Plan Galicia

El presidente Aznar dijo que s¨®lo ir¨ªa a Galicia con soluciones bajo el brazo, y cada d¨ªa que pasaba sin ir aumentaba el importe de lo que ten¨ªa que llevar para hacerse perdonar su retraso. A juzgar por el despliegue policial, no se sent¨ªa muy seguro de la acogida. Se present¨® en A Coru?a arropado por todo su Gobierno pero advirtiendo de que lo que tra¨ªa era el resultado de un compromiso personal. Como si un presidente pudiera manejar la chequera p¨²blica por impulsos personales.

Lo que tra¨ªa era el llamado Plan Galicia, un programa de compensaci¨®n de da?os y reactivaci¨®n econ¨®mica que supone, entre indemnizaciones, cr¨¦ditos blandos, inversiones p¨²blicas y est¨ªmulos a las empresas privadas, un importe de 12.500 millones de euros. Una cantidad equivalente, por ejemplo, al coste total de la reconversi¨®n industrial de los a?os ochenta en toda Espa?a. No es poca cosa, aunque m¨¢s de la mitad corresponda a partidas ya comprometidas. Aznar precis¨® que el plan no implica en principio cr¨¦ditos extraordinarios para ampliar el Presupuesto de 2003. Es decir, que se recortar¨¢ de otras partidas y se mantendr¨¢ el equilibrio presupuestario.

No ser¨¢ tarea f¨¢cil, pero s¨®lo a posteriori podr¨¢ juzgarse si ha sido acertada la decisi¨®n de recortar de otras partidas para mantener el criterio de d¨¦ficit cero. El tiempo juzgar¨¢ tambi¨¦n los criterios seguidos para canalizar esos fondos comprometidos solemnemente por el presidente del Gobierno para paliar el desastre ecol¨®gico, compensar a los sectores paralizados y estimular la modernizaci¨®n econ¨®mica de Galicia. Esta comunidad ha seguido creciendo por debajo de la media espa?ola, de manera que entre 1996 y 2001 ha sido la tercera con menor tasa de crecimiento del PIB. El sector primario ha perdido peso, pero la pesca e industria asociada absorben todav¨ªa el 12% del empleo total. Galicia est¨¢ ante una ocasi¨®n como la que supo aprovechar la comarca de Bilbao a ra¨ªz de las inundaciones de 1983.

El t¨®pico de la eficacia modernizadora de Fraga es endeble. En cambio, es cierto que a su sombra se ha tejido una densa madeja de intereses clientelares de gran eficacia electoral. De ah¨ª que m¨¢s importante que el importe de los fondos sea c¨®mo van a canalizarse. Toda esa cantidad de dinero en manos de redes clientelares puede favorecer lo contrario a la modernizaci¨®n que se pregona. Habr¨¢ que controlar, por tanto, a trav¨¦s de qu¨¦ canales se subvencionan iniciativas privadas y vigilar si se discrimina a los ayuntamientos con alcaldes de la oposici¨®n o se intenta utilizar algunos de esos fondos para contentar a los sectores insumisos que han comenzado a aparecer tras la defenestraci¨®n del que se consideraba delf¨ªn de Fraga.

Una duda: ?habr¨¢ una partida prevista para indemnizar a los comerciantes cuyos negocios se vieron afectados ayer por el despliegue policial que rode¨® la celebraci¨®n del Consejo en el Ayuntamiento de A Coru?a?