Guti se crece ante la bronca

Le faltaba temple al Real Madrid en los ¨²ltimos metros, claridad de ideas, clase. Le faltaba Guti. As¨ª lo advirti¨® su entrenador Vicente del Bosque, que meti¨® al madrile?o en el campo para disputar el ¨²ltimo tramo, el decisivo. Y le sali¨® de perillas. Entr¨® Guti por Ronaldo y se despej¨® el panorama. Estaba fresco y clarividente a pesar de la tremenda bronca que le ca¨ªa encima cada vez que tocaba la pelota: el p¨²blico recordaba que les llam¨® paletos hace dos temporadas. M¨¢s que afectarle, el abucheo le estimul¨®. Se coloc¨® de medio centro, levant¨® la cabeza y empez¨® a carburar. Primero le dio un pase de gol a Figo, que ¨¦ste, muy espeso toda la noche, envi¨® al lateral de la red. Despu¨¦s, ya en el minuto 89, vendr¨ªa la jugada del partido. Dos regates muy secos al borde del ¨¢rea, dos jugadores rivales en el suelo y toda la superioridad num¨¦rica del Madrid alrededor de Reina. Abri¨® Guti a la derecha a Mi?ambres y el centro de ¨¦ste lo pod¨ªa haber rematado cualquier: fue Helguera, que se hab¨ªa sumado al ataque. El gol se produjo en un instante simb¨®lico, justo cuando Floro hab¨ªa sustituido a Farin¨®s por De Nigris antes del saque de un c¨®rner. No por nada. Simplemente porque Farin¨®s hab¨ªa sido el alma de su equipo. El mejor de un Villarreal muy osado que tute¨® hasta el final a su gigantesco adversario. Y que ayer no mereci¨® la crueldad de la derrota.

Tampoco el Real Madrid mereci¨® tanto premio. Con todas las figuras por debajo de sus posibilidades, como desgastadas del encuentro contra el Mil¨¢n. Y sin que tampoco Flavio y Cambiasso le dieran el ritmo adecuado. Si acaso Zidane fue el ¨²nico que mantuvo el tipo hasta que Guti acudiera a rescatarlos.

En medio de la pl¨¦yade de estrellas madridistas, surgi¨® inesperadamente Farin¨®s para parecerse al de sus mejores tiempos en el Valencia. Fue ese medio centro hiperactivo y l¨²cido con una presencia enorme: robaba y repart¨ªa con naturalidad y ejerc¨ªa un extra?o poder sobre el bal¨®n. Floro, su entrenador, le plante¨® a su ex equipo un duelo muy abierto, de intercambio de golpes, para alegr¨ªa de los actores y los espectadores.

El Real Madrid toc¨® c¨®modo, comod¨ªsimo, pero sin capacidad de remate. La prueba es que Ronaldo estuvo in¨¦dito casi toda la tarde, sin que Ballesteros le marcara los tacos m¨¢s que en una ocasi¨®n, que no es mucho. El Madrid desperdici¨® su ventaja por las bandas, donde estaban ausentes por sanci¨®n los dos laterales titulares del Villarreal (Belletti y Arruabarrena). Especialmente flojo anduvo Figo, que se ca¨ªa al suelo al tercer recorte, seguramente porque eligi¨® unos tacos equivocados. El campo estaba mojado por la lluvia y de ah¨ª naci¨® un choque muy r¨¢pido, en ocasiones demasiado.

El Villarreal permit¨ªa al Madrid que se guardara el bal¨®n siempre y cuando no llegara a la l¨ªnea de tres cuartos. Ah¨ª se atrancaba el ataque madridista. Entonces el cuadro de Floro sal¨ªa disparado, ense?ando que pod¨ªa hacer da?o con cinco futbolistas de notable peso ofensivo: Jorge L¨®pez, Farin¨®s, Guayre, V¨ªctor y Palermo. En concreto Guayre se emparent¨® con Roberto Carlos y convirtieron el carril en una pista de velocidad. El extremo canario les marc¨® a sus compa?eros una docena de desmarques aprovechando las ausencias de Roberto Carlos.

Dirigido por el nervio de Farin¨®s y el talento de Jorge L¨®pez, el Villarreal pareci¨® quemar todas sus naves en el arranque del segundo tiempo. El Madrid pas¨® un mal trago y Casillas, espl¨¦ndido, salv¨® con el cuerpo dos remates a bocajarro de un Palermo m¨¢s activo que de costumbre. El choque pareci¨® enfriarse, sin que ninguno de los dos equipos se acercara suficientemente al gol. As¨ª hasta que, de pronto, Del Bosque recuper¨® la mecha. Introdujo a Guti por Ronaldo y el Madrigal rugi¨® contra el dorsal 14 madridista. Con Guti, Del Bosque quer¨ªa tener pase de gol y lo tuvo. Bajo la lluvia de silbidos, el volante madrile?o asumi¨® por primera vez el mando. Sac¨® el comp¨¢s y aprovech¨® la marcha de Farin¨®s para ganarse el honor de hombre del partido.