?Y si 'sale bien'?
Aqu¨ª el que manda es EE UU; m¨¢s vale estar con ¨¦l. Adem¨¢s, su econom¨ªa es m¨¢s din¨¢mica. El modelo americano atrae y Europa deber¨ªa ir por esa v¨ªa. Desde el 11-S, Espa?a saca r¨¦ditos de la nueva relaci¨®n con la Administraci¨®n de Bush en la lucha contra ETA o en las relaciones con Marruecos (para lo de Gibraltar no importa ya; el intento ha fracasado), e incluso en la perspectiva empresarial. Hay, adem¨¢s, una visi¨®n fundamentalista cristiana compartida con Bush. Y esta Europa que se ampl¨ªa ya no es la misma: el eje franco-alem¨¢n deja de ser central; la pol¨ªtica exterior com¨²n no arranca; y con la entrada de pa¨ªses m¨¢s pobres, Espa?a ya no va a poder aspirar a recibir de Bruselas las aportaciones financieras de estos a?os. Llevarse bien con Alemania cuenta menos. El cambio de rumbo de la pol¨ªtica exterior espa?ola con Aznar ha sido notable, aunque no se ha explicado. Ahora el Gobierno apoya conceptos como la guerra preventiva y los "Estados canallas" que nunca antes hab¨ªa asumido Espa?a. De momento, nos hemos quedado sin lograr un juez espa?ol en la nueva Corte Penal Internacional.
Ante la guerra, un escenario rosa: EE UU intenta convencer de que va a ser corta, o no ser si se logra forzar la salida de Sadam Husein. En el horizonte de la posguerra, Bush se ha comprometido a convocar al cuarteto (EE UU, la UE, Rusia y la ONU) para poner en marcha el plan de la "hoja de ruta" que lleva a un Estado palestino (sin Arafat) en 2005, lo que se podr¨ªa consagrar en el oto?o en una nueva Conferencia de Madrid (Madrid II, una obsesi¨®n del Gobierno de Aznar de los ¨²ltimos a?os, que quiere tapar todo lo anterior a ¨¦l). Y la tan cacareada invitaci¨®n a entrar en el G-8, y un mayor peso para la Espa?a que apost¨® por el vencedor.
Salir bien es una manera de hablar desde su punto de vista. Pues si tras los informe de Blix y El Baradei, el debate en el Consejo de Seguridad y la manifestaci¨®n global del s¨¢bado se va a una guerra, m¨¢s que preventiva, arbitraria, ya habr¨¢ salido mal. Junto al sufrimiento que puede causar, hay muchas derivadas peligrosas (v¨¦ase: C. A. Zald¨ªvar, Invasi¨®n de Irak: escenarios negros, Real Instituto Elcano), no s¨®lo para el conflicto, sino para la posguerra. En el camino, EE UU y Cia. pueden haber vaciado la credibilidad del Consejo de Seguridad, roto la OTAN, y dividido a la UE. La Administraci¨®n de Bush es la responsable de haber derrochado el capital de simpat¨ªa europea hacia EE UU que despertaron los atentados del 11-S, y en ocasiones se ve a EE UU m¨¢s peligroso para la paz mundial que Irak o Corea del Norte (http://www.time.com/time/europe/gdml/peace2003.html).
Esa Europa de los ocho, la de la carta promovida por Aznar, quiz¨¢s no se percate de que al sabotear la UE, est¨¢ socavando tambi¨¦n la OTAN, pues la crisis de las relaciones transatl¨¢nticas est¨¢ dividiendo a Europa, tanto como la divisi¨®n de Europa alimenta esa separaci¨®n con EE UU a quien De Gaulle llam¨® el "federador externo" de los europeos. Esa Europa americana, por s¨ª sola poco podr¨¢ hacer. Hay, adem¨¢s, una tercera Europa, la de los neutrales, que, por otros motivos, no quieren una Europa potencia. Por el contrario, el n¨²cleo europe¨ªsta, que representan Alemania, Francia, B¨¦lgica y alg¨²n otro, s¨ª puede avanzar en su integraci¨®n sin los dem¨¢s, e intentar preservar un margen de autonom¨ªa europea. Espa?a deber¨ªa volver a ¨¦l.
Ser¨¢ dif¨ªcil que el Consejo Europeo recomponga hoy los platos rotos, y si lo hace ser¨¢ en torno a la propuesta de Francia en el Consejo de Seguridad. En plena crisis, de modo casi imperceptible, la UE ha seguido poniendo ladrillos. Desde principios de febrero, ha entrado en vigor el Tratado de Niza (que est¨¢ por encima de la Constituci¨®n Espa?ola); se ha cerrado el texto del Tratado de Adhesi¨®n que firmar¨¢n los Quince y los diez nuevos el 16 de abril en Atenas; y el Presidium de la Convenci¨®n ha producido los 16 primeros art¨ªculos de la posible futura Constituci¨®n. Como si nada.
aortega@elpais.es
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