El crudo del 'Prestige' mancha ya m¨¢s de cien kil¨®metros de la costa atl¨¢ntica francesa
El chapapote amenaza a una importante reserva ornitol¨®gica y a la industria tur¨ªstica
El jueves se hablaba de rastros de fuel en la playa de la Biscarosse, el viernes, de peque?as bolas negras esparcidas por cincuenta kil¨®metros de costa francesa, y ayer eran cien los kil¨®metros manchados, a veces por placas de veinte o treinta cent¨ªmetros, negruzcas y pegajosas, en algunos casos sucia mortaja de aves prisioneras de su abrazo. En la zona se halla la reserva ornitol¨®gica de Teich, que cada a?o acoge a 700.000 aves en migraci¨®n. Las consecuencias econ¨®micas ya se dejan sentir: los turistas alemanes, que suelen hacer sus reservas para el verano por estas fechas, no han dado se?ales de vida.
En Ar¨¨s, una poblaci¨®n situada en la costa de la laguna de Arcachon, en las instalaciones hoy vac¨ªas de un c¨¢mping, se ha creado un hospital de urgencia para p¨¢jaros v¨ªctimas del chapapote. "A muy pocos kil¨®metros de aqu¨ª est¨¢ la reserva ornitol¨®gica de Teich", explica el portavoz de la LPO (Liga Protectora de los P¨¢jaros), "25 hect¨¢reas que acogen, cada a?o, m¨¢s de 700.000 aves en migraci¨®n, 260 especies distintas. Algunas de ellas las tenemos hoy aqu¨ª en el c¨¢mping. Hay que hacerles un lavado de est¨®mago antes de enviarlas a Nantes, donde tienen medios para poder limpiar el plumaje, pero muchas mueren antes, v¨ªctimas del fr¨ªo: el fuel ha privado a su plumaje de sus virtudes impermeabilizantes".
Junto a la playa de Biscarosse, ahora protegida por un cartel que reza: "Peligro. Poluci¨®n. Prohibido caminar por la playa", un bombero bien equipado retira placas de chapapote: "Lo peor est¨¢ por venir. Y nadie sabe cu¨¢nto va a durar. Hoy el mar huele a petr¨®leo. Es la primera vez que veo eso".
Para Michel Sammarcelli, alcalde de la vecina poblaci¨®n de Cap Ferret, "lo que veo hoy ya no puede combatirse con las manos. Necesitamos medios mec¨¢nicos. Los 50 millones de euros prometidos por el primer ministro est¨¢n muy bien, pero ?en qu¨¦ se concretan?".
Denis Dupont, hotelero de Mimizan, explica que "los alemanes que acostumbran a reservar sus habitaciones para julio y agosto por estas fechas a¨²n no han dado se?ales de vida. He recibido una carta de uno de ellos pregunt¨¢ndome c¨®mo estaba la playa. ?Yo qu¨¦ s¨¦ c¨®mo estar¨¢ esto dentro de seis meses!", exclama, impotente ante una extensi¨®n de arena blanca salpicada de manchas negras.
Algunos, como Pierre Van Doelhagen, un industrial de Morlaix, intentan sacar partido de la situaci¨®n. "Mi m¨¢quina es la mejor para limpiar la arena, la ¨²nica que lo hace sin aplastar el fuel escondido". Se trata de una suerte de cortadora de c¨¦sped en la que las cuchillas han sido sustituidas por un tamiz. Van Doelhagen hizo una demostraci¨®n convincente de su invento ante el primer ministro. El prefecto de la regi¨®n pareci¨® convencido, pero a¨²n no hay ninguna decisi¨®n tomada.
"Para combatir una contaminaci¨®n de este tipo no basta con las declaraciones", ha declarado S¨¦gole Royal, antigua ministra socialista y primera voz de la oposici¨®n pol¨ªtica que se deja oir. Los ecologistas, de manera un tanto cacof¨®nica, tambi¨¦n han criticado la acci¨®n gubernamental. La Asociaci¨®n de Amigos de la Tierra estima que "tanta palabrer¨ªa encaja mal con ciertas realidades: Francia apenas controla el 7% de los barcos que entran en sus puertos, cuando se comprometi¨® a controlar un 25%. No hay dinero para inspectores. A las declaraciones tienen que seguir los hechos".
De momento, Chirac y el equipo encabezado por el primer ministro Raffarin explotan a fondo una t¨¦cnica que les dio buen resultado electoral el pasado a?o, cuando la derecha hinch¨® el globo de la inseguridad ciudadana para mejor presentarse como soluci¨®n.
Ante el Prestige, el Gobierno en pleno se moviliza, nadie minimiza el alcance del drama. La prensa subraya que Chirac ha tenido ante s¨ª el mejor contraejemplo. Lib¨¦ration, adem¨¢s de recordar la inoportuna pasi¨®n cineg¨¦tica de Cascos y Fraga, se refiere literalmente "al ejemplo espa?ol, el de un Aznar que se empe?¨® en negar la amplitud de una cat¨¢strofe cuyas consecuencias pesan hoy sobre su reelecci¨®n". Le Parisien tambi¨¦n cree que "Aznar ha servido de contra-ejemplo a Chirac" que "no teme exagerar porque ha visto c¨®mo era criticado el primer ministro espa?ol por no haber acudido lo bastante r¨¢pido a la costa gallega".
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