Ruido insufrible

Les escribo enormemente disgustado por la existencia, en pleno centro de la capital de Espa?a, de una plaza donde se perpet¨²a desde hace a?os un ruido extraordinariamente molesto, incesante e insufrible. Me refiero a la plaza de Canalejas, donde asoma, al parecer, la salida de la refrigeraci¨®n de un estacionamiento subterr¨¢neo all¨ª situado, al que se adentra uno por la contigua plaza de Sevilla.

El ruido es hiriente, suena como si el metal de las conducciones de refrigeraci¨®n se viera sometido a grandes torsiones y sufrimientos derivados de aplicarle una gran crueldad.

Pero, para desgracia de cuantos habitamos en las inmediaciones, incluyendo los hu¨¦spedes de un cercano hotel, los clientes de una conocida perfumer¨ªa, los usuarios de varios bancos, los consumidores de unos famosos caramelos o los compradores de c¨¦lebres turrones, el principal castigo recae sobre todos nosotros. Me parece impropio que un consistorio que dice verse empe?ado en conservar la tranquilidad ciudadana y en defenderla tolere que ese ruido prosiga d¨ªa y noche sin que nadie, hasta el momento, acabe con ¨¦l. Pido a quien corresponda que tome cartas en este desagradable asunto.