Votos de colores

A?o de elecciones municipales, comienza la carrera por conseguir un puesto en las alcald¨ªas. Los partidos pol¨ªticos preparan los candidatos, perfilan las listas sin desvelar demasiados secretos, aunque van mostrando algunas bazas, nombres que ofrecen la seguridad a priori de conseguir concejales relevantes del panorama nacional. Y de entre todos los pol¨ªticos que aspiran a una alcald¨ªa, destaca Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce por la Villa de Madrid. Un nombre propio y destacado en el panorama internacional, con una trayectoria pol¨ªtica impecable y con una integridad ideol¨®gica y moral incuestionable.

Pero he aqu¨ª que un candidato al que muchos pol¨ªticos ninguneaban por representar a un partido pol¨ªtico con escasa fuerza en Espa?a, ha pasado a ser noticia desde el pasado d¨ªa 2 de enero, y esta vez no por algo relevante en sus acciones pol¨ªticas o humanitarias. Ahora es noticia por algo que no deber¨ªa ser noticia nunca, por aparecer en la portada de una revista dirigida principalmente al p¨²blico gay.

En dicha revista, Mendiluce admite expl¨ªcitamente su homosexualidad y parece que esto resulta molesto para lo m¨¢s casposo y rancio de algunos partidos pol¨ªticos aspirantes a aferrarse al bast¨®n de mando consistorial. El mismo d¨ªa se hac¨ªan eco de la noticia algunos programas televisivos en los que reprochaban a Mendiluce cierto oportunismo por las simpat¨ªas que puede levantar entre los gays censados en Madrid. ?Oportunismo de qu¨¦? El mismo Mendiluce deja dicho en la entrevista que esta declaraci¨®n tan personal se le puede volver tanto a favor como en contra, y renuncia claramente a los votos de todos aquellos que lo rechazan por ser homosexual. Eso no es oportunismo, eso es integridad de principios.