La diversi¨®n est¨¢ asegurada
Nerviosos por el dominio de Ferrari durante las ¨²ltimas tres temporadas -menor en cualquier caso que el que en sus mejores momentos ejercieron Williams o McLaren- los due?os del negocio, Bernie Ecclestone y Max Mosley, se han pasado el invierno anunciando todo tipo de cambios t¨¦cnicos y reglas delirantes destinadas a impedir que la escuder¨ªa de Maranello con Michael Schumacher a la cabeza vuelva a ganar el campeonato.
Los a?os y el mucho dinero que han ganado debe haber hecho mella en la memoria de los dos brit¨¢nicos que controlan -por poco tiempo m¨¢s- el circo de la F¨®rmula 1. Olvidan la regla de oro de este negocio: cualquier traba destinada a reducir el nivel tecnol¨®gico de los coches acaba beneficiando a los equipos m¨¢s potentes, que son los que disponen de m¨¢s medios y de los mejores ingenieros para encontrar las soluciones alternativas m¨¢s efectivas.
Pero en una cosa s¨ª que han acertado, en una regla simple y f¨¢cil de aplicar: la posici¨®n en la parrilla de salida se jugar¨¢ a una sola vuelta, tras la cual los dep¨®sitos de gasolina quedar¨¢n sellados hasta el momento de la carrera. S¨®lo con esto tenemos la diversi¨®n asegurada.
Se acabaron las mon¨®tonas carreras en fila de a uno, s¨®lo rotas por las previsibles paradas para repostar y las interminables procesiones en perfecto orden jer¨¢rquico a mayor gloria del equipo dominante de turno. A partir de ahora, la misma din¨¢mica que generaban esos circuitos tan perfectos en los que los adelantamientos, adem¨¢s de imposibles, eran algo rid¨ªculamente innecesario, lo m¨¢s parecido a un error inform¨¢tico, a una molesta interferencia en el l¨®gico devenir de la carrera tecnol¨®gico-financiera, se convertir¨¢n ahora en trampas mortales.
Los equipos punteros, los mejores pilotos, se ver¨¢n obligados a restablecer una y otra vez la jerarqu¨ªa, irremisiblemente rota en la ruleta rusa de las pruebas de calificaci¨®n a una sola vuelta.Al igual que sucede en ciclismo, los equipos peque?os se sentir¨¢n tentados de realizar la cl¨¢sica escapada en solitario, sin otro objetivo que ganar minutos de gloria en la televisi¨®n y contentar a los patrocinadores.
Y les ser¨¢ bien f¨¢cil, no tendr¨¢n m¨¢s que dar la vuelta de calificaci¨®n con los dep¨®sitos casi vac¨ªos, tal y como se ha hecho hasta ahora, y garantizarse un lugar en las primeras filas de la parrilla. A las dos o tres vueltas no les quedar¨¢ m¨¢s remedio que entrar a repostar en boxes, pero los minutos de gloria ya no se los quitar¨¢ nadie. Para los estrategas de las escuder¨ªas punteras esta temporada ser¨¢ la de las miles de combinaciones posibles. Un inmenso dolor de cabeza. Jean Todd tal vez lamente no haberse retirado cuando lo anunci¨®.
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