El Gobierno de Serbia derriba el edificio de un clan mafioso
Belgrado intensifica su ofensiva contra los acusados del asesinato de Djindjic
Al amparo del estado de excepci¨®n, el Gobierno de Serbia contin¨²a con el acoso al llamado clan de Zemun, sospechoso del atentado que cost¨® la vida al primer ministro Zoran Djindjic, y ayer derrib¨® un edificio considerado como la central del grupo mafioso. Son ya m¨¢s de 180 los detenidos. El ex presidente de Yugoslavia Vojislav Kostunica, enfrentado a Djindjic los dos ¨²ltimos a?os, denunci¨® el estado de excepci¨®n como "una medida sumamente peligrosa".
En una solemnne ceremonia con asistencia de altos dirigentes pol¨ªticos extranjeros, se celebra hoy el funeral y entierro del primer ministro asesinado. Los vecinos del barrio de Zemun tuvieron ayer todo un d¨ªa de diversi¨®n en medio del fr¨ªo y la nieve que ca¨ªa sobre Belgrado. Polic¨ªas en uniforme de combate y con los rostros enmascarados rodearon y tomaron un lujoso y moderno edificio de cuatro plantas, con cristales que imped¨ªan ver el interior y c¨¢maras de televisi¨®n de control en la fachada. Se trataba de la sede del clan mafioso al que el Gobierno acusa del asesinato de Djindjic.
Tras la entrada de los polic¨ªas en el edificio, vac¨ªo a todas luces, llegaron las m¨¢quinas excavadoras y comenzaron con las tareas de demolici¨®n, entre los aplausos de los all¨ª congregados. Las autoridades argumentan que la construcci¨®n era ilegal. El edificio pertenec¨ªa a Dusan Spasojevic, alias El alban¨¦s, y Mile Lukovic, alias Padrino, cuyas residencias privadas se encuentran detr¨¢s de la construcci¨®n derribada. Estos dos individuos, junto con el ex comandante de las fuerzas especiales de la polic¨ªa Milorad Lukovic, alias Legi¨®n, son los tres fugitivos m¨¢s buscados como jefes del grupo mafioso.
Los mirones que segu¨ªan la operaci¨®n policial y el derribo comentaban los acontecimientos. Zoran, un ingeniero de 42 a?os, que nunca trabaj¨® en su profesi¨®n por no haber encontrado empleo, relata que desde que se inici¨® la construcci¨®n del edificio se comentaba en Zemun que se trataba de una propiedad de mafiosos. ?l mismo reconoce haber sobrevivido los a?os pasados gracias al contrabando de tabaco y el tr¨¢fico de divisas, "aqu¨ª, quieras o no, ten¨ªas que ser mafioso". Dragan, el taxista que trabaja para este peri¨®dico, relata que un viajero le coment¨® que conoc¨ªa a Spasojevic, el acusado de ser jefe del clan, y lo caracteriz¨® como individuo de temperamento ardiente que no tardar¨¢ en vengarse del derribo de su edificio.
El ex presidente de Yugoslavia Vojislav Kostunica, condenado al ostracismo pol¨ªtico por Djindjic, que obstaculizaba la convocatoria de nuevas elecciones para la presidencia de Serbia, se pronunci¨® contra la declaraci¨®n de estado de excepci¨®n, que "puede provocar la anarqu¨ªa". Recuerda Kostunica que ¨¦l ya hab¨ªa advertido sobre "la penetraci¨®n de la criminalidad en toda la vida social y las instituciones. Est¨¢ claro que no tenemos verdadera divisi¨®n de poderes. Esto lo demuestra el hecho de la adopci¨®n de dicha medida ". Seg¨²n Kostunica, esto afecta "a los derechos y libertades de los ciudadanos y su confianza en el orden democr¨¢tico".
Para el mediod¨ªa de hoy est¨¢ prevista la solemne celebraci¨®n de los funerales y entierro de Djindjic. Dirigentes occidentales y los primeros ministros de pa¨ªses vecinos han anunciado su presencia en Belgrado. El ministro de Exteriores de la ex Yugoslavia, Goran Svilanovic, ha aconsejado a la fiscal del Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia, Carla del Ponte, que no asista. Del Ponte es una especie de bestia negra para los nacionalistas, que la consideran parcial y sesgada en contra de Serbia. Por Espa?a asistir¨¢ la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rud¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.