distinta los procedimientos utilizados para lograrlo. Sabemos que algunos de sus fundadores y otros de sus part¨ªcipes abandonaron sus filas. Unos por propia voluntad y otros empujados. Se trata de un club en torno al cual se mueve mucho poder f¨¢ctico y en ese sentido compete a sus asociados decidir cu¨¢l ha de ser la trayectoria de la organizaci¨®n. En unos casos ha coincidido plenamente con los designios que orientaron al n¨²cleo central de la CEV y en otros ha evidenciado divergencias que han desestabilizado el movimiento organizativo empresarial.
Todo lo que suponga un revulsivo que transforme los principios de actuaci¨®n y su forma de relacionarse con la sociedad, a trav¨¦s de unos cauces conocidos y homologables, puede ser positivo. Abrir sus puertas, posibilitar la participaci¨®n en sus debates, transmitir normalidad y acabar con el aura de asociaci¨®n opaca y cerrada, ser¨¢n magn¨ªficos s¨ªntomas para que por fin se establezcan sinergias de igual a igual. Menos secretos y m¨¢s claridad en objetivos primordialmente empresariales. No es poca cosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.