La transformaci¨®n radical de una ciudad mud¨¦jar
Hasta comienzos del siglo XVI, Sevilla hab¨ªa mantenido su configuraci¨®n hispanomusulmana sin apenas modificaciones sobre el entramado monumental y viario de la capital almohade. Tan s¨®lo la construcci¨®n de parroquias y de la imponente catedral g¨®tica supusieron cambios sustanciales en la monumentalidad de la ciudad tras su reconquista por Fernando III. El laber¨ªntico trazado musulm¨¢n de estrechas v¨ªas interrumpidas por recodos y adarves que imped¨ªan el tr¨¢nsito de jinetes y veh¨ªculos de ruedas, los huertos o los arcos entre paredes se conservaron hasta que la ciudad se convirti¨® en Puerto de Indias, en 1503.
El libro del profesor Antonio Jos¨¦ Albardonedo Freire estudia minuciosamente la radical transformaci¨®n que experiment¨® el trazado urbano de Sevilla tras el Descubrimiento de Am¨¦rica y la constituci¨®n en la ciudad de la Casa de la Contrataci¨®n. Una ciudad que con un cuerpo mud¨¦jar va a incorporar edificios renacentistas, a principios de siglo, y manieristas, en la segunda mitad, debido al impacto del tr¨¢fico indiano y a su condici¨®n de capital econ¨®mica de la monarqu¨ªa hisp¨¢nica.
El URBANISMO DE SEVILLA DURANTE EL REINADO DE FELIPE II
Antonio Jos¨¦ Albardonedo
Guadalquivir Ediciones.
Sevilla, 2002
472 p¨¢ginas. 22 euros.
Construcciones como la Casa Lonja, la Casa Nueva de la Moneda, la Aduana, las nuevas dependencias del Real Alc¨¢zar, la remodelaci¨®n de plazas como la de San Francisco y, especialmente, el embellecimiento de la Alameda de H¨¦rcules, se realizaron en esa centuria. Una de las transformaciones m¨¢s espectaculares fue precisamente la de la Alameda, que de "hond¨®n cenagoso" -como la califica en el pr¨®logo el catedr¨¢tico de Historia del Arte Hispanoamericano Emilio G¨®mez Pi?ol- pasa a ser, tras su saneamiento, urbanizaci¨®n y ajardinamiento, el mejor jard¨ªn urbano manierista de Espa?a.
Albardonedo, profesor de Historia del Arte en la Facultad de Geograf¨ªa e Historia de Sevilla, explica qu¨¦ repercusi¨®n tuvo en las viviendas del recinto amurallado y en los arrabales el intenso desarrollo demogr¨¢fico que alcanz¨® la ciudad en la segunda mitad del XVI, bajo el reinado de Felipe II.
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