Esto es una farsa
Me siento enga?ado. Ayer acud¨ª al partido que deb¨ªa ser el m¨¢s importante del Grupo D: Dinamarca-Suecia. Dos selecciones que se han movido en las medallas en los ¨²ltimos Campeonatos del Mundo y de Europa. Dos grandes equipos que deb¨ªan ofrecer uno de los mejores espect¨¢culos posibles. Y, sin embargo, no fue un gran partido. Cuando vi las alineaciones y descubr¨ª que Dinamarca no alineaba a Boldsen, una de sus piezas fundamentales tanto en el ataque como en la defensa, y despu¨¦s, ya en el campo, he observado que Jorgensen no defend¨ªa, me ha entrado una gran decepci¨®n. No fue el choque esperado porque el seleccionador dan¨¦s prefiri¨® dar descanso a algunos de sus mejores hombres. Injusto.
Pero es el producto de un torneo mal concebido que permite a los equipos llegar con todas las garant¨ªas a la segunda fase a pesar de perder partidos. A Dinamarca esta derrota no le afecta en absoluto. Pasar¨¢ como segunda de su grupo, pero, si la l¨®gica no se rompe, con dos puntos, puesto que venci¨® con claridad a Egipto. En cambio, Suecia entrar¨¢ como primera, pero con 0, puesto que perdi¨® ante Eslovenia. No puede ser.
El partido ofreci¨®, eso s¨ª, una demostraci¨®n de pundonor de una selecci¨®n que ha ganado ya todos los t¨ªtulos, pero que no se resigna a un papel secundario. Suecia jug¨® en algunos momentos con un equipo que ten¨ªa una edad media de 35 a?os. Pero le puso agallas y lleg¨® a dominar a Dinamarca, la gran favorita para el t¨ªtulo, por ocho goles. S¨®lo entonces, coincidiendo con una tarjeta roja directa a Wislander, los daneses mostraron su verdadero poder. Pero acabaron sucumbiendo (32-28). ?sta no es la forma de actuar de un gran campe¨®n. Si Dinamarca quiere desbancar a Suecia del trono, sobran estas actitudes especulativas. Pero tambi¨¦n es verdad que el Mundial debe cambiar su estructura y dar valor a todas las victorias.
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