Deberes escolares
Dos d¨ªas antes de meter de contrabando en el hemiciclo del Congreso al naufragado Prestige, aprovechando el pleno sobre la cumbre de Copenhague, el presidente del Gobierno hizo un viaje semiclandestino de poco m¨¢s de tres horas a Galicia. Tras blindarse con grandes medidas de seguridad en la torre de control del puerto coru?¨¦s para recibir a un selecto grupo de invitados y convocar una rueda de prensa, Aznar sobrevol¨® algunos escenarios de la tragedia. El jefe del Ejecutivo justific¨® su retraso en acudir a Galicia -31 d¨ªas despu¨¦s de iniciada la cat¨¢strofe- con un pudoroso pretexto que pone en berlina al Rey, al Pr¨ªncipe de Asturias y a varios ministros de su Gobierno: la visita solidaria a las playas contaminadas de los altos cargos del Estado o de los l¨ªderes de la oposici¨®n implica "manipular los sentimientos de los gallegos". La decepci¨®n de quienes esperaban contemplar en televisi¨®n al presidente del Gobierno "agarrando la pala con las manos y apretando los dientes" para limpiar el chapapote -tal y como predica a los socialistas- quedar¨¢ ampliamente compensada con la foto de oportunidad que Aznar ha buscado desesperadamente con su extempor¨¢neo viaje a Washington.
El presidente del Gobierno repiti¨® en el Congreso su autocomplaciente versi¨®n -matizada con suaves concesiones autocr¨ªticas- sobre la actuaci¨®n de las Administraciones central y auton¨®mica (controladas por el PP) durante la crisis; sus r¨¦plicas a los diputados -faltonas, r¨ªspidas e incongruentes con las preguntas- hicieron recordar los pesados sarcasmos de Guillermo Brown a su hermana Ethel. El jefe del Ejecutivo ofreci¨® cicateras excusas a los damnificados y agradeci¨® a los pescadores y a los voluntarios las tareas de limpieza de la costa como si hubiesen realizado ese trabajo para complacerle personalmente. Los ritos de magia negra del vud¨² para desviar las responsabilidades de la cat¨¢strofe sobre Zapatero por su "deslealtad" y "antipatriotismo" tambi¨¦n salpicaron el hemiciclo.
Al igual que los ni?os de San Ildefonso cuando cantan los premios gordos de la loter¨ªa, Aznar aplic¨® sus mejores recursos vocales para jactarse del cumplimiento de su promesa de viajar a Galicia con los deberes hechos bajo el brazo. Con esa imagen colegial, el presidente del Gobierno quiere hacer olvidar su pat¨¦tica incapacidad para reaccionar a tiempo cuando el bombo de los ex¨¢menes escupi¨® una bola que no figuraba en el programa de oposiciones. Aunque Aznar comparezca ante la opini¨®n p¨²blica como un nuevo Zeus armado con el Cuerno de la Abundancia -alimentado por los recursos presupuestarios y la redistribuci¨®n de los fondos comunitarios- para ayudar a los damnificados del Prestige, no parece aventurado suponer que cualquier otro gobernante hubiese logrado iguales o mejores medidas (con el riesgo de ser descalificado por pedig¨¹e?o, como le sucedi¨® a Felipe Gonz¨¢lez a su regreso de la cumbre de Edimburgo) de las instituciones europeas.
El presidente del Gobierno minimiz¨® o neg¨® en el Congreso la descoordinaci¨®n, las tardanzas, las desinformaciones, las imprevisiones, la escasez de medios, la infrautilizaci¨®n de las Fuerzas Armadas y las equivocaciones registradas en el tratamiento de la crisis. Aznar considera un axioma -puesto en duda, sin embargo, por varios expertos- que el alejamiento del petrolero de las costas gallegas fue la menos mala de las soluciones posibles. Ocurre, sin embargo, que el c¨²mulo de versiones diferentes, rectificaciones forzosas, testimonios contradictorios y zonas oscuras del relato sobre qui¨¦n, c¨®mo y cu¨¢ndo fue adoptada la medida ti?e de sospechas esa tesis. La tendencia de los pol¨ªticos a descargar la responsabilidad de las decisiones sobre los t¨¦cnicos es una muestra de cobard¨ªa; el ministro de Fomento s¨®lo admite que dio el visto bueno a la propuesta de sus subordinados antes de irse de cacer¨ªa (una afici¨®n tan noble como leer libros o escuchar m¨²sica, seg¨²n Cascos) y esgrime su falta de dotes prof¨¦ticas como coartada del desastre posterior. Ah¨ª reside precisamente el problema: ?que hizo el Gobierno de Aznar cuando el Prestige, situado en la Zona Econ¨®mica Exclusiva espa?ola, cambi¨® su rumbo norte para navegar hacia el sur, se desvi¨® luego hacia el oeste por ¨®rdenes portuguesas y se hundi¨® donde los vientos y las corrientes no pod¨ªan sino arrastrar el fuel hacia las costas espa?olas?
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