La tenaza
Un extra?o pacto, ni siquiera t¨¢cito pero en todo caso muy real, vincula a las tierras arenosas de Irak con los acantilados b¨¢rbaros y bell¨ªsimos de la Costa da Morte. Un enlace jam¨¢s previsto, un juego de la guerra y del chapapote, una ensalada de bet¨²n y serrallo, una trabajosa mixtura de velocidad y tocino, de oriente f¨¦rtil y occidente atl¨¢ntico se ha ido consolidando en los ¨²ltimos meses para desolaci¨®n de pescadores y percebeiros, de iraqu¨ªes de la calle y la derrota. El final de este cuento triste es una colecci¨®n de playas encenagadas, de rocas negras, de soldados muertos, de v¨ªctimas colaterales, de ciudades arrasadas y de cad¨¢veres pol¨ªticos.
Un mismo espectro recorre la Galicia marinera y luchadora y las tierras al norte de la ciudad de Kuwait, donde luce esa autopista que lleva desde el antidemocr¨¢tico principado del petr¨®leo hasta las tierras injustas donde a¨²n manda el s¨¢trapa Sadam Husein, otrora hombre laico y revolucionario y hoy tramposo rezador, asesino siempre. Una misma organizaci¨®n fantasmal, pero muy efectiva, transita mundos remotos, muy ajenos entre s¨ª. De un lado, el mundo civil de los mariscadores y palangreros y del otro el mundo militar del ej¨¦rcito iraqu¨ª y de las fuerzas armadas de la gran coalici¨®n bush-blair-aznariana en marcha. Un mismo viento mortuorio sopla en Finisterre que en Mesopotamia: el misterioso aliento que hace inesperados c¨®mplices al capit¨¢n Ap¨®stolos Mangouras del vicepresidente Tarek Aziz; a do?a Condoleeza Rice del desbordado Fraga Iribarne, o al halc¨®n Donald Rumsfeld del atildado y fallido delegado del Gobierno en Galicia, el v¨¢stago Arsenio Fern¨¢ndez de Mesa. ?Y contra quien sopla este vendaval que no cesa y que, adem¨¢s crece y se multiplica? Es f¨¢cil la respuesta: la galerna maldita ruge contra la Xunta de Galicia, pero m¨¢s a¨²n contra el Gobierno de la naci¨®n, contra su presidente, contra los tres sucesores in p¨¦ctore, contra la tercera legislatura popular, y hay quien cuenta que la marea negra podr¨ªa llegar hasta el Mediterr¨¢neo, y cualquier d¨ªa vemos a Francisco Camps en mono blanco de voluntario, peregrino de Bagdad.
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