Modernizar y descentralizar a la vez
Cualquier consulta electoral, por lo que representa de participaci¨®n ciudadana en los asuntos p¨²blicos, supone un hito importante de cara a revalidar o modificar aquellas pol¨ªticas que se apliquen desde las instituciones.
La que va a tener efecto el pr¨®ximo 25 de mayo, las elecciones municipales en Andaluc¨ªa, auton¨®micas adem¨¢s en otras Comunidades, no va a ser una m¨¢s, sino que va a definir un mapa sociopol¨ªtico muy directamente influido por distintos acontecimientos que van del car¨¢cter local al internacional, que pueden ser determinantes para las pol¨ªticas locales que se desarrollen en los pr¨®ximos cuatro a?os e incluso para aquellas otras auton¨®micas y nacionales que nazcan como resultado de los comicios de la primavera del 2004.
Andaluc¨ªa, dominada en el medio rural por los partidos de izquierdas y con una mayoritaria presencia del Partido Popular en los grandes municipios, se enfrenta a esa segunda modernizaci¨®n y descentralizaci¨®n que promueven, como principales objetivos electorales, socialistas y populares respectivamente, intentando cubrir con ello los grandes vac¨ªos que todav¨ªa hoy alimentan la voracidad del desempleo y de la ausencia de un desarrollo arm¨®nico y sostenido.
Segunda modernizaci¨®n, como la define Manuel Chaves, para una Comunidad Aut¨®noma que se ve obligada a cubrir etapas, no se si por sobreesfuerzo o simplemente por pasividad, para no llegar con el control cerrado a la meta que otros han alcanzado con mayor rapidez o con una m¨¢s consistente y constante dedicaci¨®n.
Un segundo paso que no se acompa?a en los tiempos con el ritmo que vienen marcando otras sociedades modernas, y que exige de un esfuerzo mayor al dedicado hasta ahora si queremos competir por unos logros econ¨®micos y sociales que cada d¨ªa se hacen m¨¢s complejos y disputados.
Modernizar los servicios, la infraestructura productiva, las comunicaciones, el tejido social e incluso la propia administraci¨®n, son retos que pueden llenar un cartel o incluso un programa electoral, pero que precisan de mucha imaginaci¨®n y un mayor empe?o colectivo para ponerlos plenamente en valor.
Andaluc¨ªa no puede permitirse m¨¢s dilaciones, m¨¢s saltos de rana para alcanzar el gran lago de la modernidad, so pena de quedarse atrapada en las peque?as charcas que siempre est¨¢n sujetas a la aleatoriedad de los aluviones.
Asumamos conjuntamente ese objetivo de modernizar nuestra Comunidad, como debemos saber asumir, tambi¨¦n, ese otro de trasladar a ella el fen¨®meno descentralizador, defendido por Te¨®fila Mart¨ªnez, del que tantos beneficios pueden obtenerse si se lleva a efecto sin taca?er¨ªa y con la necesaria responsabilidad pol¨ªtica.
No parece l¨®gico que aquellas administraciones m¨¢s cercanas al ciudadano, los ayuntamientos, se vean impotentes para brindar con inmediatez y eficacia una serie de servicios para los que no cuentan con financiaci¨®n suficiente, mientras desde el gobierno auton¨®mico se dispersan los esfuerzos sin conseguirse unos resultados que la poblaci¨®n valore todo lo positivamente que pudieran ser.
Si la administraci¨®n p¨²blica debe tender a la rentabilizaci¨®n de recursos, la descentralizaci¨®n, que ya tuvo lugar desde el Estado a las CC AA, debe tener su continuidad en este ¨²ltimo y definitivo proceso, dejando operativo un organigrama que responda a ese criterio de obtenci¨®n de beneficios en funci¨®n del gasto y del efecto que del mismo se derive.
Deber¨ªan, por tanto, socialistas y populares, como fuerzas pol¨ªticas m¨¢s representativas y sobre las que va a caer la responsabilidad de gobernar nuestro mayor n¨²mero de municipios, complementar sus propuestas electorales y asumir mutuamente el compromiso de ejecutar de forma global ambos proyectos a los que me he referido, dando, de una vez por todas, ese paso que los andaluces estamos esperando, que abrir¨ªa las puertas a una nueva din¨¢mica pol¨ªtica y social que tal vez cambiase el rumbo, en demasiadas ocasiones indeterminado, que viene marcando el recorrer de Andaluc¨ªa.
No se trata de renunciar a identidades pol¨ªticas o program¨¢ticas, sino de hacerlo a la confrontaci¨®n est¨¦ril, buscando en la complementariedad los argumentos necesarios para ofrecer aquellos mecanismos y personas m¨¢s adecuadas para alcanzar los objetivos propuestos, ofreciendo as¨ª al elector un abanico de posibilidades entre las que escoger, sin tener que renunciar a propuestas que de otro modo ser¨ªan excluyentes entre s¨ª.
Enrique Bellido Mu?oz es senador por C¨®rdoba.
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