Albright defiende a Plavsic por su papel clave en los acuerdos de paz de Bosnia
Testigos occidentales favorecen con su declaraci¨®n en La Haya a la ex presidenta serbobosnia
Madeleine Albright, secretaria de Estado de EE UU entre 1997 y 2001, calific¨® ayer de "vital para la reconciliaci¨®n y la justicia" la admisi¨®n de culpa de Biljana Plavsic, antigua presidenta serbia de Bosnia, ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Convertida en el pol¨ªtico de mayor rango de su pa¨ªs en acudir a La Haya, Albright record¨® que los acuerdos de Dayton de 1995, para pacificar Bosnia, se cumplieron gracias al empe?o de Plavsic, enfrentada a sus colegas radicales serbios. Plavsic, acusada de cr¨ªmenes contra la humanidad, ser¨¢ sentenciada el pr¨®ximo a?o.
Escuchada con gran respeto por el Tribunal, Albright rememor¨® ayer los horrores de la guerra en Bosnia: "Las deportaciones, torturas o asesinatos de gentes, cuya ¨²nica culpa era la de pertenecer a una etnia considerada espuria, no se hab¨ªan visto en Europa desde la II Guerra Mundial". Albright hablaba con conocimiento. Como embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante el conflicto de los Balcanes, viaj¨® a la antigua Yugoslavia y se entrevist¨® con muchos de los supervivientes. "Familias enteras acabaron separadas y metidas en autobuses como ganado. Al final, perdieron a sus seres queridos y todo lo que ten¨ªan", a?adi¨®.
En su declaraci¨®n, considerada esencial para que los jueces puedan sopesar adecuadamente la pena que le corresponde a Plavsic, alab¨® la sensatez final de la ex presidenta serbobosnia: "A pesar de su visi¨®n nacionalista, comprendi¨® que Dayton garantizar¨ªa tambi¨¦n el bien de los serbios". Albright concluy¨® recordando que la reconciliaci¨®n en Bosnia ser¨¢ posible si se cumplen tres condiciones: "La admisi¨®n de los cr¨ªmenes cometidos por los culpables, su persecuci¨®n por parte de la justicia y la restauraci¨®n de un sistema judicial bosnio independiente".
Menos compuesta que ayer, Plavsic tom¨® algunas notas durante la comparecencia de Albright, con la que se entrevist¨® en 1998. Aquella fue una cita formal con apretones de manos y sonrisas, donde la acusada serbia de hoy fue tratada como aliada de las potencias occidentales tras la guerra de Bosnia. Una imagen distinta a la ofrecida por la propia Plavsic en 1992, cuando su apoyo a la limpieza ¨¦tnica le llev¨® a pasar literalmente por encima del cad¨¢ver de un civil musulm¨¢n para felicitar a Zeljko Raznjatovic, m¨¢s conocido como Arkan y uno de los se?ores de la guerra m¨¢s sanguinarios de los Balcanes.
En La Haya, Plavsic aleg¨® ayer en su defensa haber estado "cegada por el miedo" hasta no ver que las atrocidades cometidas por los serbios contra los croatas y musulmanes de Bosnia "nada ten¨ªan que ver con la lucha por la supervivencia". Al fin de su intervenci¨®n pidi¨® al tribunal una sentencia que le haga justicia a ella y, sobre todo, a las v¨ªctimas inocentes.
Ver la luz a tiempo
Dedicada por entero a reforzar la tesis de que Plavsic vio en cierto modo la luz a tiempo, para abrazar la v¨ªa constitucional y democr¨¢tica en la Bosnia de la posguerra, la jornada de ayer cont¨® con otros dos testigos de altura. El diplom¨¢tico sueco Carl Bildt, ex mediador de la Uni¨®n Europea en los Balcanes, record¨® los "riesgos personales y pol¨ªticos" corridos por la antigua presidenta serbobosnia al apoyar los acuerdos de Dayton.
"La comunidad internacional sab¨ªa que estaba amenazada por la l¨ªnea m¨¢s dura del nacionalismo serbio. En m¨¢s de una ocasi¨®n se le facilit¨® protecci¨®n y helic¨®pteros para trasladarse", asegur¨®. Seg¨²n Bildt, en un momento dado, hasta pod¨ªa hablarse de dos Rep¨²blicas Sprska (entidad serbia de Bosnia). Encabezada por Plavsic, la primera era proclive a cooperar con Occidente. "La otra, la radical, ve¨ªa el texto de Dayton como una amenaza para los serbios".
Robert Frowick, ex jefe de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, declar¨® a continuaci¨®n. Su apoyo al cambio de rumbo facilitado por Plavsic fue igual de claro e incluso a?adi¨® un dato significativo. Al facilitar la reforma del sistema judicial y de la polic¨ªa desde 1997, Plavsic se convirti¨® en una pieza clave para un giro pac¨ªfico hacia la democracia en Bosnia.
Albright ya hab¨ªa repetido por la ma?ana que s¨®lo una justicia local fiable y capaz de perseguir tambi¨¦n a los culpables de cr¨ªmenes en la antigua Yugoslavia compensar¨ªa a las v¨ªctimas de sus sufrimientos. Los argumentos de los tres no hicieron sino abundar en las circunstancias atenuantes para la futura sentencia de Plavsic. La fiscal¨ªa repiti¨® que su presencia en La Haya deb¨ªa servir de ejemplo a otros l¨ªderes serbios reclamados por el TPIY. En otras palabras: gestos como el de Plavsic, expuesta a una cadena perpetua "y sin haber pactado reducciones de pena al declararse culpable", asegurar¨ªan que el proceso por los cr¨ªmenes cometidos en los Balcanes fuera justo y r¨¢pido.
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