Homenaje al f¨²tbol

En partido espl¨¦ndido, de una constante ida y vuelta, el Valencia dej¨® ayer abiertas en Holanda las puertas de la clasificaci¨®n a expensas de lo que haga el mi¨¦rcoles en Mestalla ante el Arsenal. Debe ganar. Jug¨® una hora estupenda, de lo mejor de la temporada, pero un nuevo despiste defensivo tras el saque de un c¨®rner lo llev¨® a sufrir mucho m¨¢s de lo que habr¨ªa merecido. La segunda parte fue del Ajax, que abri¨® mucho el campo, se lanz¨® a un ataque a la holandesa y sac¨® chispas de la zaga valencianista, recuperada de su anterior fallo. Fue emocionante el desgaste de ambos conjuntos, que lo intentaron hasta el ¨²ltimo suspiro. Hasta el ¨²ltimo resuello. Arriba y abajo. Por todas las parcelas del campo. Un gran homenaje al f¨²tbol.

El Valencia recibi¨® el gol tras un nuevo despiste defensivo despu¨¦s del saque de un c¨®rner

Se le podr¨¢n reprochar muchas cosas al Kily Gonz¨¢lez: desobediencia irracional a las ¨®rdenes de arriba, car¨¢cter endemoniado y todo eso. Vale. Pero, llegado el momento de la verdad, nunca se esconde. Le sale esa vena arrabalera que permite a su equipo ponerse como un tiro, dif¨ªcil de alcanzar por cualquier rival. Hubo dudas sobre su alineaci¨®n o la de Vicente, pero a los cinco minutos se entendi¨® la decisi¨®n del t¨¦cnico. El interior zurdo argentino sali¨® a comerse el mundo, con su mejor f¨²tbol el¨¦ctrico. Busc¨® todo tipo de paredes con su compatriota Aimar y, llegado el momento, pidi¨® la pelota cuando nadie la quer¨ªa. O sea, en el penalti que se?al¨® el ¨¢rbitro a favor del Valencia. Acarici¨® el bal¨®n, lo acomod¨® en el punto de penalti y lanz¨® un violento zurdazo que super¨® por la potencia la estirada del meta Lobont, que hab¨ªa adivinado la direcci¨®n del disparo. Muchos meses hac¨ªa que Kily no viv¨ªa un momento como ¨¦ste, as¨ª que le celebr¨® enloquecido buscando una escasa hinchada que apenas se vislumbraba en el quinto pino. Despu¨¦s de que una grave lesi¨®n de tobillo frustrara en el mercado de invierno su marcha de Mestalla, Kily recuper¨® ayer parte de su maltrecho prestigio. Un minuto despu¨¦s del penalti, pareci¨® lesionarse tras un mal giro, pero cualquiera lo sacaba del campo en ese estado de excitaci¨®n. Ben¨ªtez, no, desde luego.

Bien es cierto que estuvo muy bien acompa?ado por el resto del equipo. El Valencia se visti¨® de naranja, precisamente en Holanda, para estar acorde con el espectacular colorido del partido. La primera parte fue magn¨ªfica. Llena de intensidad y alternativas. Eran m¨¢s las del cuadro de Ben¨ªtez, muy bien puesto en el campo, como si lo conociera palmo a palmo. Con casi todos sus jugadores ense?ando su mejor costado. Especialmente Rufete y Baraja. El interior derecho sirvi¨® dos pases magistrales: el primero dej¨® solo a Carew, que remat¨® a los pies de Lobont, y el segundo al lateral R¨¦veill¨¨re, que jug¨® con una formidable elegancia, acorde con el escenario.

En cuanto a Baraja, simplemente se comi¨® a De Jong en el primer periodo y Koeman hubo de rascar en el banquillo para que Van der Meyde le diera r¨¦plica al vallisoletano. Y, en efecto, Van der Meyde, un buen extremo derecho, se le clav¨® al Valencia por ese costado. Por si acaso, Albelda, tan a?orado el s¨¢bado ante el Atl¨¦tico, barr¨ªa todo que se les escurr¨ªa a los dem¨¢s.

Se las promet¨ªa muy felices el Valencia hasta que, de golpe, se le aparecieron otra vez los fantasmas de la estrategia. Esos que han entrado en el equipo de Ben¨ªtez, sin que nadie sepa por d¨®nde, en los cuatro ¨²ltimos partidos. Una confusi¨®n entre Ayala y Ca?izares envi¨® el bal¨®n a c¨®rner. Lo sac¨® en corto el Ajax sin que los valencianistas se dieran por aludidos. Siguieron est¨¢ticos en su propia cueva, no sali¨® la defensa y la consecuencia result¨® fat¨ªdica: gol de Pasanen, completamente solo frente a Ca?izares. Un nuevo lapsus defensivo arruin¨® un trabajo extraordinario.

Picado en su orgullo, Baraja trat¨® de levantar a su equipo con un gran disparo que salv¨® Lobont a una sola mano. A estas alturas, el Ajax estaba muy crecido y Koeman hab¨ªa decidido jugar con dos extremos muy abiertos (Maxwell por la izquierda y Van der Meyde por la derecha) que inclinaron el partido de su lado. Sobre todo porque Rafael Van der Vaart anduvo muy inteligente en la media punta. Lo mismo que Kily en el otro bando. Nadie sac¨® la bandera blanca.