Varias hip¨®tesis para un solo crimen

?La firma de una venganza o una casualidad? Un as de copas, hallado bajo los pies de Juan Carlos Mart¨ªn Estacio, de 28 a?os -empleado de limpieza del aeropuerto y cuyo cuerpo apareci¨® con un balazo en el cr¨¢neo el pasado mi¨¦rcoles junto a una parada de autob¨²s del barrio de la Alameda de Osuna- trae de cabeza a los investigadores del Grupo X de Homicidios de la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Los inspectores estudian si la carta estaba por casualidad bajo los pies o es una pista. No descartan que Juan Carlos Mart¨ªn viera algo que no debiera en su trabajo (como un pase de droga) y pagase con su vida.

El empleado de Barajas acababa de salir de su turno de noche y se dirig¨ªa a su casa, en Tetu¨¢n. Hasta ah¨ª, la jornada hab¨ªa transcurrido de forma rutinaria. Pero algo ocurri¨® a las 4.45 en la plaza del Mar, una glorieta solitaria del barrio de la Alameda, situada junto a la v¨ªa de servicio de la N-I, a unos dos kil¨®metros del aeropuerto. El cad¨¢ver de Juan Carlos apareci¨® recostado junto a la marquesina del autob¨²s nocturno N-4 (Cibeles-Barajas).

El municipio limpi¨® el lugar del crimen antes de que llegasen los investigadores

Fue el conductor de uno de estos autobuses el que descubri¨® el cuerpo. El ch¨®fer pens¨® que, a pesar de las bajas temperaturas, el hombre se hab¨ªa quedado dormido bajo la marquesina. Se baj¨® y lo movi¨®: "?Que pierdes el autob¨²s!". El cad¨¢ver cay¨® sobre la acera y la sangre brot¨® de la cabeza.

Los investigadores descubrieron bajo los pies de Mart¨ªn Estacio un naipe (un as de copas). La carta no llevaba ninguna inscripci¨®n manuscrita. Juan Carlos Mart¨ªn era "una persona maravillosa", que nunca se met¨ªa en l¨ªos, seg¨²n coment¨® su padre, Mariano Mart¨ªn. Los compa?eros de trabajo lo corroboran: "No ten¨ªa ning¨²n problema en quedarse m¨¢s tiempo para ayudar a los dem¨¢s. Incluso hac¨ªa tareas que no le correspond¨ªan".

Pero el naipe contin¨²a encima de la mesa de la polic¨ªa. La hip¨®tesis m¨¢s sencilla es que el fuerte viento que soplaba la madrugada del mi¨¦rcoles llevara de forma caprichosa la carta hasta los pies de Juan Carlos.

Pero esta posibilidad choca con el hecho de que el joven no fue asesinado en la misma parada de autob¨²s, porque en los alrededores del lugar donde se hall¨® su cuerpo no hab¨ªa sangre, y el mortal tiro habr¨ªa roto el cristal de la parada. O cuando menos, la sangre deb¨ªa haber manchado la marquesina o tener restos de p¨®lvora.

Los polic¨ªas que investigan el caso inspeccionaron minuciosamente la zona, pero no hallaron el casquillo. Sin embargo, un detalle s¨ª hace pensar que el disparo fue efectuado cerca del lugar donde se hall¨® el cuerpo, ya que un todoterreno que estaba aparcado detr¨¢s de la parada ten¨ªa un chinazo en el cristal ?Lo provoc¨® el casquillo de la pistola asesina?

Si el naipe fue colocado intencionadamente bajo los pies de la v¨ªctima, caben varias hip¨®tesis. Juan Carlos trabajaba en Barajas desde hac¨ªa dos meses. En este breve periodo quiz¨¢ fue testigo de algo que no deb¨ªa ver. En vez de intimidarlo, el homicida decidi¨® acabar con su vida. Entonces surge de inmediato una pregunta: ?qu¨¦ escena tan comprometida vio?

Otra hip¨®tesis es que Mart¨ªn tuviera alguna deuda y sus acreedores decidieran que el plazo para saldarla hab¨ªa expirado. El as de copas podr¨ªa indicar entonces que proviniera del juego y que el naipe sirviera de se?al para el resto de jugadores.

Pero pocas se?ales lo corroboran. "Era un bonach¨®n", dicen sus compa?eros de trabajo. Adem¨¢s, sus homicidas le tendr¨ªan que haber recogido en el aeropuerto, con el consiguiente riesgo de ser vistos, llevarlo hasta la plaza del Mar y abandonarlo.

El as de copas tambi¨¦n hizo pensar en un crimen relacionado con un juego de rol. El 30 de abril de 1994, Carlos Moreno Fern¨¢ndez, un empleado de limpieza, muri¨® degollado cerca de una parada del barrio de Manoteras. Dos j¨®venes le asesinaron como parte de un juego. Sin embargo, en este tipo de juegos no se emplean cartas.

Otro detalle que ha dificultado la investigaci¨®n es que los empleados de limpieza asearon la zona, tras recibir el visto bueno de los dos agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que custodiaban el lugar del crimen. Pero esta acci¨®n ha impedido a los investigadores hallar restos org¨¢nicos, pisadas o pruebas que facilitaran su labor.