Con el canguelo en el cuerpo
Cuando en el mes de julio pasado Eduardo Zaplana emprendi¨® la aventura madrile?a -que lo es por su imprevisible desenlace- dej¨® tras de s¨ª un Gobierno cohesionado, un partido euf¨®rico y, en suma, un futuro pol¨ªtico despejado por la bondad de los pron¨®sticos electorales y el lento despegue de la oposici¨®n. No obstante, y con el fin de neutralizar el menor de los sobresaltos, el ex presidente y ya ministro no ha dejado de ejercer una tutela poco menos que totalitaria sobre sus huestes y feudo valenciano. Dijo, como el poeta, "me voy, me voy, pero me quedo". Y aqu¨ª sigue, omnipresente, presidiendo, inaugurando y a la expectativa de cuanto acontece entre su grey y en el marco auton¨®mico.
Pero algo y a¨²n mucho ha cambiado el panorama a lo largo de este medio a?o. Por lo pronto, en el seno del PP ya no cunde la euforia de otrora, cuando el partido desbordaba seguridades y miraba de soslayo y con indisimulado desd¨¦n a su principal competidor, el PSPV. En estos momentos, sin embargo, y creo que con fundamento, los populares se confortan todav¨ªa con la convicci¨®n de que ganar¨¢n las pr¨®ximas elecciones y que, incluso, en el peor de los supuestos, todo quedar¨¢ aproximadamente igual. Se amparan en sondeos de opini¨®n que s¨®lo ellos conocen, y que no cuestionamos. Pero no deja de chocarnos que, a pesar de tan felices augurios, sea tan perceptible el canguelo que se constata en no pocos individuos de ese colectivo.
Y no les faltan motivos. De un lado, se percatan del acelerado desgaste que han padecido como partido estatal debido a la desmadrada gesti¨®n del Prestige, sobre la que se solapa la masivamente reprobada opci¨®n b¨¦lica del presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Dos chapapotes descomunales que podr¨ªan convertirse en una mancha contaminante imbatible si, Dios no lo quiera, la crisis de Irak abocase a una guerra y, con ella, hubi¨¦ramos de pechar con las previsibles apreturas econ¨®micas. A?¨¢dase a ello, en l¨®gica sinton¨ªa, la consolidaci¨®n del l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, beneficiario de los dichos y otros no dichos desvar¨ªos.
Bien es verdad que en otras ocasiones y circunstancias preelectorales los sucesos que acontecen m¨¢s all¨¢ de la linde territorial valenciana no inciden apenas en los comicios municipales y auton¨®micos, pues ¨¦stos se resuelven con otras claves m¨¢s dom¨¦sticas. Pero ocurre que a los singulares y desgraciados episodios mentados se agregan otros trances desafortunados para el PP y que competen exclusivamente a la pol¨ªtica que despliega a la sombra del Miquelete. Entre ellos, y sumariamente referidos, la absurda campa?a de acusaciones al PSPV, aventando corrupciones anodinas que han acabado convirti¨¦ndose en un bomer¨¢n contra el partido gobernante; s¨²mese a ello la diluida figura del candidato a la Generalitat, Francisco Camps, que no acaba de erguirse como tal -impresi¨®n que cala crecientemente entre los suyos- y, para acabarlo de arreglar, las impresionantes manifestaciones por la paz acontecidas en el Pa¨ªs Valenciano y que resultaron poco menos que un refer¨¦ndum contra el PP.
Acuciado, pues, por estos sucesos, el PP ha echado mano de viejas pr¨¢cticas autocr¨¢ticas y se propone recuperar el cr¨¦dito perdido mediante su cruzada por el agua y el Plan Hidrol¨®gico Nacional que postula. "Agua para todos", ser¨¢ su eslogan, y dos platos de paella, y autob¨²s gratis, y, en definitiva, una galvanizaci¨®n de los deca¨ªdos ¨¢nimos conservadores y clientelares, ya que los centristas y centrados andan perplejos o distantes. Una exhibici¨®n de fuerza y poder¨ªo partidario, dudosamente leg¨ªtima en tanto que subvencionada por los presupuestos p¨²blicos y alentada por los medios de comunicaci¨®n oficiales. Algo inimaginable unos meses atr¨¢s.
Admitimos que cualquier partido gobernante en la misma coyuntura proceder¨ªa de modo similar, pero revelar¨ªa lo que es obvio: que es una muestra de debilidad y que se afronta un desaf¨ªo no previsto que por primera vez en siete a?os sugiere que la victoria electoral pronosticada est¨¢ tocada del ala. Con la agravante de que enfrente no tienen un adversario que arrase. Como siempre, pierden los que mandan, por su mala cabeza. No ganan quienes aspiran. A partir de ahora, y despu¨¦s de la "mani" del agua, ya estamos en otra campa?a electoral.
EL NUEVO IVAM
Muy buena, extraordinaria, la reforma del IVAM dise?ada por los arquitectos japoneses Sejima y Nishizawa. El prestigio internacional del museo y sus fondos pl¨¢sticos requer¨ªan una remodelaci¨®n tan ambiciosa e imaginativa como la propuesta. Por fortuna, ha sido concelebrada por todos los opinantes cualificados. El Jard¨ªn del Turia acrece as¨ª su caudal de arte y cultura. De acuerdo. Pero no desvirtuemos las cosas. El nuevo IVAM, como el actual, no a?ade nada al barrio del Carmen. Ya ser¨¢ bonito y bastante que esta iniciativa no cuaje a costa de los vecinos desahuciados y expropiados. Que no paguen ellos, adem¨¢s, un lujo de Valencia entera.
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