Al principio era el hambre
La Brihadaranyaka Upanisad es uno de los textos a la vez m¨¢s bellos y m¨¢s interesantes de la literatura v¨¦dica y, como la Chandogya, uno de los m¨¢s antiguos; podr¨ªa fecharse entre el 800 y el 550 antes de Cristo. Es una recopilaci¨®n de fuentes diversas en las que, no obstante, subyace una unidad, a la vez cosmog¨®nica y sapiencial, que reviste abstracci¨®n suficiente como para haber dado pie a lo que ser¨ªa m¨¢s tarde el cuerpo doctrinal de la escuela no dualista (advaita), sin duda la principal corriente de pensamiento hinduista de la que Sankara (circa 800 despu¨¦s de Cristo) es el m¨¢ximo representante.
Puede decirse que los comentarios de Sankara a los textos v¨¦dicos marcan en la India el paso de la transmisi¨®n po¨¦tica a la filos¨®fica, y ello de dos maneras: por un lado, mediante la explicaci¨®n/explicitaci¨®n de los s¨ªmbolos y, por otro, a trav¨¦s de una dial¨¦ctica que, al modo que lo hiciera Plat¨®n, convierten, mediante la elaboraci¨®n deductiva, los pasajes m¨¢s metaf¨ªsicos en teor¨ªa. Al contrario de lo que pudiera pensarse, m¨¢s que desentra?ar el significado de la prosa original, lo que hace es crearlo.
GRAN UPANISAD DEL BOSQUE
Con los comentarios 'advaita' de Sankara Edici¨®n de Consuelo Mart¨ªn Trotta. Madrid, 2002 491 p¨¢ginas. 25 euros
"En el principio no exist¨ªa nada aqu¨ª. Esto estaba cubierto solamente por la muerte, o el hambre, puesto que el hambre es la muerte". Y la muerte pens¨® "tenga yo mente"... ?Qu¨¦ hubiese pasado si, en alg¨²n momento de la historia, no se hubiese ca¨ªdo en la tentaci¨®n de convertir esa nada en un principio infinito, absoluto, y, m¨¢s tarde, deificarlo; si no se hubiese optado por la ling¨¹¨ªstica en detrimento de la po¨¦tica; si, como ocurre en los comentarios de Sankara, no se hubiese introducido la necesidad l¨®gica de una causa primera?
El caso es que la muerte de
la que aqu¨ª se habla es tambi¨¦n, con otros nombres, el principio cosmog¨®nico de otras grandes tradiciones indias, todas las que se fundan directa o indirectamente en la Diosa Madre, a la vez destructora y creadora. De hecho, la ¨²nica diosa que aparece en los primeros textos arios, incluido la Brihadaranyaka, es Aditi, otro nombre de la muerte: la infinita devoradora, la que va creando mundo para saciar su hambre perpetua, exhalando el verbo, la palabra y los seres. ?stos, una vez conscientes de que no son otra cosa diferente de esa nada primordial, se reintegran a ella, en su no-conciencia, pues, tal como afirma Yajnavalkya, no hay conciencia tras la muerte, no puede haberla dado que solamente en la dualidad puede algo ser percibido y conocido. Cuando todo ha vuelto a ser atman, ?qu¨¦ hay que pueda conocerse? Y es que, en efecto, contrariamente a lo que se nos vende en los supermercados espirituales, aqu¨ª queda erradicada la idea salv¨ªfica de la permanencia de una conciencia personal. Es la identidad de este atman con el Absoluto autoconsciente, Brahman, la piedra angular del vedanta de Sankara.
Por todo ello, y porque en esta Upanisad puede rastrearse la historia de conceptos de enorme importancia para la comprensi¨®n del hinduismo, vuelvo a reiterar mi desacuerdo en la traducci¨®n de ciertos t¨¦rminos s¨¢nscritos clave como, por ejemplo, el de atman (seg¨²n el contexto: mente, cuerpo, individualidad, principio c¨®smico) por Ser, queriendo serle fiel a la traducci¨®n inglesa de Self. Y es que debe de haberse colado una errata en el prefacio, pues donde dice que se ha utilizado "preferentemente" la traducci¨®n (al ingl¨¦s) de Madhavananda, deb¨ªa decirse "literalmente", por lo que la responsabilidad de los aciertos y/o desaciertos en la traducci¨®n de los t¨¦rminos s¨¢nscritos ha de atribuirse al propio Madhavananda aunque, ciertamente, se hubiese facilitado un tanto la comprensi¨®n si en la versi¨®n castellana no se hubiese prescindido de las notas al pie que el traductor indio tuvo a bien incluir. A falta de ello, la introducci¨®n que F¨¦lix G. Il¨¢rraz hizo a su propia traducci¨®n, directa ¨¦sta, editada en la Universidad Pontificia de Salamanca, puede ser de gran ayuda para la comprensi¨®n de esta Upanisad en su contexto.
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