El gran teatro del 'turf'
Aunque considerado un mundo fundamentalmente masculino y hasta machista, el universo de las carreras de caballos ha encontrado recientemente sus mejores cronistas entre las mujeres. Por supuesto, es sabido que el primer cl¨¢sico h¨ªpico "naturalista" (que no versa estrictamente sobre el turf) lo escribi¨® en el siglo XIX Anna Sewell: Black Beauty, la autobiograf¨ªa sentimental de un caballo, recientemente traducido y bien editado por la editorial sevillana Lettera. Ya en el espect¨¢culo de los hip¨®dromos, el ¨²ltimo best seller del g¨¦nero es la historia de Seabiscuit (un libro realmente espl¨¦ndido), obra de Laura Hillebrand. Acaba de aparecer su versi¨®n cinematogr¨¢fica, protagonizada por Toby McGuire. Tambi¨¦n la mejor biograf¨ªa de Northern Dancer ha sido escrita por una mujer, Muriel Lennox. Y sin duda las m¨¢s incisivas p¨¢ginas h¨ªpicas que hoy se publican en el Reino Unido vienen firmadas por Laura Thompson, cuyo libro sobre Newmarket es una delicia de informaci¨®n hist¨®rica y sugerencias literarias. En el terreno de la ficci¨®n, pueden destacarse los atractivos cuentos de la veneciana Patricia Carrano reunidos en Campo di prova. Y, por supuesto, El para¨ªso de los caballos, de la estadounidense Jane Smiley, ofrecido ahora a los lectores de lengua castellana.
EL PARA?SO DE LOS CABALLOS
Jane Smiley Traducci¨®n de Roser Berdagu¨¦ Tusquets. Barcelona, 2003 690 p¨¢ginas. 24 euros
Smiley es una novelista ya
conocida por muchos de ellos: tres de sus libros han sido anteriormente editados por Tusquets, entre los cuales destaca Heredar¨¢s la tierra, una recreaci¨®n actualizada de la tr¨¢gica penitencia del rey Lear que gan¨® en su pa¨ªs de origen el Premio Pulitzter y el National Critics Circle Award. Su ¨²ltima entrega narrativa es esta generosa novela coral, cuyo t¨ªtulo creo que encierra un cierto juego verbal (lo apunto con prudencia, porque no lo he visto se?alado en ninguna parte): si no me equivoco, Horse Heaven (el para¨ªso del caballo) homenajea a Horse Haven (el refugio o puerto del caballo), nombre que recib¨ªa la vieja pista del hip¨®dromo de Saratoga Springs, que con sus ciento diez a?os de existencia es el m¨¢s antiguo de Estados Unidos.
En este amplio y complejo relato, tejido de vi?etas que se entrecruzan, se dibuja algo as¨ª como un equivalente a la Comedia Humana, pero centrada en la pasi¨®n h¨ªpica. Con fondo de galopes, apuestas, triunfos y fracasos por corta cabeza, aparecen personajes feroces o tiernos, desconcertados las m¨¢s de las veces, adulterios y amores infantiles, religiones y supersticiones, caprichos ambiciosos junto a necesidades perentorias, un fresco animado con humor y a veces patetismo de la sociedad norteamericana actual. Y entre ellos, tambi¨¦n con su propia personalidad, unos cuantos caballos de carreras, sus rehenes inocentes, entre los que destaca el veterano Justa Bob, el castrado que a fuerza de rodar ha alcanzado la sabidur¨ªa: hay que intentar ganar siempre... por la m¨ªnima ventaja. El amante del turf encontrar¨¢ en estas p¨¢ginas todas las figuras familiares o ins¨®litas del espect¨¢culo que le encandila; quien sea ajeno a esta afici¨®n, puede asomarse al variado mundo por una ventana que hasta ahora nadie le hab¨ªa abierto.
La traducci¨®n es en general buena, aunque tiene peque?os tropiezos en la jerga h¨ªpica (nada comparable empero a la versi¨®n italiana de mi A caballo entre milenios, que convert¨ªa un alaz¨¢n en un caballo "alsaciano"...). Se empe?a en llamar "estadio" -una medida cl¨¢sica griega equivalente a ciento veinticinco pasos geom¨¦tricos- al furlong, la distancia de dos mil metros que todos los h¨ªpicos denominamos con la palabra inglesa. Llamar "cercado de monta" al paddock es verbalmente exacto, pero chocar¨¢ a los aficionados espa?oles que tambi¨¦n utilizamos el t¨¦rmino ingl¨¦s (en Francia, en cambio, se habla de rond de presentation). En Am¨¦rica consideran "ganar de alambre a alambre", es decir, desde la salida hasta la meta, a lo que aqu¨ª denominamos "ganar de punta a punta". Y al potro encargado de avivar el paso de una prueba en beneficio de su compa?ero de cuadra no le bautizamos "conejo" como los americanos, sino "liebre"... En fin, minucias. Pero es que las pasiones suelen ser minuciosas...
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