Armand Basi impone su modernismo en Par¨ªs con la vuelta del negro
La alta costura no entusiasma en los desfiles de moda masculina para oto?o-invierno de 2004
Par¨ªs El dise?ador Juste de Nin, director creativo de Armand Basi, present¨® la pasada semana en Par¨ªs su colecci¨®n para el pr¨®ximo oto?o-invierno, inspirada en la Barcelona modernista y especialmente en Jujol, otro de los grandes arquitectos catalanes a los que la larga sombra de Gaud¨ª ha dejado a veces en segundo plano. Tras unas jornadas de alta costura que han dejado entre fr¨ªos e indiferentes a los especialistas, la moda masculina se apunta a un potente regreso del negro.
La ¨²ltima se?al es ir, otra vez, de riguroso negro de pies a cabeza en todos los sexos, con infinitas variantes de estilos y texturas, de calidades y de intenciones. El caso es que el anticolor ha ganado una vez m¨¢s la batalla a los intentos del marr¨®n de la temporada pasada o de la ef¨ªmera ilusi¨®n del blanco invernal. Es el poder de un estilismo que act¨²a por simpat¨ªa y mimetismo, que pretende imponerse por la mancha oscura que presagia tiempos dif¨ªciles, algo de lo que nadie quiere hablar.
Juste de Nin (director creativo de la casa Armand Basi), el dise?ador que tantas veces ha sorprendido en Par¨ªs con sus atinadas incursiones a ciudades lejanas o imaginarias, esta vez busc¨® la inspiraci¨®n m¨¢s cerca. Bajo el lema BCN Flashback 1 mostr¨® ese dominio ambiental del negro y un recorrido tanto crom¨¢tico como ic¨®nico por las huellas del modernismo catal¨¢n.
La ondulaci¨®n, representada por hilos libres fijados sobre una prenda neutra, daban la pauta de esta idea que recicla un mensaje organicista. El aforo de esta ala del Louvre se puso a rebosar, como siempre con muchos japoneses que lo anotan y lo fotograf¨ªan todo, y el desfile comenz¨® con m¨²sica de la ¨¦poca tratada electr¨®nicamente. Al negro se sum¨® inmediatamente el gris y los marrones, para acabar en un naranja quemado. ?sa fue la gama: estrecha y org¨¢nica como la arquitectura en la que se inspira.
Juste de Nin us¨® para sus estampados propios tramas de ladrillos y celos¨ªas, vidrieras y mosaicos convenientemente manipulados hasta el desenfoque, y una vez sobreimpresionados en las prendas, provocar una inquietante pl¨¢stica muy actual pero singularizada por la nobleza de la ejecuci¨®n y los tejidos. La sastrer¨ªa, en contraste, se mostraba rigurosa sin ambages en cortes y largos con las dos opciones de chaqueta: cruzada y a dos o tres botones. Con los pantalones el dise?ador se permite un juego atrevido que roza la comodidad del deporte y acent¨²a un cierto aire de descuido estudiado, de lujo interior. Lo visto es una colecci¨®n realista y donde la imaginaci¨®n es controlada sin menospreciar las exigencias de un mercado que no est¨¢ para demasiados excesos. Ahora ?entienden esto todos los dise?adores de hoy? No puede afirmarse. Los rumores de crisis y de guerras, de inflaciones galopantes y de bolsas que se hundir¨¢n restituyen a la moda un papel premonitorio del que no puede escapar f¨¢cilmente y donde ese negro social cumple la funci¨®n desesperada del mensajero.
Cuero y camisas bordadas
Los hombres Basi del invierno 2004 llevar¨¢n abrigos de cuero envejecido; camisas con bordados florales; pana y texturas de caucho; raya diplom¨¢tica (que Nin insiste en llamar latina o mediterr¨¢nea); los cuadros de Gales y otras hilaturas burlando su natural uso en simetr¨ªa: todo un repertorio de buen gusto sin solazarse en lo superfluo.
As¨ª puede decirse que la inspiraci¨®n en Jujol carece de banalidad y est¨¢ plenamente justificada, pues hasta los muchachos al comenzar el desfile parecieron fugazmente los de aquellos tiempos. Apuntan detalles de inter¨¦s como el cuero maltratado hasta el lustre, la gabardina corta y r¨¢pida, muy urbana, y el punto que evocan los perfiles f¨¦rreos de principios del siglo XX.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.