Ni el colista respeta al Madrid

Cierto es que una derrota en la primera jornada de la segunda vuelta importa poco, siendo ¨¦ste un torneo interminable en el que, repartidas las plazas que dan acceso a la Copa - una de las cuales sorprendentemente pertenece al Madrid-, poco queda por dilucidar hasta el tramo final. Cierto es tambi¨¦n que tiene el Madrid dos lesionados de enorme peso, Mulaomerovic y Herreros. Y, como ser¨ªa una falacia criticar el talante que suele mostrar, que es intachable, habr¨¢ que concluir que este Madrid, este grupo de buenos jugadores, colocados juntos en la cancha, forma un equipito, por no decir una ruina.

El Madrid est¨¢ muerto. Y lo est¨¢ porque ya no le respeta nadie, lo peor que le puede ocurrir a un club de semejante categor¨ªa. Ni siquiera un Granada cuya tarjeta de visita rezaba as¨ª: dos partidos ganados de 17 jugados. Ya son tres. Era el colista y no se puede decir que ayer se pareciera a los Celtics de los 70. Lo hizo bien, muy bien en algunos momentos, pero tuvo lagunas que el Madrid de cualquier ¨¦poca, la de Corbal¨¢n o la de Djordjevic, habr¨ªa aprovechado para apalearle. Pero no este Madrid. Este Madrid no asusta. Habr¨ªa que preguntarse por qu¨¦ en un equipo que necesita hacerlo casi todo bien para ganar, su mejor jugador, Mumbr¨², se pasa 11 minutos en el banquillo. O por qu¨¦ Victoriano, tras encestar todo lo que tir¨® en los primeros 13 minutos (tres triples incluidos) tiene que irse a descansar. Acumulaban ambos dos personales, cierto. ?Y qu¨¦?

No est¨¢ el Madrid para experimentos ni para rotaciones. Est¨¢ para que jueguen los mejores. Y si ayer Victoriano, por primera vez desde hace siglos, tiene el d¨ªa tonto, por bueno, habr¨¢ que dejarle en la cancha hasta que reviente. Porque el Madrid, tras el fren¨¦tico tanteo del primer cuarto (25-24), le dio aire a un rival que sin hacer nada del otro jueves se fue agigantando. Un rival, el Granada, que aprovech¨® el regreso del descanso (44-45) para desquiciar al Madrid, un equipo imprevisible. Alcanz¨® una ventaja impensable (60-73 al inicio del ¨²ltimo cuarto) y con un Wright espectacular detuvo la remontada del Madrid (74-75).

Se hab¨ªa puesto heroico el conjunto de Imbroda. Una variaci¨®n tan simple como una defensa zonal volvi¨® loco al Granada, al que el Madrid alej¨® de la canasta para que lo intentara todo desde la distancia. Y volaron los triples sin sumar punto alguno. Pero ya por entonces a Victoriano, grande ayer en lo bueno y lo malo, no le entraba nada -acab¨® con cuatro triples de 12 intentos-; y Alston no se bastaba para sostener a un equipo deshecho; y Mumbr¨², vigilad¨ªsimo, no encontraba la distancia; y Lucio acumulaba mates y p¨¦rdidas del bal¨®n. Por entonces ya era consciente el Madrid de que la derrota, aun siendo una m¨¢s -y van unas cuantas- llegaba ante el colista, un Granada que protagoniz¨® el que habr¨ªa sido el partido de su vida de no ser porque enfrente ten¨ªa lo que ten¨ªa, un Madrid empe?ado en enfangar su nombre.