Las mujeres del metal
El Centro de Nuevas Tecnolog¨ªas de Gij¨®n crea un curso de soldadura espec¨ªfico para mujeres
El de soldador es un empleo muy de hombres. Al menos hasta ahora. S¨®lo hace tres a?os sali¨® del Centro de Nuevas Tecnolog¨ªas de Gij¨®n (Asturias) la primera mujer soldadora y, desde entonces, lo ha hecho otra decena. Todas ellas est¨¢n trabajando hoy en empresas del sector. Para este a?o, la entidad, creada con subvenciones al calor de la reconversi¨®n de mediados de los ochenta, ha decidido dar un curso de soldador s¨®lo para mujeres. Las 15 participantes esperan tener tanta suerte como sus predecesoras y conseguir un trabajo estable en algunas de las empresas del sector.
"Siempre he trabajado en hosteler¨ªa, muchas horas y mal pagado", explica Mariluz, de 26 a?os, una de estas 15 futuras soldadoras y de las m¨¢s j¨®venes. El 70% de las alumnas tiene m¨¢s de 30 a?os, algunas son madres separadas y la mayor¨ªa ha trabajado con anterioridad en puestos poco cualificados o estaban en paro. ?ste es el caso de Conchita, de 43 a?os, que llevaba un a?o desempleada tras haber trabajado en hosteler¨ªa, atenci¨®n a ancianos y una empresa de PVC. El sueldo de un soldador no baja de las 220.000 pesetas, calcula Julio de Haza, uno de sus profesores.
La primera mujer soldadora sali¨® del centro hace tres a?os. Ella y la decena que le ha seguido trabajan en empresas del sector
El 70% de las alumnas tiene m¨¢s de 30 a?os y la mayor¨ªa ha trabajado en puestos poco cualificados o estaba en paro
El curso empez¨® en octubre y por el momento se desarrolla en las aulas del centro, donde las mujeres aprenden a soldar de forma pr¨¢ctica. Entre el 80% y el 85% del curso se va soldando en las cabinas espec¨ªficas, durante cuatro horas diarias. Las estudiantes reciben adem¨¢s formaci¨®n complementaria en nuevas tecnolog¨ªas, desarrollo de competencias y orientaci¨®n profesional. El curso se completa con pr¨¢cticas no remuneradas en empresas, que deben tener una duraci¨®n de 100 horas. La iniciativa est¨¢ financiada por el Instituto Nacional de Empleo (Inem).
El objetivo de todas las alumnas es conseguir un trabajo estable. Les anima la experiencia de sus antecesoras. "Como somos de las primeras, lo tendremos m¨¢s f¨¢cil", espera una de las alumnas.
El curso intenta romper adem¨¢s un tab¨². "Al principio cost¨® mucho que la mujer se lanzara porque el de soldador es un oficio muy masculino", subraya Julio de Haza. La primera mujer soldadora, que hizo este curso con 14 hombres en 1999, hoy trabaja en el astillero Naval Gij¨®n y empez¨® por curiosidad, por probar la profesi¨®n que ejerc¨ªa buena parte de su familia. En la prueba que le hicieron en su actual empresa qued¨® la segunda de m¨¢s de 900 aspirantes.
De Haza explica que cada vez m¨¢s empresas piden mujeres para cubrir puestos de soldador, en parte porque se trata de contratos incentivados. Para este profesor, las mujeres no s¨®lo no tienen ninguna dificultad para hacer este trabajo, sino que son "incluso m¨¢s meticulosas". El sector del metal da empleo a unas 26.000 personas en Asturias, seg¨²n los datos que maneja el centro.
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