'Tubular bells', de Mike Oldfield
Tubular bells (1973 ) figura en la historia del pop por doble motivo. El debut de Mike Oldfield es una fascinante pieza de m¨²sica pastoral, que supone la apoteosis de cierta tendencia del rock progresivo brit¨¢nico y la anticipaci¨®n de lo que algunos llamar¨ªan new age. Adem¨¢s, Tubular bells sirvi¨® de piedra angular del imperio de Richard Branson, el creador de Virgin, que hizo posible ese disco, pero que terminar¨ªa enfrentado con Oldfield. EL PA?S publica ma?ana, viernes, este disco, cuarto de la colecci¨®n de 25 ¨¢lbumes de referencia en la historia del rock internacional, que se podr¨¢ adquirir en los quioscos durante una semana por 5,95 euros.
T¨¦cnica y espiritualmente, Tubular bells s¨®lo puede entenderse como un producto de su tiempo. Procedente de una familia disfuncional, Michael Gordon Oldfield (Reading, Inglaterra, 1953) se presentaba como una criatura desvalida que despertaba instintos maternales. A los 19 a?os, cuando empez¨® con Tubular bells, ya era un m¨²sico experimentado: hab¨ªa grabado con su hermana en el d¨²o Sallyangie, aparte de funcionar como guitarrista con el impredecible Kevin Ayers. Llevaba meses moviendo por discogr¨¢ficas londinenses la maqueta de una extensa pieza instrumental. Y nadie quer¨ªa saber nada hasta que -ejerciendo de bajista alquilado- cay¨® en The Manor, estudio rural dependiente del grupo Virgin.
La compa?¨ªa Virgin fue fundada por Richard Branson para vender discos por correo, un servicio pronto reciclado en cadena de tiendas que surt¨ªa a los hippies ingleses con la m¨²sica m¨¢s esot¨¦rica. El negocio prosper¨® y Branson invirti¨® en el estudio de grabaci¨®n donde finalmente se refugi¨® Oldfield. Hubo qu¨ªmica entre el visionario ejecutivo positivista y el m¨²sico atormentado; el disco se empez¨® a grabar con el apoyo incondicional de los ingenieros Simon Heyworth y Tom Newman.
Tubular bells fue una labor de amor y de artesan¨ªa. Residente en The Manor, Oldfield trabaj¨® durante nueve meses, aprovechando las horas que no hab¨ªa inquilinos. Se utilizaron las prestaciones de una mesa de 16 pistas, d¨¢ndose unidad a un rompecabezas de 2.300 fragmentos. Oldfield toc¨® 22 instrumentos, requiriendo escasos colaboradores (menci¨®n especial para Viv Stanshall, de la humor¨ªstica Bonzo Dog Doo-Dah Band, responsable del famoso recitado que enumera casi todos los instrumentos presentes, desde el piano de cola hasta las campanas tubulares) a lo largo del duro proceso de elaboraci¨®n.
El sello Virgin se inaugur¨® con Tubular bells. Y la compa?¨ªa creci¨® gracias a su inmenso ¨¦xito. El elep¨¦ sonaba a m¨²sica repetitiva neoyorquina, pero suger¨ªa un romanticismo campestre muy del gusto de la contracultura inglesa. Adem¨¢s, pronto salt¨® al gran p¨²blico gracias a su inclusi¨®n en la banda sonora de El exorcista. Acortando: las millonarias ventas de Tubular bells permitieron la transformaci¨®n de Virgin Records en seguramente la m¨¢s exitosa de las discogr¨¢ficas independientes. Branson vender¨ªa luego a EMI la compa?¨ªa para entrar en negocios como las l¨ªneas a¨¦reas y los ferrocarriles, aunque volver¨ªa al mundo de la m¨²sica con V2.
La relaci¨®n entre Branson y Oldfield no super¨® esos cambios. El m¨²sico estaba poco preparado para lo que le vino encima y Branson, en su calidad de m¨¢nager personal, tuvo que sacarle de abundantes desastres econ¨®micos y sentimentales, m¨¢s propios de un ni?o caprichoso. A Mike le result¨® dif¨ªcil desarrollar una carrera que hab¨ªa comenzado tan arrolladoramente: en los setenta y los ochenta oscil¨® entre las piezas complejas y un reluciente pop comercial (lleg¨® a hacer una versi¨®n de Abba). Entre bandazos, fue acumulando resentimiento contra Branson. No quiso aceptar que Virgin fichara grupos de punk rock y new wave, y termin¨® demandando a la empresa, alegando que su acuerdo inicial era injusto. Hubo reconciliaci¨®n, pero Oldfield se mostr¨® rencoroso: a pesar de que Branson se lo pidi¨® de todas las maneras posibles, Tubular bells II s¨®lo se edit¨® en 1992, cuando el guitarrista ya era artista de otra compa?¨ªa.
Babelia
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