La caridad ajena sostiene al Depor
Un penalti inexistente y un fallo de Reina salvan al conjunto de Irureta frente al Villarreal
Lo que no logr¨® por s¨ª mismo el Deportivo se lo concedi¨® la caridad ajena. El cuadro de Javier Irureta hab¨ªa empezado la noche con un susto, pero acab¨® agraciado por toda clase de regalos. Cuando no fue el ¨¢rbitro, que se invent¨® un penalti que hasta hizo desternillarse a la grada, apareci¨® el Villarreal, con su buen gusto futbol¨ªstico, su enorme candidez y un portero, Reina, que se encarg¨® de completar los favores arbitrales.
Fue un partido un tanto confuso, falto de precisi¨®n, con dos equipos que tuvieron intenci¨®n de jugar, pero nunca acabaron de llevar a la pr¨¢ctica sus buenos prop¨®sitos. Para a?adir m¨¢s elementos de desorden se ofreci¨® voluntario el ¨¢rbitro, que se meti¨® ¨¦l s¨®lo en un jard¨ªn inconcebible y acab¨® contagiando su nerviosismo a todo el mundo.
DEPORTIVO 2 - VILLARREAL 1
Deportivo: Juanmi; H¨¦ctor, C¨¦sar, Andrade, Romero; V¨ªctor (Scaloni, m. 86), Sergio, Duscher, Fran (Amavisca, m. 57); Makaay y Trist¨¢n (Valer¨®n, m. 73).
Villarreal: Reina; Belletti, Quique ?lvarez, Ballesteros, Arruabarrena; Farin¨®s (Calleja, m. 75), Quique Medina; Guayre (De Nigris, m. 65), Jorge L¨®pez, V¨ªctor (Javi Venta, m. 75); y Palermo.
?rbitro: Pino Zamorano. Expuls¨® a C¨¦sar (m. 88) por agredir a un contrario y amonest¨® a Duscher, Sergio, V¨ªctor (Deportivo), Belletti, Reina, Ballesteros y V¨ªctor (Villarreal).
Goles: 0-1. M. 10. Jorge L¨®pez, de penalti.
1-1. M. 31. Trist¨¢n, de penalti.
2-1. M. 39. Falta que saca Sergio bombeada al segundo palo, Reina no sujeta el cabezazo de C¨¦sar y el bal¨®n suelto lo remacha V¨ªctor.
Unos 25.000 espectadores en Riazor.
Por primera vez en muchas semanas, el Deportivo recuper¨® a su gente habitual para las bandas. Comparecieron de nuevo Fran y V¨ªctor y, a pesar de sus limitaciones f¨ªsicas, el equipo tom¨® una frescura que se echaba de menos. Los costados volvieron a ser algo m¨¢s que la tronera por la que se descargan ca?onazos al ¨¢rea. All¨ª hubo asociaciones de varios jugadores, amagos, desbordes..., todo eso que durante tanto tiempo estaba vedado al Deportivo.
Con un aspecto blandito, el Villarreal siempre parece ese equipo que m¨¢s pronto o m¨¢s tarde acabar¨¢ haciendo alguna concesi¨®n defensiva. Por lo dem¨¢s, nadie le puede negar su vocaci¨®n constructiva: lo suyo es la pelota, y tiene gente que la maneja con mucho criterio. Jorge L¨®pez, por ejemplo, quien comand¨® las primeras incursiones visitantes y se encontr¨® muy pronto con un agasajo del rival. V¨ªctor cometi¨® un error de novato y le agarr¨® dentro del ¨¢rea en una jugada inocua. Nadie pod¨ªa negar que aquello fuera penalti, por pocas veces que se pite en jugadas as¨ª. Pero el ¨¢rbitro lo se?al¨® y Jorge L¨®pez anunci¨® una noche cuesta arriba para los de casa.
En pocos minutos, el Depor pas¨® por todas las fases. Primero incurri¨® en el nerviosismo y a punto estuvo de caerle el segundo. Luego se encorajin¨® y roz¨® el empate. Finalmente, se le apareci¨® el ¨¢rbitro. Se notaba que aquel hombre no cre¨ªa en el penalti que hab¨ªa pitado un poco antes y se deshac¨ªa por hallar el modo de congraciarse con el Depor. En cuanto Trist¨¢n cay¨® en el ¨¢rea, despu¨¦s de que Belletti le quitase el bal¨®n con toda la limpieza, Pino Zamorano vio el cielo abierto y derram¨® su generosidad sobre el Depor. De la grada sali¨® una carcajada multitudinaria y a partir de entonces el ¨¢rbitro se dedic¨® a enredar el partido. Al Depor le fue bien porque antes del descanso Reina tambi¨¦n se puso caritativo y regal¨® el segundo gol a V¨ªctor.
Desde ese momento, el Depor se dedic¨® a administrar el resultado con notable taca?er¨ªa. El Villarreal volvi¨® a ser un cat¨¢logo de buenas ideas, envueltas en una actitud angelical, que facilit¨® el trabajo a los de Irureta en una noche tan obsequiosa.
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