?ltimo cartucho

A juzgar por la indignaci¨®n que ha generado la liquidaci¨®n de Caiga quien caiga, deduzco que sus responsables no tendr¨¢n problemas para encontrar una progresista televisi¨®n que acoja su celebrado trabajo. Porque lo cierto es que, durante estas siete temporadas, la ¨²nica cadena que se ha atrevido a emitirlo ha sido Tele 5. No la de Berlusconi, que tiene en Sonia de Gran Hermano a su icono m¨¢s identificador, pero s¨ª la de Mikel Lejarza, que permiti¨® a los hombres de negro consolidarse en una cuerda floja razonablemente inestable. Ayer se despidieron con tristeza y con Wyoming tumbado en su div¨¢n, dici¨¦ndose a s¨ª mismo cosas tales como "Espa?a puede vivir sin progres trasnochados". Por desgracia, los progres trasnochados siguen ah¨ª, ensayando ante un espejo la muletilla del "mire usted", mientras que el anarco-periodismo de estos gamberros audiovisuales tendr¨¢ que esperar a resucitar, aunque me temo que ninguno de ellos cree en el m¨¢s all¨¢.

En su ¨²ltimo cap¨ªtulo, que cont¨® con una fila cero de famosos simpatizantes en el m¨¢s puro estilo de los recitales de canci¨®n protesta posfranquista, CQC continu¨® en su l¨ªnea de mezclar elementos de cr¨ªtica (chapapote, Ana Botella, ministros lamentando la desaparici¨®n del programa), sociolog¨ªa del pesebre (premios parlamentarios) y otros fiestorros (estrenos).

Dicen que CQC cierra porque era demasiado caro. El d¨ªa que descubran que la televisi¨®n apagada tiene la misma audiencia que encendida, el despido ser¨¢ masivo. El s¨¢bado, en su art¨ªculo de La Vanguardia, Gregorio Mor¨¢n escrib¨ªa: "Reivindico el careto de El Gran Wyoming como nuestro referente pl¨¢stico de la transici¨®n: goza de un rostro de cemento armado, gestualmente riqu¨ªsimo y con una voz de tr¨¦molos altos, id¨®neos para la pompa y el sarcasmo, o mejor para el sarcasmo de la pompa". Ayer, la pompa fue f¨²nebre y el sarcasmo un fiambre. Mientras dur¨® el aznarismo, CQC estuvo all¨ª para contarlo con una simpat¨ªa que alcanzaba sus momentos estelares con la labia de Wyoming, la locura de Carbonell (ayer estuvo espl¨¦ndido buscando, con un meg¨¢fono y un gorro de buf¨®n, a ese Rey que tanto les echar¨¢ de menos) y la agilidad mental de Tonino.

Pero el momento m¨¢s filos¨®ficamente puro se produjo cuando Wyoming le pregunt¨® al Reverendo c¨®mo ve¨ªa el futuro. El canoso pianista-nihilista mir¨® a la c¨¢mara y respondi¨®: "Si quieres que te diga la verdad, perd¨ª la curiosidad hace mucho tiempo".