Gilberto Gil, la cultura de Brasil
El cantante y compositor bahiano, el ministro m¨¢s pol¨¦mico de Lula
El nombramiento del dios bahiano de la m¨²sica, el negro Gilberto Gil, que tiene ya en su haber tres premios Grammy, como nuevo ministro de Cultura de Brasil, ha sido la mayor sorpresa del nuevo Gobierno del izquierdista Luis In¨¢cio Lula da Silva. Y el m¨¢s pol¨¦mico. Los artistas e intelectuales del Partido de los Trabajadores (PT), el de Lula, se opon¨ªan con fuerza. Consideraban que la cultura era la pupila de los ojos del partido, que siempre hab¨ªa estado rodeado por la crema del mundo del arte, y quer¨ªan un ministro de ellos.
El nuevo presidente, a quien el mundialmente famoso cantante y compositor bahiano Gilberto Gil, que milita en el Partido Verde, hab¨ªa apoyado durante las elecciones y cedido algunas de sus m¨²sicas para la campa?a electoral, fue intransigente. Dej¨® que se disiparan las nubes de la pol¨¦mica y, cuando ya los medios de comunicaci¨®n estaban haciendo las quinielas de los cargos, horas antes del anuncio de los nuevos ministros, descartando que Gil entrara en el Gobierno, Lula apareci¨® en la televisi¨®n con todos sus ministros teniendo al cantante sentado a su derecha, vestido enteramente de blanco.
"Conmigo llega el tropicalismo", afirma, vestido de blanco para alejar envidias y malos esp¨ªritus
Radiante, el compositor dijo que estaba vestido de blanco porque su mae de santo, la sacerdotisa del candombl¨¦ africano por ¨¦l consultada, le hab¨ªa dicho que de esa forma alejar¨ªa de s¨ª las envidias y malos esp¨ªritus. ?Qui¨¦n se puede imaginar a Gilberto Gil con corbata y traje oscuro? Sonriendo, el cantante destac¨® que Lula ya ha demostrado que va a quebrar muchos protocolos (hasta se prob¨® delante de un grupo de nuevos ministros en un acto oficial unos zapatos que le acababan de regalar) y que ¨¦l va a poder hacer lo mismo.
"Conmigo llega el tropicalismo al Planalto", afirm¨® al saber su nombramiento. Y para el compositor, el tropicalismo es tambien "posmodernidad", "nuevos tiempos", "pos-todo". ?C¨®mo puede un cantante con una agenda mundial como la de Gil encerrarse en un ministerio en Brasilia? Asegura que ya ha hablado de todo eso con Lula. Podr¨¢ hacer dos conciertos al mes, ninguno subvencionado ya por el Gobierno. Y no dejar¨¢ de ser original ver a un ministro desmelenarse en los escenarios cerrados o al aire libre, por ejemplo, en la playa de Copacabana.
Quienes apoyan la decisi¨®n de Lula afirman que puede valer m¨¢s una idea genial del cantante para la cultura de este pais que a?os de burocracia dentro del ministerio. Adem¨¢s, el tropicalista que ya hab¨ªa demostrado tener una gran sensibilidad cuando fue secretario de Cultura en Salvador de Bah¨ªa, donde contribuy¨® a la recuperaci¨®n del centro hist¨®rico de la ciudad (el famoso Pelorinho, hoy meta del turismo mundial), piensa crear un equipo de colaboradores bien preparados que lo asesoren.
De lo que nadie puede dudar es del pasado progresista y de resistencia de Gil contra la dictadura. Particip¨® en las marchas de R¨ªo en el 68, pas¨® meses en la c¨¢rcel y vivi¨® el exilio, aunque "sin perder nunca su ternura natural", escribe Alfredo Sirkis, de la ejecutiva nacional del Partido Verde. Particip¨® tambi¨¦n en numerosas luchas a favor de la ecolog¨ªa, marchas antirracistas, en defensa de los derechos humanos y a favor de todos los segmentos m¨¢s discriminados de la sociedad. A su generosidad se debe el que una de las favelas m¨¢s populosas de R¨ªo, la de la Rosinha, tenga un centro cultural digno.
A sus 60 a?os, a los que dicen que sus canciones se han suavizado, que ya no son tan revolucionarias como las de hace 30, Gil responde que al inicio de su carrera hab¨ªa "mucho sue?o, muchos deseos de cambio", pero tambi¨¦n poca t¨¦cnica. "La vida me moder¨®", afirma hoy. Y a?ade que su m¨²sica puede que sea hoy menos revolucionaria, pero sin duda es de "mejor calidad". "A mis 60 a?os, la se?al de mi camino indica: 'Vejez, la primera a la derecha". Aunque flamante ministro, ha dicho a sus amigos que se siente rejuvenecer frente al nuevo desaf¨ªo.
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