La inmensa minor¨ªa
Desde dentro de su libro Pido la paz y la palabra, el poeta Blas de Otero se exigi¨® a s¨ª mismo escribir siempre para la inmensa mayor¨ªa, lo cual, sin duda, quer¨ªa decir que a partir de entonces s¨®lo pensaba hacer versos humanos, estrofas que fueran el eco de todos. La poes¨ªa, sin embargo, nunca tuvo mucho p¨²blico y por eso alguna vez se ha calificado a sus lectores, por lo general pocos pero fieles y muy bien informados, como una inmensa minor¨ªa. Esa paradoja o met¨¢fora se entiende muy bien. Lo que no se entiende tan bien es que algunos pol¨ªticos tambi¨¦n intenten hacer pasar las mayor¨ªas por minor¨ªas o, tergiversando la famosa frase, consideren que la funci¨®n de un cargo p¨²blico consiste en enga?ar a todos todo el tiempo.
Lo hemos visto con motivo de las manifestaciones multimillonarias contra los planes de guerra en Irak y con la bochornosa manipulaci¨®n del n¨²mero de asistentes que hacen las autoridades cuando les interesa, tachando a miles de ciudadanos de la n¨®mina de asistentes, por ejemplo a la concentraci¨®n de Madrid, como quien borra un cero a la izquierda; y con el truco artero de no incrementar el transporte p¨²blico de la capital para entorpecer el derecho de todos a protestar; y, sobre todo, con las palabras de alguna ministra que ha llegado a decir que, en problemas tan complejos como ¨¦ste, la opini¨®n de las masas, pobres incautos manipulables, no es relevante. O sea, que la mayor¨ªa no es, en realidad, gran cosa, s¨®lo una minor¨ªa de muchos y no muy listos.
Y, sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, la gente de Nunca M¨¢is en Galicia, la gente de ?Basta ya! en el Pa¨ªs Vasco y la gente de todas partes que en todas partes se opone a una guerra por ahora sin sentido, ha alzado la voz, ha salido a la calle y ha asustado hasta a los m¨¢s soberbios: f¨ªjate, son muchos, los hay de todas clases e ideolog¨ªas; vamos a tener que o¨ªrles o, al menos, intentar enga?arlos con m¨¢s disimulo. La democracia es escuchar a la gente y gobernar para ella. Gobernar para todos y contra nadie.
Aprovechando que a la opini¨®n p¨²blica se le han inflado las velas, y teniendo en cuenta que vienen elecciones y los candidatos a la Comunidad y la alcald¨ªa tienen que repartir promesas como quien le echa pienso a las gallinas, se me ocurre que es el momento perfecto para hacer reclamaciones y pedir papeles. Est¨¢ muy bien prometer hospitales, escuelas, viviendas protegidas y leyes contra los especuladores, calles seguras, aceras anchas y un tr¨¢fico fluido; pero como ya nos la han colado tantas veces creo que lo mejor ser¨ªa exigir que cada promesa se haga por escrito, quiz¨¢ en un documento notarial en el que el candidato en cuesti¨®n se comprometa a dimitir si la incumple. Es muy sencillo, igual que cuando cualquiera de nosotros compra, por ejemplo, una casa: vas al banco, firmas un pr¨¦stamo, y si no pagas, te quitan el piso. Asunto resuelto.
Adem¨¢s de pedir papeles, creo que deber¨ªamos tambi¨¦n aportar ideas, porque la democracia no es s¨®lo votar, como querr¨ªan algunos, sino tambi¨¦n hacerse o¨ªr. Personalmente, me gustar¨ªa pedirle a los candidatos que se comprometan, por ejemplo, a hacer en Madrid algo que he visto en Rota: habilitar en los ambulatorios una sala que sirva de geri¨¢trico, donde se atienda a diez o doce ancianos. Es un buen sistema: no es necesario gastar millones de euros en hacer residencias inmensas y las personas mayores est¨¢n en un lugar donde pueden atenderlos, mejor que en ninguna otra parte. Tambi¨¦n me gustar¨ªa que fuese obligatorio, como en Dinamarca, que todas las empresas tuviesen una guarder¨ªa para los hijos de sus empleados, las m¨¢s grandes una propia y las m¨¢s peque?as una compartida entre cuatro o cinco negocios cercanos. Me gustar¨ªa que no se pudieran construir casas sin garaje, para sacar coches de la v¨ªa p¨²blica. Propongo que se recuperen de verdad los tranv¨ªas. Propongo que se fomente el transporte ferroviario de mercanc¨ªas y se saquen miles de camiones de las carreteras. Propongo que se controlen y regulen con mano de hierro los alquileres, que suelen ser un pozo de dinero negro. Propongo por ahora, en definitiva, cosas que propondr¨ªa cualquiera. ?Querr¨¢n d¨¢rnoslas? ?Se atrever¨ªan a prometernos esas cosas y otras por escrito, con su firma? Me gustar¨ªa saberlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Diplomacia
- Opini¨®n
- Manifestaciones
- Irak
- Pacifismo
- Protestas sociales
- Preparativos b¨¦licos
- Ayuntamientos
- Guerra Golfo
- Estados Unidos
- Madrid
- Administraci¨®n local
- Oriente pr¨®ximo
- Movimientos sociales
- Malestar social
- Guerra
- Comunidad de Madrid
- Relaciones internacionales
- Asia
- Espa?a
- Problemas sociales
- Relaciones exteriores
- Conflictos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad