Sufrimiento y festival del Madrid
El equipo de Del Bosque vuelve a remontar dos goles en M¨¢laga, en un partido donde mostr¨® dos caras muy distintas
Por segunda semana consecutiva, el Madrid se vio obligado a remontar dos goles de desventaja en un partido. Esta vez en un campo, La Rosaleda, donde habitualmente no encuentra facilidades, y donde de hecho no hab¨ªa ganado en las tres temporadas anteriores, desde el regreso de M¨¢laga a Primera Divisi¨®n.
Y en La Rosaleda tuvo que mostrar el Madrid la diferencia sideral que hay entre sus dos caras. Sufri¨® lo indecible en el primer tiempo, en el que se vio completamente desarbolado, y acab¨® d¨¢ndose un festival en un segundo periodo que domin¨® con la autoridad aplastante que impone cundo aflora la calidad de sus jugadores. Y hay que decir que todas las figuras madridistas tuvieron su aportaci¨®n en la victoria final, que se antojaba poco menos que imposible en el descanso.
M?LAGA 2 - REAL MADRID 3
M¨¢laga: Contreras; Josemi, Fernando Sanz, Roteta, Valcarce; Manu (Juanito, m.64), Miguel ?ngel (Koke, m.84), Sandro (Rojas, m.75), Musampa; Dar¨ªo Silva y Dely Vald¨¦s. Real Madrid: Casillas, Salgado, Iv¨¢n Helguera, Pav¨®n, Roberto Carlos; Figo, Flavio Concei?ao (Celades, m.68), Zidane, Solari (Guti, m.68); Ra¨²l y Ronaldo (Mcmanaman, m.90). Goles: 1-0. M.16. Musampa marca despu¨¦s de que su disparo sea rechazado por la defensa del Madrid. 2-0 m. 39 Dar¨ªo Silva intenta una vaselina, el bal¨®n lo toca Casillas, da en el larguero, y cae ante Dely Vald¨¦s, que acomoda su cuerpo para que golpee en su rodilla. 2-1. M.46. Zidane arranca desde 30 metros, llega al ¨¢rea y cruza por bajo ante la salida de Contreras. 2-2. M. 72. Ra¨²l remata a bocajarro un centro de Ronaldo. 2-3. M. 79. Figo, de penalti. ?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Guti, en el banquillo, por protestar, y a Musampa, Roteta y Zidane. Unos 27.000 espectadores en La Rosaleda, que no se llen¨®.
El M¨¢laga apenas ha cambiado, por m¨¢s que var¨ªe su alineaci¨®n temporada a temporada, o que, como en el caso de ayer le faltaran dos piezas fundamentales en su centro del campo (Gerardo y Romero) su comportamiento es siempre el mismo, no se puede permitir guardar en dossis sus ganas. El Madrid tropez¨® en la piedra de siempre cuando tiene enfrente un equipo que le presiona y le incomoda la posesi¨®n del bal¨®n, que junta las l¨ªneas, y que se despliega con velocidad en ataque.
El M¨¢laga plante¨® un partido frontal, abierto, sin complejos, jugado en muchas fases de ¨¢rea a ¨¢rea. Quiso claramente ganarlo, y puede que al final pagara su generosidad, porque en el segundo tiempo, cuando el Madrid imprimi¨® un ritmo m¨¢s acelerado a su juego, se mostr¨® alarmantemente desfondado.
Sin Cambiasso ni Makelele, lesionados, Flavio Concei?ao y Zidane formaron la pareja de pivotes. Ante ellos, Sandro siempre dispuso de espacio suficiente para imporner su calidad. Sus pases trajeron a maltraer a la defensa del Madrid, as¨ª como las incursiones de Musampa, que constantemente desbord¨® por la izquierda, y el movimiento constante de Dar¨ªo Silva y Dely Vald¨¦s. El equipo de Peir¨® acumul¨® as¨ª buenas ocasiones de gol, y en dos ocasiones Iker Casillas tuvo que asumir una vez m¨¢s el papel salvador a que acostumbra.
El M¨¢laga asumi¨® el riesgo de adelantar su defensa, pero el Madrid trasladaba el bal¨®n con demasiada lentitud para desbordarla. S¨®lo un lanzamiento de falta de Figo puso algo de peligro en el ¨¢rea del M¨¢laga.
Pero el Madrid se transform¨® en el segundo tiempo. Cambi¨® de actitud, cambi¨® de decisi¨®n, y sobre todo, imprimi¨® la quinta velocidad a sus acciones. Zidane dio un brusco cambio de rumbo en el primer minuto, con una gran jugada individual. Cogi¨® el bal¨®n a 30 metros de la porter¨ªa, y se fue con decisi¨®n hacia el ¨¢rea, sorte¨® a dos defensores y bati¨® a Contreras cuando iniciaba su salida. El gol espole¨® la reacci¨®n del Madrid.
Los otros movimientos fundamentales llegaron desde el banquillo. Del Bosque dio entrada a Guti y a Celades para relevar a Flavio Concei?ao y Solari -el argentino apenas apareci¨® en el partido y el brasile?o sufre para jugar el bal¨®n-.
Con Zidane m¨¢s adelantado en su posici¨®n, Figo muy activo apareciendo por una y otra banda, y Ra¨²l apoyando la creaci¨®n de las jugadas, el Madrid empez¨® a tocar y a tocar. Se apoder¨® del bal¨®n y de los espacios. El M¨¢laga intent¨® aguantar el cara a cara, pero se mostr¨® desfondado. Cuando contraatacaba, sus jugadores ya no ten¨ªan fuerzas para bajar a defender. Musampa y Dar¨ªo Silva acabaron difumin¨¢ndose, y la sombra de la remontada de apoder¨® de La Rosaleda como el destino irremediable del partido.
Era cuesti¨®n de tiempo, el Madrid fue acumulando ocasiones, y el rival se mostraba demasiado impotente, sin ninguna capacidad de reacci¨®n. S¨®lo dos veces lleg¨® el M¨¢laga al ¨¢rea del Madrid en la segunda parte, y en ambas Dar¨ªo Silva intent¨® dos remates imposibles.
Una arrancada de Ronaldo por la banda izquierda, en la que desbord¨® a dos defensas, puso en las botas de Ra¨²l el empate.
La autoridad del Madrid se hizo dictatorial. Ya con el marcador a favor, el equipo de Del Bosque se dedic¨® a cuidar el bal¨®n y a dormir el partido, con el juego de toque que tanto le gusta. A¨²n pudo ampliar su ventaja en un chutazo desde fuera del ¨¢rea de Guti que se ¨¦strell¨® en el palo.
La diferencia entre uno y otro equipo acab¨® al final pareciendo sideral, pero el Madrid necesit¨® de nuevo pecar de soberbia y sufrir su penitencia para sacar su mejor cara.
Es la historia repetida, para impotencia de un M¨¢laga que por segunda vez en tres a?os ve como el Madrid le remonta dos goles en La Rosaleda.
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