Kuwait a¨²n espera a sus presos de guerra
Centenares de kuwait¨ªes capturados por Irak durante la ocupaci¨®n nunca han regresado a casa
F¨¢tima pone cada noche un plato de comida sobre la mesa. Cocina el pollo favorito de su hijo y espera. Pero Jalid hace 12 a?os que no se sienta a cenar. Los soldados de las fuerzas de ocupaci¨®n iraqu¨ªes rodearon la casa de F¨¢tima el 21 de octubre de 1991. Eran las siete de la ma?ana cuando los militares gritaron su nombre y se llevaron a Jalid, de 16 a?os. Un mes m¨¢s tarde volvieron. Entonces se llevaron a la familia entera: a F¨¢tima, a su marido y a sus otros tres hijos. La m¨¢s peque?a ten¨ªa tres a?os. Durante m¨¢s de cinco meses, la familia malvivi¨® en una prisi¨®n iraqu¨ª hasta que fueron liberados. S¨®lo vieron a Jalid una vez en todo ese tiempo. Y ¨¦ste les asegur¨®: "Van a ejecutarme".
Jalid es uno de los 605 kuwait¨ªes que el Gobierno de este emirato asegura que nunca regresaron a casa tras el final de la guerra del Golfo, en 1991. Doce a?os despu¨¦s, las reclamaciones de los familiares de los desaparecidos parecen unirse con lo que promete ser la segunda guerra del Golfo (la tercera, si se tiene en cuenta la que libraron Irak e Ir¨¢n). Se temi¨® por su suerte entonces y se teme ahora. Posiblemente fueron usados como escudos humanos en la huida de los iraqu¨ªes de Kuwait. Y con seguridad volver¨¢n a serlo si se produce la invasi¨®n de Irak ahora. Son conocidos como los prisioneros de guerra iraqu¨ªes (Prisioners Of War, POW en sus siglas en ingl¨¦s); son banqueros, polic¨ªas, estudiantes, soldados, amas de casa, ingenieros y ni?os que fueron secuestrados en la calle o arrancados de sus hogares durante los siete meses que dur¨® la ocupaci¨®n de Kuwait. Algunos eran miembros de la resistencia. Otros muchos, no.
La ¨²ltima vez que Amnah Al Jalfan vio a su hermano estaba esposado y con los ojos vendados. Junto con otra docena de j¨®venes kuwait¨ªes, era transportado como un reba?o en un cami¨®n militar camino de Basora (Irak). Era el 18 de septiembre de 1990. Hab¨ªan pasado pocas semanas desde que Irak ocupara Kuwait el 2 de agosto. El Ej¨¦rcito de Sadam Husein lleg¨® a capturar a 6.000 prisioneros. Tras el cese de las hostilidades entre Irak y los aliados, el 28 de febrero de 1991, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) comenz¨® a hacer su trabajo. Bajo la resoluci¨®n 686 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se cre¨® un comit¨¦ especial que capacitaba al CICR para investigar la suerte de los detenidos durante la contienda. En marzo de 1991, se consegu¨ªa que ambos bandos de la batalla entregaran a sus prisioneros al CICR. M¨¢s de 6.000 kuwait¨ªes encontraron su camino de vuelta a casa. Pero meses m¨¢s tarde hab¨ªa familias que segu¨ªan, y siguen, esperando a sus seres queridos.
"Tras la liberaci¨®n o¨ªmos que todos los prisioneros retenidos en Irak iban a ser liberados. Eso nos hizo felices y fuimos a buscar a nuestro hijo", relata en un mantra una mujer a trav¨¦s de un int¨¦rprete en el edificio levantado en memoria de los prisioneros de guerra. "Esperamos y esperamos, pero nunca supimos nada m¨¢s", prosigue. S¨®lo se le ven los ojos. Cubierta de negro de pies a cabeza, sostiene un viejo retrato de su hijo en una mano que sube y baja con desesperaci¨®n. "Seguimos esperando", solloza. "Queremos a nuestros hijos vivos o muertos. ?Vivos, Inch Al¨¢ [si Dios quiere], vivos, Inch Al¨¢!", repite, invocando a Dios.
Los esfuerzos oficiales para esclarecer d¨®nde est¨¢n los que nunca volvieron han sido infructuosos. Como in¨²tiles han resultado las docenas de reuniones convocadas por Naciones Unidas entre Irak y Kuwait. Sulaiman Al Hadda, director del Comit¨¦ Nacional de Kuwait para los desaparecidos y los prisioneros de guerra, explica c¨®mo esta cuesti¨®n no es en absoluto un asunto que quite el sue?o al r¨¦gimen de Sadam. "En una ocasi¨®n", explica Al Hadda, "nos reunimos en Amm¨¢n para discutir sobre la suerte de nuestros compatriotas, y el delegado iraqu¨ª asegur¨® no poder negociar con nosotros porque se hab¨ªa olvidado la agenda y la documentaci¨®n en Bagdad". "Regresamos siempre a casa con las manos vac¨ªas", puntualiza.
De los 605 prisioneros reclamados, 572 son kuwait¨ªes y 33 pertenecen a los pa¨ªses aliados que participaron en la guerra contra Irak (Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saud¨ª, Francia). De los 605, 474 eran civiles y 131 militares. Siete son mujeres. Fueron capturados sin atender a edades, desde 10 a?os a 65. El 70% eran personas j¨®venes de entre 18 y 30 a?os en el momento de su detenci¨®n. Las familias ya no ponen la esperanza en palabras que nunca llegan de Bagdad. Su fe est¨¢ en la guerra que creen que vendr¨¢. Si cae Sadam, el r¨¦gimen tendr¨¢ que liberar a los prisioneros, se dicen a s¨ª mismos. "Nadie quiere la guerra", justifica Naser, de 12 a?os, "pero para nosotros la guerra es la ¨²nica esperanza".
Como Naser, hay ni?os que nacieron de mujeres que estaban embarazadas en el momento en que sus maridos fueron sacados del pa¨ªs. Esos ni?os de 12 a?os hoy reclaman, con una foto prendida al pecho, conocer la suerte que corri¨® su padre. Como la madre de Naser, hay mujeres que se niegan a ser viudas y que esperan cada tarde que sus maridos vuelvan a casa. Madres que siguen cocinando para sus hijos. Hermanas, primas, t¨ªas. En un pa¨ªs tan peque?o como ¨¦ste, no existe pr¨¢cticamente una sola familia que no tenga una historia que llorar.
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