Rato aplaza hasta 2005 el super¨¢vit fiscal por el retraso en la recuperaci¨®n econ¨®mica

El retraso en la recuperaci¨®n econ¨®mica europea que expertos y organismos internacionales auguran pasar¨¢ factura en las cuentas p¨²blicas espa?olas. Seg¨²n anunci¨® ayer en el Congreso el vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, el super¨¢vit presupuestario previsto para 2004 se aplaza a 2005. As¨ª se contempla en el nuevo Plan de Estabilidad que el Gobierno aprobar¨¢ antes de fin de a?o y que rebaja a una horquilla entre el 2% y el 3% la previsi¨®n de crecimiento econ¨®mico para 2003. Tambi¨¦n admite que puede haber d¨¦ficit y que en ello influir¨¢ la cat¨¢strofe del Prestige.

La certeza de que la recuperaci¨®n europea se har¨¢ todav¨ªa esperar y el hundimiento del petrolero en las costas gallegas han dado al traste con el escenario econ¨®mico que el Gobierno se traz¨® hace un a?o. Aquellas previsiones s¨®lo aguantaron unos meses. Con los Presupuestos de 2003 se reconoci¨® que el panorama para 2002 era menos optimista que el previsto y ahora se reconoce una un poco m¨¢s oscura.

El vicepresidente Rato lo admiti¨® ayer durante una larga comparecencia en la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso, en la que explic¨® las l¨ªneas maestras del nuevo Plan de Estabilidad 2002-2006. El documento ser¨¢ aprobado por el Consejo de Ministros antes de fin de a?o para su remisi¨®n a Bruselas, como parte de los compromisos de estabilidad derivados del euro.

El crecimiento econ¨®mico para 2002 se mantiene entre 2,1% y 2,2%, despu¨¦s de su revisi¨®n a la baja a mediados de este a?o. El Plan de Estabilidad inicial fijaba esta cifra en el 2,4%, un nivel que ya entonces fue muy criticado por falto de realismo. Ahora el equipo econ¨®mico del Gobierno cree que en todo caso se superar¨¢ el 2%. El consenso de 14 expertos reunidos por la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros se ubica en el 2%, una d¨¦cima m¨¢s que en la ¨²ltima estimaci¨®n.

Todo parece indicar que en 2003 se andar¨¢ el mismo camino. El Gobierno ha partido de una cifra de crecimiento del 3% y con ella ha elaborado los Presupuestos del a?o pr¨®ximo. Antes de que comience 2003 ya se admite que el nuevo Plan de Estabilidad establecer¨¢ una horquilla entre el 2% y el 3%, lo que sugiere un escenario central del 2,5%. El consenso de los servicios de estudios se encuentra en el 2,4%, una d¨¦cima menos que en su estimaci¨®n anterior.

El escenario presupuestario se modifica para hacer frente a una previsible ca¨ªda de ingresos derivada de ese menor crecimiento econ¨®mico. La principal consecuencia es que el super¨¢vit presupuestario, que en el anterior Plan de Estabilidad se situaba en 2004, se aplaza un a?o, hasta 2005. La raz¨®n es que buena parte de los ingresos reaccionan con un ejercicio de desfase y el a?o que viene hay que absorber, adem¨¢s, la nueva rebaja del IRPF.

Tampoco en 2003 est¨¢ garantizado el d¨¦ficit cero. Seg¨²n anunci¨® ayer Rato, los da?os causados por la marea negra en la costa cant¨¢brica har¨¢n reconsiderar ese objetivo. A los 230 millones de euros que, con cargo a 2002, se est¨¢n destinando a atender las primeras consecuencias del accidente, se a?adir¨¢n nuevos fondos en 2003. Pero aun sin el problema del Prestige, los Presupuestos de 2003 est¨¢n ajustados al l¨ªmite.

Sobre todo, por la inflaci¨®n. La desviaci¨®n del IPC en noviembre en la parte que se consolida para el incremento de las pensiones del 2% en 2003 -1.021 millones de euros- es uno de los descuadres no previstos. Hay que a?adir el acuerdo para la subida de sueldos de los funcionarios, tampoco previsto inicialmente. Es un a?o, adem¨¢s, de rebaja del IRPF en plena desaceleraci¨®n del empleo.

El dinero que se gaste de m¨¢s por causa del Prestige no afectar¨¢ a las normas de disciplina que exige el Pacto de Estabilidad, que, con m¨¢s o menos convencimiento, sigue vigente entre los pa¨ªses del euro. As¨ª lo asegur¨® ayer Rato, al explicar que el propio pacto prev¨¦ que, en situaciones excepcionales, como las provocadas por cat¨¢strofes naturales, las desviaciones de gasto no son sancionables y tampoco hay obligaci¨®n de corregirlas en el tiempo.