El fuel que se suelta de las rocas mantiene la alerta en las R¨ªas Bajas
Toda tregua es relativa en la lucha contra el fuel. Las grandes manchas ya no asedian las R¨ªas Bajas, pero los marineros se mantienen alerta porque las secuelas del paso de la marea negra no han cesado. Centenares de toneladas de fuel est¨¢n adheridas a los acantilados de las islas Atl¨¢nticas, que forman una flotilla petrea de vigilancia y resguardo en las bocanas de las r¨ªas de Arousa, Pontevedra y Vigo. Cuando el mar bate fuerte, como en los ¨²ltimos d¨ªas, se desprenden de las rocas trozos de chapapote que derivan hacia el interior de las r¨ªas. Marineros de Bueu, Cangas do Morrazo, Vigo y Baiona tuvieron que salir ayer al mar para impedir el avance de esos restos dispersos de contaminaci¨®n.
Los marineros de Arousa, Pontevedra y Vigo no bajan la guardia para preservar la limpieza del interior de sus r¨ªas, donde est¨¢n los grandes bancos marisqueros y las instalaciones de cultivos marinos, flotantes o en tierra. Ayer, como siempre que lo permite el tiempo, salieron de reconocimiento, y en las zonas de Pontevedra y Vigo tuvieron que pedir refuerzos de tierra para recoger peque?os fragmentos de chapapote que iban a la deriva hacia el interior de las r¨ªas.
"Calculo siete toneladas"
En Bueu, cuatro barcos mejilloneros evitaron que las manchas desprendidas de las rocas de la isla de Ons penetrasen en la r¨ªa. "Despu¨¦s de lo que bati¨® el mar durante estos d¨ªas, ya nos lo esper¨¢bamos", coment¨® el patr¨®n mayor, Jos¨¦ Manuel Rosas. "Eran galletas peque?as, pero entre todas calculo que se han recogido unas siete toneladas".
Lo mismo ocurri¨® en la r¨ªa de Vigo, donde el chapapote que sueltan los acantilados de las islas C¨ªes oblig¨® salir a las planeadoras, las embarcaciones m¨¢s maniobrables para recoger "trozos de un tama?o ¨ªnfimo", seg¨²n explic¨® Pablo Villar, gerente de la cofrad¨ªa de Cangas. Varias playas pr¨®ximas a Vigo aparecieron ayer sembradas de bolitas de chapapote, como viene ocurriendo desde hace d¨ªas en arenales de las r¨ªas de Arousa y Pontevedra.
Tambi¨¦n en A Coru?a, mucho m¨¢s al norte, las playas de la ciudad recibieron ayer fragmentos de contaminaci¨®n de la herencia del Prestige. En la zona del faro romano de la torre de H¨¦rcules, a la entrada de la bah¨ªa, se avist¨® una concentraci¨®n de peces muertos. El acuario de la ciudad se hizo cargo de algunos ejemplares para analizarlos.
Las manchas perdidas que abandonaron Galicia empujadas por el mar y los vientos cercan ahora Asturias y Cantabria. En esas comunidades fueron retiradas ayer 27 toneladas de chapapote, un engrudo que en las nuevas tierras que ahora toca se llama galipote, galip¨® o, simplemente, alquitr¨¢n.
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