El 'deshielo' en las relaciones con Marruecos
Diplom¨¢ticos acreditados en Rabat consideran que Chirac y Jettu han influido en el cambio de orientaci¨®n de Mohamed VI
En la mesa de despacho del presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hay, junto a los retratos de familia, una fotograf¨ªa enmarcada del islote Perejil sobre el que ondea la bandera espa?ola. Aznar pos¨® ante esa foto y la instant¨¢nea fue publicada, hace tres semanas, en portada del diario La Vanguardia. Hace tan s¨®lo unos pocos meses la prensa marroqu¨ª hubiese denunciado al un¨ªsono, como hizo en otras ocasiones, la provocaci¨®n y la arrogancia del jefe del Gobierno espa?ol con "mentalidad neocolonial". Ahora, si se except¨²a alg¨²n semanario d¨ªscolo, ning¨²n rotativo marroqu¨ª la ha mencionado. La diferencia en la reacci¨®n ilustra hasta qu¨¦ punto Rabat ha cambiado de actitud.
Mohamed Benaissa, el jefe de la diplomacia marroqu¨ª, dijo el 10 de diciembre que la crisis con Espa?a, que empez¨® hace 21 meses, hab¨ªa "durado demasiado". Desde entonces, todo Marruecos multiplica los gestos conciliadores.
El proceso de acercamiento bilateral incluye la creaci¨®n de cinco grupos de trabajo
El rey Mohamed VI ofreci¨®, sin contrapartida, los caladeros marroqu¨ªes a los pescadores del norte de Espa?a afectados por la tragedia del Prestige. Encabezados por el primer ministro, Driss Jettu, los responsables pol¨ªticos manifiestan p¨²blicamente su empe?o por mejorar la relaci¨®n con Madrid.
En su pen¨²ltimo Consejo de Ministros, el Ejecutivo marroqu¨ª aprob¨® un anteproyecto de ley que endurece la legislaci¨®n sobre emigraci¨®n ilegal, una medida solicitada hace a?os por las autoridades espa?olas.
Al norte del Estrecho de Gibraltar el lenguaje, en cambio, apenas ha variado. "Marruecos puede y debe hacer m¨¢s de lo que est¨¢ haciendo en cuanto a inmigaci¨®n ilegal", repet¨ªa, a principios de mes en Telemadrid, Ignacio Gonz¨¢lez, el delegado del Gobierno para la Extranjer¨ªa.
Mariano Rajoy, el vicepresidente primero, reiteraba al t¨¦rmino de dos de los Consejos de Ministros celebrados en enero que la postura de Espa?a sobre el S¨¢hara, que tanto indispone a Rabat, no se ha modificado.
Peor a¨²n para los marroqu¨ªes. Jorge Moragas, encargado de las relaciones internacionales del Partido Popular, recibi¨® la semana pasada a una Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de G¨¦nero. Acept¨®, seg¨²n inform¨® esta organizaci¨®n, crear una comisi¨®n conjunta de defensa de los derechos del pueblo saharaui.
?stas y otras cuantas iniciativas de los conservadores espa?oles han sido ignoradas por las autoridades marroqu¨ªes y la prensa que les es af¨ªn. ?Por qu¨¦ hace seis meses Rabat intent¨® adue?arse del islote Perejil y ahora omite reaccionar ante lo que hasta hace poco hubiesen sido provocaciones?
A falta de explicaciones claras, algunos diplom¨¢ticos europeos acreditados en Rabat sospechan que dos hombres han influido en el cambio de orientaci¨®n: el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, y Driss Jettu.
El primero, que mantiene relaciones muy estrechas con la familia real alau¨ª, hizo el 2 de diciembre, justo despu¨¦s de la cumbre con Aznar en M¨¢laga, un viaje rel¨¢mpago a Casablanca para compartir con el rey un ftour, la cena con la que concluye la jornada de ayuno del Ramad¨¢n. Le aconsej¨®, entre otras muchas cosas, que diese por terminada la crisis con Espa?a.
Jettu tom¨®, por su parte, posesi¨®n a principios de noviembre con la firme intenci¨®n de restablecer la relaci¨®n con el Gobierno espa?ol, al que siempre hab¨ªa evitado criticar. Aznar fue el primero en llamarle para felicitarle. Adem¨¢s, cuando era todav¨ªa ministro del Interior intent¨® establecer cauces discretos de di¨¢logo con Espa?a para superar la crisis entre los dos pa¨ªses. Propuso a Rajoy, que entonces era su hom¨®logo, conversar a solas en Tr¨ªpoli el 10 de julio de 2002, pero el ministro espa?ol respondi¨® que no era la persona adecuada para discutir la reconciliaci¨®n.
Aunque el discurso oficial de Espa?a frente a Marruecos siga siendo pr¨¢cticamente el mismo, las autoridades marroqu¨ªes han dado a entender, desde hace un mes, que es m¨¢s comprensivo.
"Hemos observado, por parte de nuestros interlocutores espa?oles, una cierta disposici¨®n a entender la postura de Marruecos", afirmaba, por ejemplo, Benaissa a principios de mes y a prop¨®sito del S¨¢hara Occidental.
Su adjunto, Taieb Fassi-Fihri, descrito con frecuencia por diplom¨¢ticos espa?oles como el m¨¢s hostil a la normalizaci¨®n con el vecino del norte, se mostraba tambi¨¦n optimista sobre una "r¨¢pida normalizaci¨®n".
El proceso de acercamiento bilateral puesto en marcha tras la reuni¨®n de diciembre entre Benaissa y su hom¨®loga Ana Palacio incluye la creaci¨®n de cinco grupos de trabajo. Los tres m¨¢s importantes para Rabat, dedicados a los asuntos pol¨ªticos, la inmigraci¨®n y la delimitaci¨®n de espacios mar¨ªtimos, se han puesto ya manos a la obra.
De puertas para dentro, los responsables marroqu¨ªes han explicado que esos tres foros sirven para entablar un di¨¢logo y aproximar posturas con un Gobierno espa?ol que, por fin, se aviene a ser m¨¢s flexible.
M¨¢s all¨¢ de las apariencias, Rabat no ha ganado casi nada a lo largo de los 21 meses de crisis que tampoco han reportado beneficios al Ejecutivo espa?ol. Si los intercambios comerciales no han sufrido, la cooperaci¨®n espa?ola experiment¨®, el a?o pasado, un recorte de casi el 40%. Si hay voluntad pol¨ªtica, podr¨¢ ser compensado en a?os ulteriores.
Marruecos ha dejado adem¨¢s en Espa?a la impresi¨®n de ser un pa¨ªs imprevisible al que hay que prestar m¨¢s atenci¨®n. "Acaso sea ¨¦ste su principal r¨¦dito", comenta un alto cargo de la Administraci¨®n espa?ola.
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