El l¨ªder se lleva un susto
La Real Sociedad se acomoda en la primera mitad y se obliga a remontar ante el Mallorca
Se anunciaba en Anoeta un ejercicio de buen gusto y lo que se present¨® inicialmente fue un manual de buenos modales. Todo muy acad¨¦mico, como corresponde a dos equipos aseados y sin mancha, pero demasiado educado para lo que se jugaban en el partido. No era una cuesti¨®n de respetos o temores, sino de una actitud un tanto snob de entender el f¨²tbol. El descanso puso las cosas en su sitio. Como si se encendiera la luz, se encendi¨® el partido. Casi se incendi¨®. Todo a causa de un gol, el ¨²nico elemento extra?o que pod¨ªa alterar la paz del encuentro.
Curiosamente lo marc¨® el Mallorca en la ¨²nica acci¨®n que se recuerda de Eto'o. Y entonces naci¨® el f¨²tbol. Durante diez minutos, la Real fue reconocible: un torbellino en el campo y un tormento para el rival. Cuando cambi¨® de marcha cruji¨® el Mallorca, un conjunto lento que digiere mal los cambios de ritmo, una caracter¨ªstica que Kovacevic y Nihat manejan con maestr¨ªa.
REAL SOCIEDAD 2 - MALLORCA 1
Real Sociedad: Westerveld; L¨®pez Rekarte, J¨¢uregui, Schurrer, Aranzabal; Karpin, Aramburu, Xabi Alonso, De Pedro (Gabilondo, m. 80); Nihat (Tayfun, m. 75) y Kovacevic (Khokhlov, m. 89). Mallorca: Leo Franco; Campano, Lussenhoff, Nadal, Poli; Marcos (Carlos, m. 77), Lozano; Novo, Ibagaza, Riera (M. Soler, m. 81); y Eto'o. Goles: 0-1. M. 47. Centro desde la derecha de Campano y Eto'o aprovecha el paso atr¨¢s de J¨¢uregui para cabecear a placer. 1-1. M. 50. Saque de esquina de Karpin que rechaza la defensa. El bal¨®n le cae a De Pedro, que marca raso entre una nube de jugadores. 2-1. M. 57. Nihat asiste a Kovacevic dentro del ¨¢rea, que choca con el portero y el rechace lo aprovecha Aranburu. ?rbitro: Carmona. Amonest¨® a Poli, Gabilondo y Eto'o. Unos 27.000 espectadores en Anoeta.
Poco le import¨® entonces a la Real que Xabi Alonso no tuviera su mejor d¨ªa (bien en la colocaci¨®n, mal en el pase). Bast¨® que Rekarte abriera sus pulmones y arrasara su banda, cual acostumbra, para que la Real disfrutara de diez minutos de gloria, una remontada reconfortante y tres puntos agradecidos. De Pedro y Aranburu, tras sendos rechaces, devolvieron la normalidad a Anoeta que hab¨ªa vivido los primeros 45 minutos desagradables de la temporada.
Porque el partido hab¨ªa nacido muerto. Hab¨ªa dandys, sin duda, como el ca?o Ibagaza, que tiene la virtud de convertir en interesante todo lo que toca, o de De Pedro, a quien siempre se le adivina un conejo en su pierna izquierda, pero ambos ejerc¨ªan de futbolistas de sal¨®n, demasiado perfectos, pero demasiado g¨¦lidos y, generalmente, poco y mal acompa?ados. El resto del cortejo estaba en el pasillo, empe?ado en atascar cualquier salida, en no dejar llegar a nadie al cuartillo del ¨¢rea. Pero todo de buenas formas, sin tensi¨®n, sin una voz m¨¢s alta que otra.
Un tanto decisivo
Quiz¨¢ fue m¨¦rito del Mallorca, que consigui¨® congelar a la Real a base de parsimonia, de pararle el reloj y convertir su habitual carrera en un trotecillo que le permit¨ªa defender con solvencia a pesar de los problemas de cintura de Nadal o Lussenhoff.
De haber seguido as¨ª, probablemente el Mallorca hubiera vivido m¨¢s pl¨¢cidamente. Pero marc¨® un gol, bell¨ªsimo por cierto, y se conden¨®. Despert¨® a la fiera que sesteaba complacida y se encontr¨® con el reloj roto, el rival corriendo como un poseso y demasiados jugadores en su ¨¢rea. Y entonces surgi¨® Kovacevic, no como goleador, sino como el delantero inteligente que es, para adivinar huecos, descentrar centrales y agrietar muros defensivos. Y la Real fue la Real. En dos chispazos, un tanto afortunados, resolvi¨® sus dudas y tuvo el partido que quer¨ªa. El Mallorca corri¨® y al final encerr¨® al rival en el ¨¢rea, pero le sobraron toques de bal¨®n, piscinazos de Eto'o y le sobr¨® una estirada de Westerveld a cabezazo de Poli.
Dos mitades, dos partidos, es decir un partido a medias que bien pudo haber acabado en tablas si Eto'o se hubiera preocupado m¨¢s del bal¨®n que de enga?ar al ¨¢rbitro, o en goleada, a poco que hubieran estado acertados Aranburu, en dos disparos anteriores al gol, o Schurrer, en una jugada de estrategia en un libre indirecto que cabece¨® de forma horrible.
No fue el partido que se esperaba porque prevaleci¨® el dandismo m¨¢s de lo necesario. Bien est¨¢ que los dos equipos revelaci¨®n de la temporada se vistan de luces y paseen el palmito por el campo. Pero lo justo, porque no son equipos que se definan por la complacencia, sino por el trabajo. Cundo se laboraliz¨®, gan¨® el f¨²tbol. Cuando se tension¨®, hubo ocasiones. En definitiva, cuando hubo futbolistas haciendo lo que mejor saben hacer: f¨²tbol real, no virtual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.