"Yo no s¨¦, en este momento, qui¨¦n tiene mis datos"
El nuevo responsable de la APD cree que "hay grave carencia de informaci¨®n" sobre la ley
El nuevo sheriff de los datos se llama Jos¨¦ Luis Pi?ar. Este catedr¨¢tico de Derecho Administrativo acaba de cumplir un mes como director de la Agencia de Protecci¨®n de Datos (APD), la entidad que se encarga de vigilar que las empresas y las administraciones p¨²blicas no se salten la ley que las obliga a proteger los datos de sus empleados y clientes. Jos¨¦ Luis Pi?ar (Madrid, 1957) sustituye a Juan Manuel Fern¨¢ndez, que ha sido director de la APD los ¨²ltimos cuatro a?os.
Pi?ar dice que su principal objetivo es "acercar la Agencia a la sociedad", y por eso va a cambiar la imagen de la APD, su logotipo y su p¨¢gina web. "La agencia debe ocupar un puesto muy importante en la sociedad, y eso no termina de ser valorado", explica este jurista. Adem¨¢s, y por su "vocaci¨®n docente", su segundo objetivo es "explicar a las empresas qu¨¦ deben hacer" para cumplir la Ley de Protecci¨®n de Datos, porque cree que uno de los principales problemas que se plantean en Espa?a es que las empresas, quienes deben cumplir la ley, no la conocen. "Yo les dir¨ªa a las empresas que nos digan: 'Sinceramente, no s¨¦ si lo estoy haciendo bien o mal, no he inscrito un fichero en mi vida, ?c¨®mo se hace?". Eso s¨ª, aclara, "si hay que sancionar, se sanciona".
"No creo que haya un elevado nivel de incumplimiento de las normas. Lo que s¨ª hay es un elevado nivel de desconocimiento"
"Es cierto que la legislaci¨®n es complicada. En la propia Agencia tenemos constantes problemas de interpretaci¨®n"
Pregunta. ?Cu¨¢les son sus primeras impresiones en este mes?
Respuesta. La agencia es un organismo muy atractivo para m¨ª, como catedr¨¢tico y jurista, porque aqu¨ª se plantean cuestiones de derecho administrativo, civil, mercantil, comunitario, internacional... Adem¨¢s, la naturaleza de la agencia como entidad independiente, que se caracteriza porque no podemos pedir ni recibir instrucciones, tambi¨¦n es muy interesante. En este mes me he dado cuenta de que la APD es mucho m¨¢s importante de lo que yo cre¨ªa, tiene m¨¢s responsabilidades de las que yo pensaba y hay much¨ªsimo m¨¢s trabajo del que yo pod¨ªa imaginar.
Veo tambi¨¦n que entre los ciudadanos hay una grave carencia de formaci¨®n y de informaci¨®n. No creo que haya un elevado nivel de incumplimiento, lo que s¨ª hay es un elevado nivel de desconocimiento, que lleva a incumplimientos involuntarios de la Ley de Protecci¨®n de Datos. Por eso, una de mis prioridades es acercar la agencia a quien la necesite y a quien de otro modo, quiz¨¢, se iba a encontrar con ella en un procedimiento sancionador. Para evitarlo hay que hacer campa?as de informaci¨®n, y seguir con la firma de protocolos de colaboraci¨®n como el que hay con el Consejo de C¨¢maras.
P. ?Es consciente el ciudadano espa?ol de la importancia que tiene la protecci¨®n de sus datos?
R. El ciudadano es due?o de sus datos. La sentencia del Tribunal Constitucional 292/2000 dice que el derecho de protecci¨®n de datos es un derecho aut¨®nomo; no est¨¢ necesariamente vinculado a la intimidad ni a la inform¨¢tica. Esto se traduce en que los datos personales son parte del patrimonio de un ciudadano, y ¨¦l tiene derecho a saber qui¨¦n tiene esos datos, qu¨¦ se est¨¢ haciendo con ellos y para qu¨¦ se est¨¢n utilizando.
Creo que el ciudadano s¨ª es consciente de esa importancia, pero cuando se siente agredido. Estamos hablando de un derecho que, en muchas ocasiones, resulta violado sin que nosotros seamos conscientes de ello. Ni siquiera yo, como director de la agencia, puedo saber, ahora, en este momento, qui¨¦n tiene mis datos y qu¨¦ est¨¢ haciendo con ellos. Si me roban el coche o me atracan s¨¦ que estoy siendo agredido, pero no puedo saber si en este momento alguien est¨¢ utilizando mal mis datos, porque es imposible saberlo. La agencia, por supuesto, est¨¢ abierta a cualquiera que quiera recibir informaci¨®n. Atendemos 20.000 consultas al a?o por tel¨¦fono, presenciales y por escrito.
P. Algunas empresas no ven a la APD como un organismo que les ayude a cumplir la ley, sino como un ente sancionador.
R. Es verdad que mucha gente piensa que la agencia es la mala de la pel¨ªcula. Por mi parte, quiero dar una imagen de una entidad independiente, cercana, que colabora y que presta ayuda, pero que tiene una funci¨®n muy importante que cumplir, que es garantizar el respeto de un derecho fundamental, capital y aut¨®nomo. Y si esa labor nos exige llevar a cabo actividades inspectoras, y luego sancionar, tendremos que sancionar. En los medios se me ha atribuido una frase: "El nuevo director dice que nadie le parar¨¢ en su actividad sancionadora". Yo lo que he dicho es que nuestra primera misi¨®n es garantizar un derecho fundamental. Lo segundo es hacer todo lo posible para que, cuanta m¨¢s gente, mejor, conozca la legislaci¨®n de protecci¨®n de datos. Pero, en tercer lugar, si por v¨ªa de denuncia o de actuaciones de oficio tenemos conocimiento de una infracci¨®n y hay que sancionar, se sancionar¨¢. Ah¨ª es donde afirmo que nadie nos parar¨¢ a la hora de sancionar, porque ¨¦sa es nuestra obligaci¨®n en cuanto a entidad independiente. Que no se piense que hay centros, entidades, empresas que pueden librarse. El que pida la ayuda, la tiene. El que incumpla la ley, y si desgraciadamente hay que llegar a una sanci¨®n, ser¨¢ sancionado.
P. ?Qu¨¦ problemas tienen las empresas espa?olas a la hora de cumplir la ley?
R. El principal es un desconocimiento involuntario de la legislaci¨®n. Hay muchas pyme que no son conscientes, ni siquiera, de que tienen un fichero. Yo les dir¨ªa, ante todo y de veras, que la agencia est¨¢ a su disposici¨®n. Tambi¨¦n pueden acudir a las C¨¢maras si tienen dudas. Pero es cierto que la legislaci¨®n es complicada. Tenemos comit¨¦ de direcci¨®n todas las semanas, y constantemente tenemos problemas de interpretaci¨®n. Si esto ocurre en la agencia, ?c¨®mo no va a tener problemas quien no es un especialista?
P. ?Se sabe cu¨¢ntas empresas incumplen la ley?
R. S¨ª y no, y quiero ser especialmente cauto porque s¨¦ que se ha repetido un porcentaje de que el 90% de nuestros datos est¨¢ desprotegido. El tema es el siguiente: si en Espa?a hay unos tres millones de empresas, y en la APD tenemos 300.000 ficheros, la conclusi¨®n f¨¢cil y simplista es que s¨®lo un 10% de las empresas cumple la legislaci¨®n. Pero eso no es verdad, porque todas las grandes empresas, las que afectan a la mayor parte de los consumidores, tienen su fichero inscrito. No se puede decir que el 90% de nuestros datos carezca de protecci¨®n.
P. Las asociaciones de empresas se quejan de que la legislaci¨®n y las sanciones espa?olas son muy duras respecto a las comunitarias, lo que restringe su competitividad frente a las compa?¨ªas de la UE.
R. Efectivamente, la cuant¨ªa de las sanciones en Espa?a es elevada. Tambi¨¦n es verdad que no en todas las constituciones hay un derecho fundamental como en la nuestra. Soy consciente de que la legislaci¨®n puede tener apariencia de excesivo rigor, aunque estamos muy en la l¨ªnea del derecho comunitario porque la ley es trasposici¨®n de una directiva. En cuanto a las sanciones, s¨¦ que son cuantiosas, pero son las que son, y as¨ª est¨¢n previstas en la ley org¨¢nica.
P. Ha comentado que hay m¨¢s trabajo en la agencia del que pensaba. ?Eso significa que hay m¨¢s incumplimientos de la ley de los que cre¨ªa?
R. No, significa que hay en torno a 200 ficheros diarios que se inscriben en la agencia, lo que da una media de 75.000 al a?o. Hay un n¨²mero muy elevado de expedientes de tutela o sancionadores, unos 500. Y hay una demanda importante de ayuda de colectivos. La agencia funciona muy bien para los medios que tiene.
P. ?Necesita aumentar esos medios?
R. Todos necesitamos aumentar los medios. Soy consciente del compromiso de estabilidad presupuestaria y de la austeridad que debe presidir la acci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica. Lo que estoy haciendo es estudiar, desde una perspectiva sensata, las necesidades de personal de la agencia para luego hacer una petici¨®n de d¨®nde deber¨ªa haber, quiz¨¢, un incremento de medios personales. Pero lo que pida ser¨¢ lo que necesite.
P. La plantilla t¨¦cnica no ha aumentado en los ¨²ltimos a?os, y s¨ª los expedientes.
R. La plantilla es muy semejante a la que hab¨ªa en el origen de la Agencia, 69 personas, y estamos por debajo de las autoridades de otros pa¨ªses. Pero s¨ª, soy consciente de que aqu¨ª la gente tiene una carga de trabajo importante.
"La ley es manifiestamente mejorable"
P. El Gobierno tiene encima de la mesa una propuesta del Congreso para aumentar los supuestos en que se exige el consentimiento expreso del ciudadano para utilizar sus datos. ?Qu¨¦ opina de ese asunto?R. Vamos a analizar hasta d¨®nde se puede llegar, dentro de la ley y del derecho comunitario, en la exigencia del consentimiento expreso. S¨¦ que las empresas tienen alguna preocupaci¨®n, lo comprendo. Estoy adelantando cosas que no est¨¢n en mi mano, aunque sin que el consentimiento sea expreso se puede facilitar al ciudadano, y sin un coste excesivo para las empresas, la manifestaci¨®n del consentimiento, con sobres franqueados o tel¨¦fonos gratuitos, por ejemplo. Pero s¨¦ que hay bienes jur¨ªdicos enfrentados, el derecho fundamental y la competitividad de las empresas, que no se sientan m¨¢s discriminadas que en Europa.P. La oposici¨®n pide una modificaci¨®n directa de la ley, donde se cambie el consentimiento "inequ¨ªvoco" por "expreso".R. El Congreso, en efecto, ha llamado la atenci¨®n de la conveniencia de modificar la ley. Pero al final lo que ha prosperado es una proposici¨®n en que se instaba al Gobierno a estudiar, en el desarrollo reglamentario, los supuestos en los que el consentimiento es expreso. Y no puede ser de otro modo, porque la ley es manifiestamente mejorable, pero es tributaria de la directiva. P. ?No se puede ir m¨¢s all¨¢ de la directiva?R. Debe haber un desarrollo reglamentario de la ley. Nosotros no somos quienes debemos hacerlo, pero s¨ª voy a llamar la atenci¨®n, all¨ª donde sea necesario, de la necesidad de desarrollar el reglamento, con una interpretaci¨®n que conjugue todos los intereses en juego.
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