"EE UU debe dise?ar un Plan Marshall para el mundo ¨¢rabe"
Si Estados Unidos mantiene en el conflicto de Irak su tendencia a "golpear y salir corriendo", no tardar¨¢n en aparecer nuevos Bin Laden o Sadam Husein. Esta vez deber¨ªa comprometerse a fondo en la resoluci¨®n del problema palestino y en la democratizaci¨®n y, con un Plan Marshall, el desarrollo y la justicia social del mundo ¨¢rabe. Lo afirma Saad Eddin Ibrahim, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Americana de El Cairo, tenaz luchador por la democracia y los derechos humanos en el valle del Nilo y de doble nacionalidad, egipcia y, por matrimonio, estadounidense.
Ibrahim, de 64 a?os, recibe a EL PA?S en su apartamento del barrio cairota de Maadi. Tras ser detenido en junio de 2000 y pasar desde entonces un total de 15 meses en prisi¨®n, el m¨¢s conocido disidente egipcio est¨¢ ahora en libertad provisional, a la espera de la sentencia que ser¨¢ dictada el 18 de marzo. Est¨¢ acusado de "traici¨®n" por "da?ar la imagen de Egipto en el exterior", al denunciar el fraude en las elecciones, la discriminaci¨®n que sufre la minor¨ªa cristiana copta y los planes del presidente egipcio, Hosni Mubarak, para ser sucedido en el cargo por su hijo Gamal.
"Si el problema palestino no se resuelve, poco importar¨¢ que EE UU venza a Sadam"
"Mientras los reg¨ªmenes de esta parte del mundo no sean democr¨¢ticos, s¨®lo habr¨¢ inseguridad"
Pregunta. Muchos analistas piensan que al detenerle a usted el r¨¦gimen de Mubarak no s¨®lo viol¨® los derechos humanos, sino que tambi¨¦n cometi¨® un error. EE UU, que jam¨¢s se ha preocupado por los miles de presos pol¨ªticos de este pa¨ªs, en su mayor¨ªa islamistas, descubre ahora que este r¨¦gimen no es tan democr¨¢tico.
Respuesta. Puede ser. Pero al r¨¦gimen le cuesta much¨ªsimo aceptar que cometi¨® un error. ?ste es el pa¨ªs que, en tiempos de los faraones, invent¨® el concepto del rey-dios. En cuanto a EE UU, durante la guerra fr¨ªa s¨®lo se preocup¨® de encontrar en Oriente Pr¨®ximo aliados contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ahora se da cuenta de que muchos de esos aliados son una carga pesada. Los hay horrorosos, como Bin Laden y Sadam Husein, que en un tiempo fueron apoyados por Washington, y los hay impresentables, como algunos de los dirigentes de los pa¨ªses ¨¢rabes pronorteamericanos.
P. ?Cree que esta vez Washington va en serio cuando predica que, tras la guerra contra Irak, impulsar¨¢ la democracia en el mundo ¨¢rabe?
R. Creo que s¨ª. Es su inter¨¦s. Mientras los reg¨ªmenes de esta parte del mundo no sean democr¨¢ticos s¨®lo prosperar¨¢ la inseguridad. EE UU y Europa no pueden seguir permitiendo que esta regi¨®n produzca demagogos como Bin Laden o Sadam, que aunque uno islamista y el otro secular, coinciden en ser totalitarios e impredecibles. El 11-S ha revelado que esta infecci¨®n abarca del Mediterr¨¢neo hasta el Atl¨¢ntico.
P. Hay quien dice que no puede haber democracia en el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, puesto que cada vez que hay elecciones libres, ganan los islamistas.
R. Me opongo rotundamente a esa idea. El truco de nuestros dictadores, el que emplean tanto con Occidente como con sus propios pueblos, es decir, que si hay democracia ganar¨¢n los Jomeini. Pero los islamistas han ganado en Turqu¨ªa y no ha pasado nada. El AKP turco no est¨¢ gobernando en funci¨®n de su ideolog¨ªa, sino de los intereses de su pa¨ªs, y lo prueba su posici¨®n sobre Irak. Si a los islamistas, hablo de los moderados, no de los violentos, se les incluye en el juego, pueden comportarse muy racionalmente. Lo que pas¨® en Argelia es que el Ej¨¦rcito no dej¨® gobernar al FIS, le rob¨® el fruto de su victoria electoral y, claro, sus partidarios m¨¢s radicales se enfadaron much¨ªsimo. En el mundo ¨¢rabe hay que establecer unas claras reglas de juego democr¨¢ticas, en forma de una Carta Nacional, una Constituci¨®n o como quiera llam¨¢rsele. Y luego dejar que gobierne el que gane en las urnas, siempre que no se salga de las reglas de juego. Los islamistas tendr¨ªan al principio muchos votos y luego ya no tantos.
P. ?Cu¨¢l es la causa del atractivo de los islamistas para muchos ¨¢rabes?
R. El fracaso de tantos experimentos nacionalistas, izquierdistas o liberales, todos ellos autoritarios, desde los a?os cincuenta a los setenta del siglo XX. El fracaso tanto en la gran cuesti¨®n de Palestina como en los asuntos internos. Esto produjo la gran humillaci¨®n y la gran desesperaci¨®n que se viven hoy en el mundo ¨¢rabe.
P. ?Puede vencer EE UU al islamismo violento como el de Bin Laden s¨®lo con medios policiales y militares?
R. Si EE UU s¨®lo usa esos medios fracasar¨¢ rotundamente. EE UU debe plantear un Plan Marshall para los pueblos ¨¢rabes. Debe asociarlos en la tarea de reconstruir esta regi¨®n pol¨ªtica y econ¨®micamente, de construir la democracia e impulsar el desarrollo econ¨®mico y la justicia social. Debe presentar un paquete global y abandonar su tendencia a golpear e irse. EE UU no suele pensar en el largo plazo; s¨®lo en c¨®mo afrontar el peligro inmediato. No lo ha hecho bien en Afganist¨¢n, no ha hecho todo lo que dijo que iba a hacer. Deber¨ªa evitar que ocurra lo mismo en Irak. Mire usted, casi nadie quiere al r¨¦gimen de Sadam en el mundo ¨¢rabe, pero la gente est¨¢ muy escocida por el doble rasero occidental.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer EE UU si hace la guerra y derroca a Sadam Husein?
R. Dos cosas: emprender ese Plan Marshall para los ¨¢rabes y resolver la cuesti¨®n de Palestina. Si el problema palestino no se resuelve seriamente, con un Estado viable, poco importar¨¢ que EE UU triunfe sobre Sadam, sobre Bin Laden o sobre el demagogo de turno. Pronto aparecer¨¢ otro. Para resolver la cuesti¨®n palestina se necesita voluntad, paciencia y continuidad. Y tambi¨¦n una visi¨®n. Bill Clinton estuvo muy cerca de esa visi¨®n. Pero Arafat demostr¨® que no es un estadista, sino s¨®lo un pol¨ªtico, y Egipto y Arabia Saud¨ª no mejoraron las cosas. Si se hubiera sometido a refer¨¦ndum entre los interesados las ideas de Camp David II y Taba, la mayor¨ªa de los palestinos habr¨ªa votado a favor y hoy habr¨ªa un Estado palestino.
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