"No es el momento de abandonar la v¨ªa de las inspecciones"
El ministro franc¨¦s de Exteriores, Dominique de Villepin, explic¨® ayer su visi¨®n sobre las consecuencias de una guerra desencadenada por el presidente de Estados Unidos, Georges W. Bush, con la ayuda de gobernantes europeos como Tony Blair y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La diplomacia francesa ha peleado mucho para evitar ese conflicto militar y su jefe apela al derecho y a la moral que deben presidir las relaciones internacionales para impedir que la ONU no tenga m¨¢s opci¨®n que la de "avalar una guerra precipitada a trav¨¦s de una nueva resoluci¨®n, como la que acaba de ser depositada por Reino Unido, EE UU y Espa?a".
De Villepin, de 49 a?os, se mantuvo prudente respecto a la cuesti¨®n del veto, en la misma l¨ªnea del presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, que le ha sostenido en este combate por evitar o limitar, por lo menos, el alcance de una intervenci¨®n militar respaldada por un discurso que desvela objetivos cada vez m¨¢s amplios. En una conversaci¨®n sostenida ayer con EL PA?S y otros cuatro diarios europeos en su despacho del Quai d'Orsay (sede de su departamento), De Villepin argument¨® contra la legitimidad de una intervenci¨®n militar realizada antes de que las inspecciones hayan rendido sus frutos y reflexion¨® sobre la gesti¨®n de la posguerra, momento en que Naciones Unidas volver¨¢n a ser necesarias. Y sin mencionar a Aznar ni a Blair, no parece temerario imaginarse que les ten¨ªa en su mente cuando dec¨ªa que "los europeos necesitamos un c¨®digo de buena conducta", para no provocar el estallido del consenso a los pocos d¨ªas de haberlo alcanzado.
"Irak no representa m¨¢s que el 0,3% de nuestro comercio exterior"
Pregunta. ?Hasta qu¨¦ punto considera decisiva la destrucci¨®n de los misiles Al Samud, reclamada por los inspectores para ma?ana? Dicho de otro modo: si Sadam Husein no acepta eliminarlos, ?se pasar¨¢ de las inspecciones a la intervenci¨®n militar?
Respuesta. Es una etapa importante porque se sit¨²a en la l¨®gica de la buena aplicaci¨®n de la resoluci¨®n 1.441. Los expertos deben tener la oportunidad de decir, programa por programa [nuclear, qu¨ªmico, bacteriol¨®gico, bal¨ªstico] qu¨¦ es lo que hay que hacer y fijar los vencimientos de cada plazo. ?sta es la l¨®gica del memor¨¢ndum que hemos depositado en la ONU con Alemania y Rusia. Este asunto de los misiles es ejemplar: hemos obtenido informaciones a trav¨¦s de los iraqu¨ªes y hemos podido verificarlas. Ahora entramos en la tercera fase, que es la de eliminarlos. Francia quiere convertir estas inspecciones en un verdadero instrumento que pueda utilizarse para resolver pac¨ªficamente otras crisis de proliferaci¨®n de armas. Si nos precipitamos a usar la fuerza, la tentaci¨®n ser¨¢ fuerte en otras crisis para recurrir tambi¨¦n inmediatamente a la fuerza. No estamos en un callej¨®n sin salida.
P. Pero ?y si Sadam Husein rechaza destruir esos misiles?
R. Nuestro objetivo es el desarme pac¨ªfico de Irak. Si no se consiguiera, se podr¨ªa contemplarlo todo, incluida la fuerza. Pero la precipitaci¨®n me parece inoportuna. Ser¨ªa parad¨®jico que una resoluci¨®n abra las puertas a la guerra, cuando las inspecciones est¨¢n dando resultados. La legitimidad que da el derecho internacional es central. El calendario militar estadounidense no est¨¢ acompasado con el calendario de la comunidad internacional, que considera, en su mayor¨ªa, que las inspecciones pueden conseguir el objetivo del desarme.
P. ?Ve alguna posibilidad para la v¨ªa multilateral? ?Francia no se est¨¢ arriesgando a romper, al final, la unidad internacional?
R. Todo lo contrario. Hay una clara mayor¨ªa en Naciones Unidas para sostener la v¨ªa de un arreglo pac¨ªfico. El Consejo de Seguridad est¨¢ encargado de velar por el respeto de la resoluci¨®n 1.441 y prosigue sus esfuerzos para encontrar una soluci¨®n pac¨ªfica a la crisis. La cuesti¨®n es saber si Naciones Unidas se atiene a esta resoluci¨®n o si no tiene m¨¢s opci¨®n que la de avalar una decisi¨®n precipitada de intervenci¨®n militar, a trav¨¦s de una nueva resoluci¨®n como la que acaba de ser presentada por Reino Unido, EE UU y Espa?a. ?No es esto lo que podr¨ªa afectar a la autoridad de Naciones Unidas? Cualquiera que sea la decisi¨®n de Estados Unidos, la ONU continuar¨¢ siendo indispensable para construir la paz, tanto si se trata de organizar la cuesti¨®n de los refugiados como de gestionar Irak.
P. El memor¨¢ndum prev¨¦ todav¨ªa 120 d¨ªas de inspecciones. ?Las fuerzas norteamericanas deber¨ªan quedarse en el Golfo durante ese tiempo?
R. Seamos coherentes. En el memor¨¢ndum que hemos presentado, hablamos de vencimientos, programa por programa, y recordemos que no hay plazo final en la 1.441. Corresponde a los inspectores determinar su calendario de trabajo. Si en un momento dado desean recortarlo, ?por qu¨¦ no? Pero 120 d¨ªas es la duraci¨®n prevista por la resoluci¨®n 1.284. ?No nos hemos inventado nada! Continuamos fieles al objetivo del desarme. Por el contrario, estamos viendo muy claramente que el discurso de Estados Unidos se desliza progresivamente desde la l¨®gica del desarme a la del cambio de r¨¦gimen [en Irak] e incluso, m¨¢s ampliamente, al de la remodelaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo. Ahora bien: esta l¨®gica no figura en la resoluci¨®n 1.441 y suscita m¨²ltiples preguntas. Tomemos la cuesti¨®n del cambio de r¨¦gimen: ?qui¨¦n lo decide y con qu¨¦ criterios? ?Es que la ONU no es la ¨²nica instancia leg¨ªtima para ello? ?No introducir¨ªa un principio de incertidumbre y de inestabilidad suplementaria en el mundo?
P. ?Pero los norteamericanos no aceptar¨ªan quedarse eternamente en el Golfo!
R. En nuestra opini¨®n hay tres factores que contribuyen a presionar a Irak. El primero es la firmeza de la resoluci¨®n 1.441, votada por unanimidad. El segundo es la presi¨®n militar. Y el tercero, el mecanismo interno de las inspecciones, que exige informes con plazos regulares. Esto es muy importante. Observe los progresos realizados antes del 14 de febrero [d¨ªa en que Blix present¨® su ¨²ltimo informe]. Hay que continuar en esta v¨ªa, manteniendo la presi¨®n sobre las autoridades iraqu¨ªes. Lo hemos dicho: las inspecciones no pueden continuar indefinidamente, pero dan resultados. No es el momento de abandonarlas. Hay una paradoja en la crisis actual: ?la comunidad internacional nunca ha estado tan unida para gestionar las crisis de proliferaci¨®n de armamentos y hay quien se arriesga a dividirla porque el calendario no le parece lo bastante r¨¢pido!
P. Hay quien piensa que la posici¨®n de Francia est¨¢ inspirada tambi¨¦n por intereses comerciales.
R. Conozco el argumento que utiliza un cierto n¨²mero de comentaristas. ?Seamos serios! Irak no es m¨¢s que el 53? socio comercial de Francia y no representa m¨¢s que el 0,3% de nuestro comercio exterior. Se trata de un proceso de intenciones que no se tiene de pie ante los hechos y las cifras.
P. Da la impresi¨®n de que Francia ha suavizado su postura sobre el veto. A pesar de un amplio consenso nacional, hay voces discordantes con la posici¨®n oficial y muchos temen las tensiones en las relaciones franco-norteamericanas...
R. La posici¨®n francesa es clara y neta. Se trata de una cuesti¨®n de responsabilidad. Francia quiere conservar toda su libertad de apreciaci¨®n y de acci¨®n. Puede haber matices, pero no hay divergencias de fondo en las posiciones de la mayor¨ªa. Al contrario, se aprecia una gran unanimidad de la clase pol¨ªtica en nuestro pa¨ªs. Francia siente una gran amistad por Estados Unidos y lo que hay que hacer es evitar toda interferencia in¨²til entre la relaci¨®n trasatl¨¢ntica y la crisis iraqu¨ª. La encrucijada, hoy, es la capacidad de la comunidad internacional de gestionar las crisis. Se trata de la visi¨®n que tenemos sobre la organizaci¨®n del mundo: estamos a favor de un orden mundial multipolar, fundado en el derecho y la moral y centrado en torno al principio de la responsabilidad colectiva.
P. Pero esta cuesti¨®n ha producido divisi¨®n en Europa...
R. S¨ª, y es lamentable, cuando hab¨ªamos definido posiciones comunes por dos veces, el 27 de enero en el Consejo de Asuntos Generales [la UE] y el 17 de febrero durante el Consejo Europeo de Bruselas. Frente a una situaci¨®n como ¨¦sta, y dado que algunos de nuestros socios desean tomar iniciativas, deber¨ªamos disponer en Europa de mecanismos para concertarnos de antemano. Habr¨ªa que pensar en un c¨®digo de buena conducta para evitar quedar situados ante el hecho consumado, sobre todo cuando hay un riesgo de divisi¨®n. Es esencial que podemos reflexionar sobre los medios que permitan a la Uni¨®n Europea afirmar su ambici¨®n sobre la escena internacional.
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