La presidencia de la UE planea una cumbre extraordinaria para limar divisiones
El ministro griego de Exteriores critica la difusi¨®n unilateral de la carta de apoyo a EE UU
Europa se apresta a intentar resta?ar las heridas abiertas por la carta a favor de las tesis norteamericanas sobre Irak difundida el jueves por el club de los ocho. El presidente actual de la UE, Costas Simitis, dej¨® ayer abierta la posibilidad de que en las pr¨®ximas dos semanas se celebre una cumbre extraordinaria de l¨ªderes europeos o una reuni¨®n especial de los ministros de Exteriores de los Quince m¨¢s los 13 candidatos (incluida Turqu¨ªa) para acercar unas posiciones hoy todav¨ªa muy distantes. Si se desencadenara una guerra, nadie duda que ser¨¢n convocados los jefes de Estado y de Gobierno.
Bajo el impacto de la crisis abierta por la publicaci¨®n de esa carta sin consultar al resto de socios, ni siquiera a la presidencia de la Uni¨®n Europea, el ministro de Exteriores griego, George Papandreu, ha tanteado ya con algunos de sus hom¨®logos la posibilidad de convocar una de esas reuniones extraordinarias.
La cita ser¨ªa despu¨¦s del d¨ªa 5, fecha en que Washington presentar¨¢ ante la ONU las pruebas que dice tener sobre las armas iraqu¨ªes de destrucci¨®n masiva, y antes del d¨ªa 14, d¨ªa en que el sueco Hans Blix, jefe de los inspectores de Naciones Unidas, presentar¨¢ tambi¨¦n su segundo informe sobre las investigaciones en Irak.
Simitis desvincul¨® ayer esa posible convocatoria de la carta suscrita por el club de los ocho (Reino Unido, Espa?a, Italia, Portugal, Dinamarca, Rep¨²blica Checa, Hungr¨ªa y Polonia), a la que se sum¨® despu¨¦s Eslovaquia, pero a?adi¨®: "Si hace falta, convocaremos esa cumbre en la medida en que tengamos que tomar decisiones cruciales", dijo en Atenas en conferencia de prensa. "La presidencia tiene la intenci¨®n, el deber y la obligaci¨®n de organizar el di¨¢logo en el seno de la Uni¨®n Europea para permitir alcanzar una posici¨®n com¨²n".
Pero, dadas las discrepancias existentes, la idea no levant¨® ayer entusiasmo en las capitales europeas. S¨®lo desde Berl¨ªn un portavoz del canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, dijo saludar esa iniciativa, para a?adir que el l¨ªder alem¨¢n acudir¨ªa de buena gana porque s¨®lo busca que Europa tenga una posici¨®n com¨²n en esta crisis basada en la utilizaci¨®n de los recursos diplom¨¢ticos para resolver la crisis iraqu¨ª.
Por el contrario, ayer continuaron los ecos cr¨ªticos contra la iniciativa unilateral de los firmantes de la carta, que con su gesto contentaron a Washington, pero rompieron por la base el dif¨ªcil consenso que la presidencia griega hab¨ªa logrado el pasado lunes en Bruselas, cuando los 15 ministros europeos de Asuntos Exteriores suscribieron un documento conjunto en el que abogaban por que los inspectores continuaran con su trabajo en Irak y exig¨ªan a Sadam el cumplimiento de las resoluciones de la ONU.
Por eso, las cr¨ªticas de mayor calado procedieron ayer de Costas Simitis: "La carta es un acto que pone de relieve un problema, porque se ha difundido sin la necesaria concertaci¨®n". "Es oportuno intentar superar las divergencias y, en este caso, el sistema seguido muestra una ausencia de concertaci¨®n, una ausencia de informaci¨®n. As¨ª no ayudamos a que Europa hable con una sola voz fuerte en la escena mundial".
Las m¨¢s duras fueron las del primer ministro luxemburgu¨¦s, Jean-Claude Juncker, quien en una entrevista publicada en el diario alem¨¢n Die Welt afirma que la misiva es "rechazable, escandalosa y no solidaria", y que desacredita a quienes la suscriben por intentar sustituir a los l¨ªderes de toda la Uni¨®n Europea y por transmitir la imagen de que las reuniones de ministros europeos de Exteriores sirven de poco.
En Bruselas, fuentes diplom¨¢ticas consultadas coinciden en afirmar que el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, es quien m¨¢s beneficio ha logrado con la difusi¨®n de la carta por dos razones. De un lado, al publicarse el d¨ªa previo a su encuentro con George W. Bush, ha demostrado ante Washington que es capaz de aglutinar y liderar a otros pa¨ªses europeos m¨¢s proclives que Alemania y Francia a las tesis estadounidenses.
Segunda resoluci¨®n
De otro, y al apostar en la carta por el protagonismo de la ONU, presiona ante Bush para que haya una segunda resoluci¨®n del Consejo de Seguridad antes de un ataque a Irak en el que participar¨¢n tropas inglesas, algo que el primer ministro necesita a toda costa para mitigar la oposici¨®n interna de su partido a la confrontaci¨®n armada y, sobre todo, el creciente rechazo de la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica a la tentaci¨®n de una intervenci¨®n unilateral sin el respaldo de Naciones Unidas.
Si ¨¦se ha sido el objetivo de Blair con la carta, un alto diplom¨¢tico de Bruselas destaca, por el contrario, que no se entienden las claves que han podido empujar al presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a tener un protagonismo en esa iniciativa, pese al coste que le puede suponer tanto en la Uni¨®n Europea como en Espa?a.
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