Powell
Colin Powell no es, precisamente, un esp¨ªritu belicoso. Quiz¨¢s porque fue herido dos veces en Vietnam, el actual secretario de Estado se ha mostrado siempre partidario de agotar exhaustivamente la v¨ªa negociadora y de no recurrir a las armas m¨¢s que como ¨²ltimo recurso cuando han fallado todos los dem¨¢s. As¨ª lo demostr¨® al frente del Estado Mayor conjunto con su oposici¨®n inicial a la primera Guerra del Golfo y a la intervenci¨®n militar en la antigua Yugoslavia. Y as¨ª lo volvi¨® a poner de manifiesto el pasado verano cuando se enfrent¨®, como casi todos los generales de relevancia en la reserva -Brent Scowcroft, Norman Schwarzkoff, Wesley Clark y Anthony Zinni, entre otros-, a los halcones pol¨ªticos de la vicepresidencia y el Pentag¨®no, y convenci¨® a George Bush para que buscara la bendici¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas antes de lanzarse a una acci¨®n unilateral contra Irak con dos objetivos: desmantelar el r¨¦gimen de Sadam Husein y, como corolario, destruir las armas de destrucci¨®n masiva qu¨ªmicas y biol¨®gicas en paradero desconocido desde la expulsi¨®n de los inspectores de la ONU decretrada por Sadam en 1998.
Desde hace una semana, Powell ha cambiado de registro y su discurso p¨²blico se ha endurecido. Dos han sido las razones para el cambio. La primera, la convicci¨®n, tras dos meses de inspecciones, de que el dictador iraqu¨ª sigue empe?ado en proseguir ad infin¨ªtum su pol¨ªtica de enga?os y mentiras al mundo que tan buenos resultados le ha dado tras su derrota en 1991. El informe presentado al Consejo de Seguridad por el jefe del equipo de inspectores, el diplom¨¢tico sueco Hans Blix, ha reafirmado esa convicci¨®n. "Ni siquiera hoy", manifest¨® Blix, "Irak parece haber llegado a una aceptaci¨®n genuina del desarme que le ha sido exigido (por la comunidad internacional) y que necesita llevar a cabo para ganarse la confianza del mundo y vivir en paz". La segunda est¨¢ motivada por la alineaci¨®n francesa con las tesis alemanas contrarias a una intervenci¨®n en Irak, incluso con la bendici¨®n del Consejo de Seguridad, que Powell considera como una pu?alada trapera, tras las seguridades dadas por Par¨ªs a Washington el pasado oto?o de que Francia no exigir¨ªa una segunda resoluci¨®n sobre Irak, si Estados Unidos acced¨ªa al env¨ªo de los inspectores internacionales a territorio iraqu¨ª. Incluso Francia, como siempre reticente a la exhibici¨®n del poder¨ªo militar estadounidense, aunque no el propio, se avino a enviar al orgullo de su fuerza naval, el portaaviones Charles de Gaulle, a la zona del Golfo. Aparte de sentirse traicionado por la nueva actitud de Francia -en la que el acuerdo con Alemania para dominar la nueva Europa de los 25 a trav¨¦s de una presidencia designada por el eje Par¨ªs-Berl¨ªn tiene mucho que ver-, Powell cree firmemente que la prolongaci¨®n de la estancia de los inspectores en Irak, como demandan, entre otros, alemanes y franceses, s¨®lo contribuir¨¢ a la perpetuaci¨®n de Sadam Husein y no a su desarme.
El secretario de Estado, que a¨²n sigue creyendo en la necesidad de contar con la luz verde del Consejo de Seguridad para iniciar un ataque, har¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles un ¨²ltimo intento de convencer a la comunidad internacional del peligro que representa Sadam para la estabilidad y la paz en la regi¨®n m¨¢s explosiva del mundo. Una vez m¨¢s, Powell ha convencido a Bush, en contra de los deseos de los halcones, para que le permita presentar ante el Consejo de Seguridad algunas, aunque, obviamente, no todas por razones de protecci¨®n de las fuentes, de las pruebas que posee Estados Unidos sobre la posesi¨®n de armas de destrucci¨®n masiva en manos de Sadam. La renuencia de la inteligencia estadounidense a revelar todos sus datos es comprensible. Aparte de las lindezas cometidas por Sadam con kurdos, chi¨ªes, iran¨ªes y kuwait¨ªes, no hay que olvidar el fusilamiento de sus dos yernos por el presunto delito de traici¨®n. No es dif¨ªcil imaginar el destino que correr¨ªan los te¨®ricos informantes de la inteligencia occidental si fueran descubiertos por los datos facilitados a Naciones Unidas.
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