Los astronautas del transbordador carec¨ªan de seguro de vida
Los astronautas del Columbia no ten¨ªan seguro de vida porque no existe una p¨®liza que cubra riesgos en el espacio, por lo que el ¨²nico recurso de indemnizaci¨®n que le queda a sus familias ser¨ªa mediante una demanda contra los contratistas que construyeron y se encargaron del mantenimiento del transbordador. As¨ª lo hicieron las familias de los tripulantes del Challenger y obtuvieron cerca de ocho millones de d¨®lares. Pero la opci¨®n de acudir a los tribunales depende de si en el curso de la investigaci¨®n se descubren pruebas de que Lockheed Martin y Boeing incurrieron en alg¨²n tipo de negligencia.
En el pa¨ªs de las demandas, el propio d¨ªa del funeral, los juristas ya comenzaron a teorizar p¨²blicamente sobre las estrategias legales para conseguir una indemnizaci¨®n. La mayor¨ªa coincide en que probablemente a las familias les resulte m¨¢s f¨¢cil obtener dinero en concepto de da?os compensatorios que por da?os punitivos, porque para este ¨²ltimo escenario necesitar¨ªan probar la intencionalidad. En el caso de Lockheed Martin -empresa constructora del dep¨®sito del que se desprendi¨® el material que supuestamente desencaden¨® el siniestro- tendr¨ªa que demostrar adem¨¢s que conoc¨ªa los riesgos y que los ocult¨®.
Los familiares no pueden pleitear contra el Gobierno federal (del que depende la NASA) porque est¨¢ legalmente protegido contra demandas. Es posible, sin embargo, que el propio Gobierno se autoexcluya de esa exenci¨®n e indemnice a las familias como hizo tras el desastre del Challenger, en 1986. En aquella ocasi¨®n pag¨® tres millones de d¨®lares y el contratista que fabric¨® las juntas defectuosas, Morton Thiokol, pag¨® 4,8 millones de d¨®lares tras un acuerdo extrajudicial con los demandantes.
Normalmente, los funcionarios federales est¨¢n cubiertos por una p¨®liza que el Gobierno contrata con empresas privadas de seguros, pero no es as¨ª en el caso de los astronautas, aunque seis de ellos eran miembros de las fuerzas armadas. De momento, las familias recibir¨¢n dinero de un fondo oficial y de las donaciones ciudadanas, que en situaciones de cat¨¢strofe suelen ser muy generosas, como se demostr¨® en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
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