Los choques contra las rocas rompen cinco planeadoras de pescadores
Al menos cinco embarcaciones, de las denominadas planeadoras, han quedado "fuera de combate" faenando contra el chapapote en el entorno de las islas C¨ªes entre el viernes y el s¨¢bado. La causa ha sido la apertura de v¨ªas de agua en sus cascos por rozar con las piedras o por encontronazos entre ellas durante la faena. No hubo que lamentar v¨ªctimas graves.
Los cascos de estas embarcaciones est¨¢n construidos con fibra de poli¨¦ster y tienen de 4,5 a 7 metros de eslora, con una l¨ªnea aerodin¨¢mica que las hace muy ligeras y r¨¢pidas. Adem¨¢s pueden estar equipadas con motores de 20 a 200 caballos de potencia. Son las embarcaciones de uso m¨¢s com¨²n entre percebeiros y naseiros (los que capturan el marisco con nasas), as¨ª como para las artes de pesca de bajura, como la del trasmallo, y suelen llevar a bordo de tres a cinco marineros.
En el entorno de las C¨ªes vienen faenando estos d¨ªas un centenar de planeadoras que tienen su base operativa en el puerto de Cangas, junto a otros 50 barcos de mayor porte habitualmente dedicados a artes como la del cerco. Ocasionalmente, si as¨ª se considera en la log¨ªstica operativa de que se han dotado las cofrad¨ªas, acuden embarcaciones de otros puertos, como el de Baiona, aunque los de esta base operan preferentemente al sur de Cabo Silleiro. Ayer, por ejemplo, 13 embarcaciones de Baiona retiraron del entorno de Cabo das Orelludas de 500 a 1.000 kilos de chapapote cada una. De la zona de las C¨ªes fueron retiradas otras 800 toneladas en todo el d¨ªa.
Alto riesgo
En los accidentes registrados en los dos d¨ªas se?alados confluyen varias circunstancias. La principal es la situaci¨®n de alto riesgo que afrontan los marineros acerc¨¢ndose a las rocas, en posiciones inveros¨ªmiles, para vaciar las furnas (especie de pozas existentes en la l¨ªnea de costa) de chapapote. "Ves una l¨¢mina entre dos aguas, crees que lo puedes retirar de una tacada, pero es como si manara de abajo: no acabas nunca, y cuesta much¨ªsimo esfuerzo extraerlo", comentaba ayer un marinero. En esa faena, la mar picada puede empujar la embarcaci¨®n contra los baj¨ªos, que desgarran su casco. A su vez, suelen reunirse en un espacio apretado varias embarcaciones, lo que facilita sus choques. La fatiga acumulada por el personal en estos d¨ªas de lucha sin cuartel contra el chapapote hace el resto.
Adem¨¢s se est¨¢n registrando numerosas aver¨ªas en las embarcaciones de todo tipo: en los motores y h¨¦lices, en las bombas de refrigeraci¨®n, en las sentinas, que se anegan... Todo, por el chapapote, cuya masa viscosa se prende a las h¨¦lices, obtura conductos y ca?er¨ªas y acaba invadiendo todos los espacios de los barcos.
Nadie se ha parado por el momento en cuantificar estos estragos. Tampoco nadie ha garantizado formalmente su indemnizaci¨®n. Todos porf¨ªan soterradamente, sin embargo, en que cualquier d¨ªa aparecer¨¢ alguien con el malet¨ªn para resolver las reclamaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.