106 eurodiputados piden que la ONU levante la prohibici¨®n de la venta de drogas

La Liga Internacional Antiprohibicionista, un grupo con m¨¢s de 2.000 miembros, entre ellos 106 eurodiputados (11 espa?oles), pidi¨® ayer a la ONU que cambie su enfoque sobre la lucha contra las drogas, regule el comercio y uso de los estupefacientes y descriminalice la venta de cannabis y la distribuci¨®n controlada de hero¨ªna. En un acto organizado en una sala del Congreso, la Liga acus¨® a la ONU de ser "causa real" del aumento de los da?os que infligen las sustancias prohibidas, premiando actuaciones represivas, incluida la pena de muerte, frente a las de reducci¨®n de da?os.

Entre los componentes de la Liga hay diputados europeos, africanos y americanos, Entre los espa?oles est¨¢n los socialistas Luis Y¨¢?ez (que presidi¨® la presentaci¨®n ayer en Madrid), Rosa D¨ªez y Carmen Cerdeira, el candidato verde a la alcald¨ªa de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce, y el senador de CiU Jordi Xucl¨¢. "El prohibicionismo ya ha demostrado su fracaso", remarc¨® Y¨¢?ez, quien destac¨® el aumento continuo registrado por el consumo de drogas en los ¨²ltimos 40 a?os. "Ello no quiere decir que todos los componentes de la Liga estemos diciendo que haya que legalizar todas las drogas en todas partes ma?ana mismo, sino que hay que buscar otras pol¨ªticas para reducir el peligro que supone el abuso de estas sustancias, explic¨® Y¨¢?ez.

Para la diputada de IU Marisa Castro, se trata de "abrir un debate sobre otras pol¨ªticas m¨¢s eficaces y m¨¢s respetuosas con las libertades". "Es inmoral que se gaste tanto dinero en pol¨ªticas que no benefician a quienes abusan de las drogas", declar¨® Castro.

Las actuaciones de la Liga tienen una fecha como meta: la reuni¨®n ministerial de la Comisi¨®n de Narc¨®ticos de Naciones Unidas que comenzar¨¢ el 16 de abril en Viena. El eurodiputado del partido radical italiano Marco Cappato record¨® que en 1998 la Asamblea General de la ONU estableci¨® el objetivo de un mundo sin drogas a partir de 2008.

'Buenos alumnos'

La ONU "no ha dudado en negociar con dictadores, terroristas (incluidos los talibanes)... todo en nombre de la guerra santa contra las drogas", afirm¨® Cappato. "En la ONU hay buenos alumnos como China, Birmania o Ir¨¢n a los que se felicita porque curan la droga con una bala en la cabeza, y malos como Holanda (por la venta de cannabis), Canad¨¢ (que permite su uso medicinal) o Suiza (por sus programas de dispensaci¨®n de hero¨ªna). Queremos es que se escuche y se eval¨²e seriamente estos enfoques". Cappato tambi¨¦n pidi¨® la desclasificaci¨®n del cannabis de la lista de drogas ilegales. La Liga solicit¨® que se legalice el uso medicinal de las sustancias.

La agrupaci¨®n reconoce que "el abuso de las drogas constituye un problema de envergadura mundial", pero afirma que "la acci¨®n del Estado, a trav¨¦s del derecho penal y la polic¨ªa, no tiene sino una incidencia marginal" sobre su control. Adem¨¢s, las leyes no impiden que los estupefacientes circulen libremente, y su tr¨¢fico constituye el segundo comercio mundial despu¨¦s de las armas.

Con la prohibici¨®n, seg¨²n la Liga, aumenta la rentabilidad del negocio, y este dinero sirve en parte para alimentar las arcas de terroristas y guerrillas. "No conozco ning¨²n argumento s¨®lido a favor de la prohibici¨®n", pero en cambio s¨ª a muchos que viven gracias a ella, dijo Savater. Entre los beneficiarios, el fil¨®sofo sit¨²a a funcionarios de los organismos internacionales, los ej¨¦rcitos y polic¨ªas, los que la producen y venden y los que curan y rehabilitan a los adictos.

Econ¨®micamente, la lucha policial contra la droga es ineficaz, seg¨²n la Liga. "La persecuci¨®n produce muchos m¨¢s gastos que la posible rehabilitaci¨®n. Si se legalizara, se podr¨ªa gravar con impuestos, de manera que el beneficio fuera para el Estado y no para los traficantes, como ocurre con el tabaco y el alcohol", justific¨® Savater.

Otro aspecto contra la prohibici¨®n es el sanitario. Los consumidores, seg¨²n la Liga, carecen de informaci¨®n sobre la composici¨®n y efecto de los estupefacientes y su car¨¢cter clandestino dificulta el acceso a los programas de prevenci¨®n y reducci¨®n de da?os, y obliga a los consumidores a vivir en los l¨ªmites de la criminalidad mientras que aumenta el coste y los beneficios del producto.