'Face value', de Phil Collins
Con Face value (1981), Phil Collins logr¨® una pirueta asombrosa: un apreciado baterista se convert¨ªa en uno de los vocalistas m¨¢s populares de finales del siglo XX. Collins ya ejerc¨ªa de cantante en Genesis, tras la marcha de Peter Gabriel, pero all¨ª interpretaba lo que algunos llamaban "rock sinf¨®nico", mientras que Face value revelaba su amor a la m¨²sica negra. EL PA?S publica ma?ana el disco, segundo de los 25 ¨¢lbumes de referencia en la historia del rock internacional, que se podr¨¢ adquirir durante una semana al precio de 5,95 euros.
Como muchos bateristas, Phil Collins es hiperactivo. Un todoterreno, adem¨¢s: en los setenta, aparte de Genesis, hac¨ªa jazz-rock con Brand X, y pon¨ªa sus m¨²sculos al servicio de cualquier colega que le requer¨ªa. La frustraci¨®n: dentro de su ocupaci¨®n principal, no pod¨ªa dar salida a su querencia por el soul: estil¨ªsticamente, Genesis era blanco como la leche. Collins apreciaba diferentes g¨¦neros pero tambi¨¦n quer¨ªa ver un impacto directo en el coraz¨®n, en el cuerpo de sus oyentes: ten¨ªa alma de show business, le embriagaban los aplausos. Nacido en Londres (1951), era un ni?o lo bastante guapo para conseguir papeles en el teatro y en el cine (est¨¢ en ?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa!, de los Beatles); fue candidato al papel protagonista de Romeo y Julieta, versi¨®n Zeffirelli.
Hasta que el cuerpo le traicion¨®: perdi¨® cabello, se achaparr¨®. Y se lanz¨® a la m¨²sica con Flaming Youth, un conjunto de pop progresivo. Ya en Genesis, fue acumulando canciones que no encajaban en aquellos esquemas. Con ellas bajo el brazo, consigui¨® un trato ins¨®lito: sus elep¨¦s como solista saldr¨ªan en el Reino Unido a trav¨¦s de Virgin, una compa?¨ªa considerada muy avanzada, y en EE UU se editar¨ªan v¨ªa Atlantic, sello emblem¨¢tico de la m¨²sica negra.
Grabado entre Londres y Los ?ngeles, Face value asombr¨® a la industria. Con el ingeniero Hugh Padgham, Phil Collins desarroll¨® novedosos trucos de producci¨®n que ser¨ªan mil veces imitados. Los teclados, las percusiones eran obra suya; luego vinieron los metales de Earth Wind & Fire y otros instrumentistas estadounidenses de peso, como el bajista Alphonso Johnson: Eric Clapton, Ronnie Scott y otros amigos se sumaron al proyectos. Arif Mardin, el gran hombre de Atlantic, se ocup¨® de los arreglos de cuerdas.
Face value no era un disco previsible. Se abr¨ªa con la misteriosa In the air tonight, donde proclama su antipat¨ªa por un ser odioso ("si me dijeras que te est¨¢s ahogando / yo no te dar¨ªa la mano"), pero tambi¨¦n expresa intuiciones inefables ("puedo sentir que est¨¢ viniendo por el aire esta noche, oh, Se?or / he esperado este momento toda mi vida, oh, Se?or"). Y se cerraba con una pieza intrincada de John Lennon, Tomorrow never knows. Entre una y otra canci¨®n, abundaban las baladas intensas y las piezas saltarinas. Ambos palos se convertir¨ªan en las bazas principales de una carrera repleta -no dejar¨ªa Genesis hasta 1996- que le transform¨® en una de las personas m¨¢s ocupadas de la m¨²sica brit¨¢nica, con infinidad de producciones y una extraordinaria avidez por tocar. Bat¨ªa r¨¦cords: en 1985, estuvo en los dos escenarios de Live Aid, respaldando a Clapton en Wembley antes de volar hasta Filadelfia, donde le esperaba Led Zeppelin. Ese ritmo de vida no cesar¨ªa hasta que traslad¨® su residencia a Suiza, por cuestiones de amor y de impuestos; seg¨²n las revistas de negocios, ten¨ªa la cuarta mayor fortuna del pop brit¨¢nico, detras ¨²nicamente de David Bowie, Paul McCartney y Tom Jones
Hoy, la repetici¨®n de sus f¨®rmulas ha hecho que Collins pierda el brillo que le proporcionaron discos como Face value. Un consuelo es que sus esforzadas canciones llegaron a un p¨²blico inesperado y exigente: hace poco, la esnobista prensa musical londinense se escandalizaba al enterarse de que muchas figuras del R & B y el hip hop realizaban un disco de homenaje a Collins. Como dijo una de esas estrellas reci¨¦n salidas del gueto. "Phil es uno de los nuestros".
Babelia
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