Piranesi trae Roma a Madrid
Calcograf¨ªa Nacional acoge al grabador heraldo del clasicismo
Madrile?os y for¨¢neos pueden deleitarse a partir de hoy, hasta el 27 de abril, con una impar exposici¨®n de grabados de Giovanni Battista Piranesi, heraldo ilustrado de la celebridad europea de Roma como templo vivo de la arquitectura mundial.
La muestra, que alberga el Museo de Calcograf¨ªa Nacional de la Academia de Bellas Artes, en la calle de Alcal¨¢, 13 en horario de ma?ana y tarde, incluye hasta 86 aguafuertes del arquitecto v¨¦neto que datan de mediados del XVIII. Proceden de la Biblioteca Municipal de Fermo, en la provincia adri¨¢tica de Ascoli Piceno. Comisar¨ªan la exposici¨®n Sandro Pizzi y Javier Blas.
El arte de Piranesi es el relato de su gran amor por la urbe que le deslumbr¨® cuando el arquitecto, de apenas veinte a?os, lleg¨® a las riberas del T¨ªber con la tensi¨®n de una v¨ªspera vital gozosa. Roma se hallaba, inusualmente, aromada por el benevolente papado de Pr¨®spero Lambertini, Benedicto XIV, hombre comprometido con el arte, que se carteaba con ilustrados como Voltaire.
En aquel clima grato, Piranesi pudo dar rienda suelta a su entusiasmo: seducido en la emoci¨®n evocadora de las ruinas romanas, sepulcros, termas, foros, columnatas, arcos y acueductos, les consagr¨® en sus grabados una fantas¨ªa tan ferviente que, pese a deformar sus dimensiones, estamp¨® su tect¨®nica con grandiosa e imperecedera majestad. Europa se vi¨® inundada con sus aguafuertes primorosamente labrados con un lenguaje ¨²nico, henchido de l¨ªrica, donde la penumbra dialoga con la luz, la piedra con el agua y el fuego, con el perfume inmortal de los jardines latinos. "Su fama fue casi instant¨¢nea", explica Anna Lo Bianco, responsable del Polo de Museos de Roma. "Mantuvo siempre honda lealtad hacia el ascendiente etrusco del clasicismo romano, a su parecer prevalente sobre el de Grecia", a?ade.
M¨¢s que al gozador deleite interior de los rom¨¢nticos, de quienes fue precursor genial, el compromiso de Piranesi con la Ilustraci¨®n le gui¨® a pregonar en su obra la belleza de su bienamada Roma, donde muri¨® en 1778.
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