Catarata de demagogia y propaganda
Cuando, en lo peor de la crisis del Prestige, el presidente del Gobierno anunci¨® una catarata de iniciativas gubernamentales, se pudo pensar que no hay mal que por bien no venga, que uno de los bienes de la democracia es que, para ganar electores, los gobiernos se ven espoleados a buscar aciertos para ocultar errores y que alguna de esas iniciativas le caer¨ªa a la pol¨ªtica econ¨®mica, que tan necesitada est¨¢ de abandonar la actitud pasiva ante nuestros problemas y salir de la inacci¨®n en la que languidece estos a?os.
La elecci¨®n de las pensiones como ¨¢rea para lanzar iniciativas est¨¢ bien fundamentada. Seg¨²n los ¨²ltimos informes de organismos internacionales, el principal fracaso de la pol¨ªtica econ¨®mica actual es, en el corto plazo, el de la inflaci¨®n; pero, en el largo plazo, el problema que se sigue sin afrontar es el de las pensiones p¨²blicas. El ¨²ltimo informe de la Comisi¨®n Europea considera que el primero de los retos de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola es el de "la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas p¨²blicas, especialmente la reforma del sistema de pensiones". Y el FMI coincide en destacarlo como el problema principal a medio plazo y recomienda emprender un "proceso gradual y ambicioso de reforma de la Seguridad Social".
Pero, desafortunadamente, la anunciada catarata de iniciativas no ha vertido m¨¢s que propaganda y demagogia. La propaganda no sirve para avanzar en la resoluci¨®n de los problemas, pero, al menos, no los empeora. En la secci¨®n de propaganda de la catarata hay que incluir la campa?a de publicidad Del Dicho al Hecho, as¨ª como la llamada Ley de Igualdad de las pensiones contributivas, que no introduce m¨¢s igualdad que la que hab¨ªa y que no limita el gasto, sino que s¨®lo limita la denominaci¨®n del gasto. Pero la demagogia es peor que la propaganda, pues no s¨®lo no resuelve los problemas, sino que dificulta las reformas necesarias.
En el apartado de demagogia hay que incluir las declaraciones sobre la "hucha" de la Seguridad Social en la que ya nadie podr¨¢ "meter la mano". Con ello se intenta transmitir la idea de que el d¨¦ficit de la Seguridad Social en el pasado se debi¨® simplemente a que se utilizaron sus recursos para otros prop¨®sitos. Sucede que, muy al contrario, aquellos gobernantes tuvieron que completar los insuficientes recursos procedentes de las cotizaciones, aportando a la "hucha" un dinero que no pudieron emplear en otros fines, y justamente es ahora cuando se est¨¢ utilizando el super¨¢vit de la Seguridad Social para otros usos. Para comprobar en qu¨¦ cantidad se est¨¢ "metiendo la mano" ahora, basta comparar las cifras de super¨¢vit con las incluidas en el llamado Fondo de Reserva o restar del gasto total el dedicado a pensiones contributivas.
La demagogia con las pensiones no s¨®lo es inmoral, sino que impide que la gente se d¨¦ cuenta de que el super¨¢vit actual del sistema se debe a afortunadas coincidencias demogr¨¢ficas, a que estos a?os estamos asistiendo al menor crecimiento del n¨²mero de pensionistas de la historia de la Seguridad Social y a que est¨¢n incorpor¨¢ndose a la fuerza de trabajo las mayores cohortes de poblaci¨®n de la historia de Espa?a. La expresi¨®n de la "hucha" es nefasta, porque transmite la idea de que en estos a?os hemos resuelto nuestro principal problema cuando, por el contrario, lo estamos incubando. El exceso que hoy hay en la caja -la hucha- refleja, m¨¢s que la soluci¨®n, la magnitud de los compromisos de gasto que se generan para el futuro.
La propuesta del secretario de Estado de la Seguridad Social de calcular la pensi¨®n con arreglo a lo cotizado en toda la vida laboral ha sido la ¨²nica aut¨¦ntica iniciativa, no novedosa pero ¨²til para la resoluci¨®n de los problemas siempre que no se aplique brutalmente a quienes, por estar cerca de la jubilaci¨®n, poco podr¨ªan hacer ante ese cambio legal. Pero la demagogia del "ten¨ªamos un problema en la Seguridad Social y lo hemos resuelto" ha hecho imposible avanzar en la discusi¨®n de la propuesta, el secretario de Estado ha tenido que trag¨¢rsela y, como ha sucedido con otras reformas necesarias, al final el Gobierno se ha visto obligado a jurar que no har¨¢ reformas. La demagogia acaba actuando como una vacuna contra las reformas. Por eso, cuando un partido en el Gobierno decide ejercer la demagogia, lo mejor para la econom¨ªa es que, cuanto antes, pase a ejercerla desde la oposici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
- Opini¨®n
- MTAS
- VII Legislatura Espa?a
- SE Seguridad Social
- Declaraciones prensa
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Secretar¨ªas de Estado
- PP
- Pensiones
- Prestaciones
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Gente
- Gobierno
- Seguridad Social
- Pol¨ªtica laboral
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Trabajo
- Sociedad